El Tribunal Oral en lo Criminal N°1 de Florencio Varela condenó este jueves a prisión perpetua Ariel Norberto García por el femicidio de Carolina Medina, que estaba embarazada de 8 meses y era mamá de otros dos chicos. El crimen ocurrió en octubre de 2018 en la habitación 10 de un hotel alojamiento de Florencio Varela, donde la víctima se desangró mientras su asesinó escapaba.
Fuentes judiciales confirmaron a Infobae que García fue hallado culpable de una serie de delito atroces: abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte, homicidio triplemente agravado por haber sido cometido mediando violencia de género, con ensañamiento y alevosía y aborto en concurso real por la muerte del bebé que gestaba la víctima.
La condena, emitida por los jueces María Florencia Butiérrez, Jorge Franklin Moya Panisello y Raúl Agustín Sequeiros, se dio a conocer poco antes de las 13 en la sede del tribunal, ubicada en Belgrano 3915 de Florencio Varela, en la zona Sur del Conurbano bonaerense.
El femicidio de Carolina ocurrió el 13 de octubre de 2018 en el hotel alojamiento “Susurros”, ubicado en Humaitá 21 al 2.100, entre Storni y Remedios de Escalada. Se trata de uno de los crímenes más salvajes de la historia policial reciente.
De acuerdo con la investigación, el asesino escapó del albergue transitorio a toda velocidad, a contramado y llevándose por delante la barrera del estacionamiento. Las cámaras de seguridad captaron la escena, clave para obtener la patente del vehículo e identificar al asesino. Durante el juicio, uno de los empleados del hotel contó que lo vio escaparse y tenía las manos ensangrentadas.
Mientras García escapaba, y luego de que una pareja de otro cuarto avisara a la conserjería sobre pedidos de auxilio que provenían desde la habitación 10, los empleados el lugar se dirigieron hasta la habitación que le habían destinado tres horas antes y se encontraron con una escena de terror. Carolina yacía sobre un charco de sangre sobre a cama.
La autopsia reveló que la víctima falleció como consecuencia de un “shock hipovolémico con lesiones traumáticas en la zona genital y abdominal” y recién pudo ser identificada dos días después cuando su pareja, Alfredo Humberto Roldán, se acercó a la Comisaría 3º de Florencio Varela para hacer la denuncia de averiguación de paradero.
Cuando la pareja de Carolina dijo que su mujer tenía un embarazo avanzado y que no la veía desde las 2 de la madrugada del sábado anterior, los policías lo contactaron con los investigadores del homicidio en el hotel alojamiento “Susurros”.
El hombre fue trasladado a la morgue judicial y allí supo que la joven que murió de una hemorragia en el hotel era su pareja, y que al bebé que esperaba, Nazareno, jamás lo conocería. Ese mismo día, detectives de la Delegación Departamental de Investigaciones de Quilmes encontraron a García escondido en la casa de una mujer que había sido su pareja y lo detuvieron. Lo entregó su papá.
Tras el juicio, la familia de Carolina posó con un cartel que rezaba: “Se hizo justicia”. Algunos incluso llevaban remeras con la cara de la mujer asesinada. Sus hijos de 9 y 8 años también estuvieron presentes. “Muy eocionada, conmovida. Es la condena que nos pedíamos, que esperábamos. No había otra: no podía ser que dejaran esto impune”, contó Miriam, tia de la víctima a Infobae.
Y dijo que le conmovió ver a su hermana, la mamá de Carolina, “durante tantos años, luchando para que salga esa condena. Me volvió a romper el corazón, y cuánta razon tiene porque, por más que lo condenen a 100 o un millón de años, a mi sobrina y a mi sobrino nieto no lo vamos a ver nunca más, no vamos a tener el privilegio que tiene el padre de ese asesino serial de ir a visitarlo a una cárcel”.
Miriam contó que, con esta condena, volvieron, como familia, a creer en la Justicia. Sólo pidió que no quede en este veredicto, “que sigan investigando a García por el crimen de Natalia Soleto y Silvina Miño”, dos causas que se despabilaron tras el arresto del femicida de Carolina.
Sotelo fue asesinada el 29 de noviembre de 2010 en la casa de García de Quilmes y él alegó que la chica le había querido robar: usó un destornillador para darle tres puntazos y, como Carolina, Natalia se desangró. La Justicia, en su momento, lo trató commo una legítima defensa y el hombre quedó libre. No se tuvo en cuenta que habían tenido una relación.
A Miño se la tragó la tierra en enero de 2017. Se tomó un remís hasta la casa de García y se fueron juntos a una fiesta. Luego, pasaron por un hotel alojamiento. Él regresó a su casa y, en el camino, adujo que la dejó parada del colectivo. Los investigador lo tomaron como “principal sospechoso” pero no pudieron acusarlo. Silvina nunca apareció.
Miriam, la tía de Carolina solo pide que se haga Justicia por esas mujeres. Que García “pague por todo el daño que causó, por dejar a mis sobrinos sin su mamá y hermanitos, que pague por el daño que nos causó a nosotros como familia”.
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