Dos mujeres fueron detenidas acusadas del asesinato de Carlos Walter Molina (34), el financista que fue hallado sin vida con un tiro en el pecho en noviembre del año pasado en un departamento del barrio porteño de Almagro, donde había sido citado para realizar una operación de compra y venta de dólares.
Según informaron fuentes policiales a Infobae, las sospechosas fueron identificadas como Estefanía Vanesa Romero, de 37 años, y Julieta Antonella Lacivitta, de 30, ex empleada de una hamburguesería y de una cadena de electrodomésticos, beneficiaria de varios planes sociales y con un paso por el Servicio Penitenciario Federal. Lacivitta, según pudo saber este medio de documentos judiciales, pactó una pena de seis meses en suspenso en junio de 2019 en un tribunal porteño por robos menores, con un botín de algunas botellas de lubricante que hurtó de una estación de servicio en la avenida Córdoba.
De igual forma, la investigación no concluyó con los arrestos. De acuerdo con lo que revelaron a este medio, por el crimen todavía permanece prófugo un hombre, pareja de una de las detenidas, que también está bajo sospechas de haber participado del hecho.
Romero fue detenida en un el departamento 1-C de la calle Bonifacio al 1390, en el barrio porteño de Caballito. Allí, los efectivos de la División Homicidios de la Policía de la Ciudad, en conjunto los grupos tácticos de la División de Operaciones Especiales Metropolitana (DOEM), que participaron del operativo, incautaron dos llaves de vehículos, dos teléfonos celulares y un auto marca Peugeot 208.
Por su parte, Lacivitta fue arrestada en un departamento situado en la calle Julián Álvarez en Villa Crespo, donde la Policía porteña secuestró siete carteras, 800 dólares, tres celulares, cuatro tarjetas SUBE y varias tarjetas SIM de teléfonos móviles. Las fuentes señalaron que para llegar a las sospechosos, se llevaron adelante de las tareas de inteligencia, de geolocalización y escuchas telefónicas. Además, hubo visualización de cámaras de seguridad y análisis de redes sociales.
Molina fue asesinado el 20 de noviembre del año pasado luego de ser citado al departamento “C” del piso 10 de un edificio ubicado en la avenida Díaz Vélez al 3700, en el barrio de Almagro. Los investigadores pudieron reconstruir en aquel momento que la víctima había sido citada por una mujer para realizar una transacción de dinero. El hombre, que desde hace algunos años poseía una financiera, había llegado al lugar a bordo de su auto y lo dejó estacionado a pocos metros del edificio. Después, no volvió a dar señales.
Al no regresar a casa, su familia realizó la denuncia por averiguación de paradero. Luego, personal de la Comisaría Vecinal 5A de la Policía de la Ciudad recibió una orden de la Fiscalía Criminal y Correccional N°36, a cargo de Marcelo Munilla Lacasa, para ir al lugar donde el financista había sido citado.
Una vez en el interior del departamento, donde solo había un sillón y una heladera, los agentes encontraron a Molina muerto con un disparo en el pecho: a su lado había una vaina y un proyectil. “Tenía la billetera encima con sus documentos. Además, en el auto, se encontraron 98 mil pesos”, confiaron a este medio fuentes con acceso al expediente. En el bolsillo le encontraron, además, otros 34 mil pesos.
Molina trabajaba como despachante de Aduana, era licenciado en Comercio Exterior y desde hacía dos años tenía una financiera con varios clientes y daba cursos de dónde y cómo invertir dinero. María Belén Pérez, pareja de Molina, aseguró a Télam que “no va a parar” hasta que estén todos los acusados detenidos y que ahora se encuentra “más fuerte que nunca” para hacer justicia.
”Queremos que se haga justicia, que la Justicia pueda terminar su trabajo y que detengan a todas las personas responsables del homicidio de Walter”, expresó.
Según la operación de autopsia, Molina murió por el impacto de una bala calibre 9 milímetros, tras recibir varios golpes. Romero y Lacivitta enfrentan por el momento la acusación por el delito de homicidio simple.
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