La conversación del 15 de febrero es particularmente perturbadora. Omar G., de 53 años, entrenador de las inferiores de futbol femenino de Argentino de Quilmes habla con una de sus alumnas a las 2 de la mañana, identificada como J. La menor tiene 13 años. “Estás más buena que comer dulce de leche con la mano”, le escribe el entrenador. La nena apenas responde con un “jaja”, como de compromiso. La situación la incomodaba.
Algunos días después, la menor le confesó a sus padres el malestar que le generaban las charlas que tenía con su referente futbolístico. “Me manda mensajes feos”, les dijo en la tarde del jueves pasado. Cuando la madre tomó el celular y revisó el historial comenzó a llorar. Encontró, al menos, tres meses de mensajes subidos de tono, insinuaciones y un acoso constante.
El hombre, además, le enviaba fotos de sus genitales.
A raíz de la denuncia judicial, y publica, que hizo la familia de J, se detectaron diez presuntos casos más de nenas que sufrían de este tipo de situaciones. No sólo por parte de Omar G., sino también de su hijo Diego, que es su asistente técnico. El club en el que trabajaban decidió expulsarlos y la Justicia de Quilmes inicio una investigación.
En las ultimas horas el fiscal Daniel Ichazo, de la UFI de Berazategui, decidió imputarlos por el delito de grooming que tiene una pena de hasta 4 años de prisión. Sin embargo, ayer por la tarde, una madre denuncio que su hija, además de ser acosada, fue abusada sexualmente luego de un entrenamiento.
Esa denuncia ya fue incorporada al expediente.
“Todos los chats que se adjuntaron en el expediente cuentan con el mismo tenor sexual. El modus operandi de los imputados era generar una confianza para luego intentar acosar a las menores. Creemos qué hay muchas víctimas”, dicen desde la fiscalía.
Infobae accedió a los chats que constan en el causa.
El mismo 15 de febrero la conversación entre Omar G. y la menor J., de 13 años, continua.
“¿Sabes qué imagen me quedó en la cabeza?”, le pregunta el entrenador. La nena no responde y el hombre continúa. “Ese vestidito con el que fuiste a la cancha y lo peor… tengo una duda de ese día”. ¿Qué duda”, pregunta J. “¿Tenias cola less?”, remata Omar G.
Dos días antes, el 13 de febrero, a las dos de la tarde, luego de un entrenamiento, el técnico se vuelve a contactar con la nena. “No creo que banques ver la foto de como volví. Y cómo quedo después de cada entrenamiento que te veo. Si prometes que la borras, te muestro”. La menor responde “no no, gracias”. Omar G. continua: “jajaja mejor. ¿Foto con ese vestidito tenés?”.
La acusación contra Omar y Diego G., podría empeorar. La Justicia sospecha que padre e hijo tenían, además, un grupo de WhatsApp en el cual compartían fotos de las menores entrenando o directamente viralizaban algunas que las nenas les pasaban por pedido de ellos.
“No lo podemos creer. Tuvimos una reunión con las autoridades del club que nos dijeron que estaban tan sorprendidos como nosotros. Ellos no tiene hecho el curso de entrenador, ni siquiera eso eran. No se como trabajaban acá. Ahora los expulsaron pero no queremos que salgan al rato y vuelvan a otro club”, dice uno de los padres de las menores afectadas a Infobae.
En el expediente hay capturas de chats de los imputados con varias nenas. A una de ellas, el mayor de los acusados le dice: “¿sabes que me estaba acordando?. El día que te conocí…vestidito negro a rayitas y la mano vendada”
El club Argentino de Quilmes emitió un comunicado en el que repudió los hechos, aseguró que los familiares tenían pruebas suficientes y anunció la expulsión de los dos imputados de la institución. El “Mate”, como se conoce al club, tiene, sin embargo, un historial cuanto menos tumultuoso en realción a causas penales de esta envergadura.
En septiembre del año pasado, tres jueces del TOC N° 2, condenaron a 13 años de cárcel al ex presidente de la institución, Daniel Zisuela, por el delito de facilitación y promoción de la prostitución de personas menores de 18 años y de mayores de edad entre 2013 y 2018.
De vuelta al caso de los dos entrenadores denunciados, desde la fiscalía que investiga el caso sostiene que la imputación podría agravarse. Si bien, por el momento, la acusación contra padre e hijo es por grooming, los investigadores analizan sumar más delitos en su contra. Por un lado, realizarán exámenes clínicos y psicológicos a la hija de la mujer que denunció el abuso sexual. “De surgir alguna evidencia en ese sentido se sumará también ese delito que, por supuesto, serán el más grave”. Por otro lado, se especula con adherir la corrupción de menores, si es que las pericias que se le realizaran a las menores afectadas así lo comprueban.
La suma de todos esos delitos podría llevar a Omar y Diego G. a una condena de más de 20 años de prisión.
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