Los robos cometidos por motochorros bajaron un 51 por ciento en la Ciudad de Buenos Aires con respecto a 2019, según nuevas cifras oficiales del ministerio de Justicia y Seguridad porteño, plasmadas en un informe conocido en las últimas horas y al que accedió Infobae.
No fue el único rubro en baja en los dos años de pandemia: la cartera conducida por Marcelo D’Alessandro, que comanda a la Policía de la Ciudad con 19 mil efectivos, reportó un descenso del 29 por ciento de robos en general -44.825 casos en 2021, 62.829 en 2019-, un 26 por ciento de la baja en hurtos, y un descenso del 49 por ciento de la sustracción de autos.
Los robos a mano armada, puntualmente, descendieron un 38 por ciento entre 2019 y 2021.
Los homicidios se mantienen en una estadística similar. En 2021, hubo 103 casos, en 2020 fueron 127 y en 2019, 102. De todos los crímenes violentos en CABA, el 40 por ciento se concentra en el Bajo Flores, con la Villa 1-1-14, el barrio Illia y el Rivadavia, la Villa 21-24/Zavaleta y las Villas 31 y 31 bis. De ese 40 por ciento de los casos, un 70 por ciento corresponde a hechos vinculados al narcotráfico. En el barrio 31 y 31 Bis, cuya seguridad está a cargo de la Ciudad, los homicidios descendieron un 64 por ciento en dos años.
En el Bajo Flores, los homicidios pasaron de 5 en 2019 a 14 en 2021, lo que representa un aumento del 180 por ciento con el fortalecimiento de las históricas bandas de la zona ahora marcadas por el ascenso de miembros de la banda “Dumbo” Martínez Maylli y del histórico capo “Marcos” Estrada González. También, la gestión de Sabina Frederic como ministra de Seguridad nacional incluyó un retiro progresivo de Gendarmería en el Bajo Flores.
En pocas semanas, según funcionarios de la cartera, el ministerio de Seguridad porteño llegará a tener el 75 por ciento de la Ciudad bajo vigilancia en video: ya hay 11 mil cámaras enlazadas en el Centro de Monitoreo Urbano, 50 por ciento de los casos de robos y hurtos en sectores de transbordo de transporte público son filmados. El Anillo Digital permite identificar a los vehículos que utilizan las 74 entradas y salidas de la Ciudad, a lo largo de la Avenida General Paz y los puentes sobre el Riachuelo. Incluye dos centros de monitoreo y 740 lectoras de patentes.
“En la Ciudad, siempre gobernamos en base a los datos y a la evidencia. Porque esa es la única manera de saber dónde estamos parados, qué estamos haciendo bien y qué tenemos que mejorar. Con el Mapa del Delito, año tras año tenemos estadísticas serias y confiables que nos permiten diseñar mejor nuestra lucha contra el delito y llevar adelante con mayor eficiencia nuestro Plan Integral de Seguridad Pública. Hoy, los datos muestran un logro contundente: casi todos los delitos siguen bajando, al punto de que la Ciudad hoy tiene las tasas de delito más bajas de los últimos 27 años”, aseguró Horacio Rodríguez Larreta, jefe de Gobierno.
Felipe Miguel, jefe de Gabinete porteño, coincide: “Cuando se trabaja con planificación, analizando las estadísticas, diciendo la verdad, reconociendo el punto de partida y, sobre todo, con esfuerzo y constancia, los resultados se ven. Todo mérito de la Policía, de tener un Sistema Integral y seguir sumando herramientas como el Mapa del Delito, la videovigilancia o el Anillo Digital”.
D’Alessandro contextualiza la situación: en 2020, “hubo una liberación de detenidos muy grande en un momento donde estaba todo parado”, en referencia al aislamiento obligatorio y a los presos soltados por la pandemia en múltiples decisiones judiciales, así como el actual enfrentamiento con el Servicio Penitenciario Federal por problemáticas de cupo para alojar detenidos: “Nos cerraron las puertas de los penales”, afirmó. El número de sobrepoblación llegó al 250 por ciento en las alcaldías de CABA. “Hoy, policías que deberían estar en la calle cuidan a presos”.
Por otra parte, 23 por ciento de los detenidos por robos y hurtos fueron arrestados al menos dos veces entre 2019 y 2021. Un 12 por ciento de los acusados en los mismos rubros son menores de edad de 13 a 17 años. Así, D’Alessandro apunta a otro debate más difícil: “Fracasa la Ley Penal Juvenil. No puede ser que no haya consecuencias”.
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