¿Quién mató a Rosa Invernon en octubre de 2021? Casi seis meses después, nadie lo sabe.
El femicidio de la jubilada de 73 años, que salió a pasear por la zona de Campana, es un crimen que la Justicia no logra resolver, pero no por falta de voluntad. La mujer estaba por visitar el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos en Campana cuando alguien la atacó en un descampado.
Según las pericias, el agresor intentó atacarla sexualmente y, como no pudo, la asesinó. Ningún vecino vio nada y no hay cámaras de seguridad que den indicios del sospechosos. Hace semanas, la Justicia ofreció una recompensa de un millón de pesos para aquel que aporte datos del asesino aunque, hasta ahora, nadie se presentó.
La fiscal Laura Brizuela sólo tiene algunas pistas de quién puede ser el femicida pero nadie está sospechado oficialmente. Sin embargo, los investigadores están convencidos que con el análisis de las muestras de ADN encontradas en el cuerpo, el caso podría resolverse. Pero existe un problema. No es un inconveniente técnico ni criminalístico precisamente, sino presupuestario. La pericia fue solicitada a principios de enero y, tres meses después, no está el resultado.
¿El motivo? Desde el Laboratorio Químico Pericial dependiente del Poder Judicial de la Provincia de Buenos Aires, responden que hace 60 días se quedaron sin reactivos para poder avanzar y no se compraron nuevos. Por lo tanto, la pericia no puede hacerse.
“El femicidio de Rosa se produjo el 16 de octubre y la fecha para la pericia de ADN se otorgó para principios de enero. Estamos casi a mediados de marzo y no tenemos novedades. No es una prueba más, sino que consideramos que es la que puede resolver el caso, ni más ni menos. Un femicidio impune que puede encontrar un culpable con una prueba que se demora porque el Estado no tiene plata o no la pone”, explica una fuente de la investigación.
Según la investigación que realizó la fiscal, Rosa Invernon era una mujer que vivía sola y, desde la muerte de su madre, había comenzado con un hobby: hacer turismo por distintos puntos de la Provincia de Buenos Aires. Ese sábado 16 de octubre, el plan era visitar el Parque Nacional Ciervo de los Pantanos. Se trata de un área de 5.200 hectáreas ubicado en la localidad de Otamendi, cerca de Campana.
En realidad, el viaje lo había organizado con varios días de anticipación. En su teléfono celular, encontrado después del crimen, los peritos hallaron ingresos a Google en donde buscaba el mejor recorrido para llegar desde su casa en Villa Adelina y, además, posibles alojamientos para quedarse un día.
En la reconstrucción de sus últimas horas, apoyada por cámaras de seguridad, quedó acreditado que la víctima salió de su casa a las 8:35 de la mañana. La mujer caminó 2 cuadras hasta una estación de servició YPF en Fondo de la Legua y Drago, donde ingresó, según se ve en las cámaras de seguridad, a las 8:44. Allí estuvo tan sólo dos minutos. Cargó crédito en su celular, así como su tarjeta SUBE.
En esas imágenes de la cámara de seguridad, a las que accedió Infobae, se ve a la mujer sola cuando ingresa y sale del comercio. Está vestida con una campera negra y tiene una bolsa blanca en su mano.
Luego de eso, tomó el colectivo 304 que la llevó hasta Villa Ballester. Allí realizó un trasbordo y se subió al tren Mitre, ramal Zarate, donde viajó 6 estaciones hasta que se bajó en Otamendi. Esa estación está a sólo 10 cuadras del ingreso al Parque Nacional.
La estación Otamendi del Mitre es precaria, no cuenta ni con boletería ni comercios alrededor. Es tan sólo una pequeña plataforma con un techo y no mucho más. “Hay dos testigos que tiene contacto con ella en ese momento. Uno es el maquinista que cuenta que Rosa se acercó y le preguntó si esa era efectivamente la estación Otamendi. Y, posterior a eso, la vio bajar. Luego hay una mujer que está sentada junto a ella en la formación y que también la vio que iba sola”, explica un investigador.
Para poder llegar a destino, Rosa debía subir las escalinatas de una barranca y caminar unas 10 cuadras por la calle Cordero hasta el Parque. El camino en esa zona suele ser bastante tranquilo. Hay una sola calle a la salida de esa barranca que te deposita directamente en el parque. En ese momento, cuando sale de la estación, se cree que se produce el encuentro con su asesino, que la llevó a un descampado a 150 metros de la estación.
El cuerpo de la víctima fue hallado por un vecino que pasaba por el lugar. Por los cálculos que realizó la fiscal Brizuela, teniendo en cuenta la llegada del tren y la hora del hallazgo, se cree que el femicidio se produjo entre las 10:30 y 10:45.
Los peritos de la Policía Bonaerense encontraron que al lado del cadáver estaban todas sus pertenencias. Celular, llaves, dinero y documentos. No faltaba nada, por lo que se descartó el robo como móvil del ataque. Sin embargo, lo que más llamó la atención fue que el cuerpo de la víctima estaba sin ropa interior ni pantalón, las señales casi inequívocas de un intentó de abuso sexual que no llegó a consumarse.
La autopsia practicada al cuerpo, reveló que la muerte se produjo por graves traumatismos de cráneo provocados por un objeto contundente. También el forense encontró lesiones defensivas en la víctima, por lo que se cree que se defendió del ataque sexual. No se encontraron lesiones en sus genitales compatibles con abusos.
El arma empleada nunca se encontró. Bajo las uñas, precisamente, se halló sangre de una persona que no es Rosa, con un posible perfil de ADN para identificar al sospechoso.
A pesar de que esa mañana de sábado era soleada y el día se prestaba para que la gente salga a pasear, esa zona no tiene casas cercanas, más allá de un asentamiento ubicado a pocas cuadras. Eso explica que no existan prácticamente testigos. Sólo hablaron dos personas que pasaban en moto por la zona y dijeron ver a Rosa hablando con un desconocido.
¿Quién es ese hombre?. Los investigadores creen que podría ser el asesino. Los testigos lo describieron como corpulento, morocho, con bermudas negras.
Con esos datos físicos, la fiscalía comenzó a buscar en la zona alguna persona que presente alguna coincidencia. A pocos metros del lugar, hay un centro de rehabilitación. Dentro de ese lugar se halló a alguien con similares características. Sin embargo, tiene una muy buena coartada, por lo que prácticamente está descartado.
De todas maneras, los investigadores tienen identificados a, al menos, dos o tres personas más que son sospechosos. Por eso es que se pidió con tanta celeridad la prueba de ADN con el material genético encontrado en el cadáver de la víctima.
El resultado de ese estudio podría, literalmente, resolver el caso. Pero no hay insumos suficientes hace meses y todo está parado. Según estimaciones judiciales, el kit de reactivos cuesta cerca de un millón de pesos.
Infobae se comunicó con fuentes de la Procuración Bonaerense para entender el por qué de la demora. Aseguraron que el examen se está llevando a cabo en un laboratorio dependiente de la Suprema Corte de Justicia bonaerense. " Ellos realizan pericias de ADN que nosotros luego les pagamos. Pero no nos piden que les compremos los reactivos. Nos cobran todo el trabajado cada seis meses. Del movimiento interno de ellos no tenemos noticias y tampoco hemos recibido un pedido de ellos por este tema en particular”, asegura un funcionario de alto rango.
Lo cierto es que, ajenos a las idas y vueltas burocráticas de la Justicia, está la familia de la víctima. Hace seis meses que sólo buscan saber una cosa: quien mató a Rosa
SEGUIR LEYENDO: