Carlos Argüelles, el imputado arrepentido que declaró en la causa contra el capo criminal rosarino Esteban Lindor Alvarado, fue asesinado en septiembre del año pasado de dos tiros en la cabeza frente a su taller mecánico. Ese testimonio, con declaraciones incendiarias, fue reproducido en el juicio oral y público contra el presunto jefe narco acusado por instigar el homicidio del prestamista Lucio Maldonado en 2018, por maniobras de lavado de activos y por la supuesta jefatura de una asociación ilícita que ya tiene a 22 personas condenadas.
Su canto fue largo. La declaración de Argüelles, realizada en agosto de 2020, duró tres horas y media y se mantuvo en reserva. Se conoció su voz en Rosario hace dos semanas, cuando fue reproducido el video de su crudo testimonio.
Hoy, Infobae accede a esas imágenes. Según cree la Justicia, le garantizaron la muerte en un ataque sicario.
En el primero de los cuatro fragmentos, Argüelles expuso supuestos viajes que hacía Alvarado para trasladar droga desde Paraguay hacia Argentina. Esos vuelos también fueron señalados ayer en una investigación conjunta entre la Justicia federal de Rosario y fiscales provinciales que hicieron más de una decena de allanamientos en Rosario, Funes, Roldán, Álvarez, Ibarlucea y en la provincia de Córdoba donde fue detenido Fabián Pelozo, un presunto mayorista narco ligado a Iván Giménez, también narco y víctima del triple crimen ocurrido en febrero.
Además, Argüelles comentó que Alvarado tendría una estrategia para cerrar búnkeres de droga de bandas rivales: mataba gente en la puerta de esos quioscos. “Cuando pasaba, llegaba la Policía, allanaba y cerraban los búnkeres”, aseguró.
Por otra parte, el mecánico e imputado colaborador afirmó que Alvarado tenía como plan secuestrar al hijo del ex ministro de Seguridad de Santa Fe Maximiliano Pullaro y también soltar un cargamento de marihuana desde un avión en el Gigante de Arroyito durante el desarrollo de un partido de Rosario Central. “Quería ponerle a los paquetitos la cara y el nombre de Pullaro para que lo echen”, aseveró.
En aquella declaración en la audiencia de agosto de 2020 –legalmente, anticipo jurisdiccional de prueba–, Argüelles también auguró su fatal destino. Contó que el hijo de Alvarado le habló por Instagram a su hijo para pedirle dos camionetas y después de la charla le dijo que su padre lo quería mucho al mecánico “a pesar de lo que pasó”. “Todavía estoy tratando de dilucidar si me quiere matar”, manifestó el hombre.
“Todo esto lo digo bajo juramento. Asumo el riesgo. Entre tantos muertos, uno más...”, concluyó Argüelles. Un mes y un año después fue baleado en la cabeza.
En la declaración filmada, el mecánico leyó parte del relato que brindó en papeles que llevó con anotaciones. En un momento, se le cayó un papel y preguntó el orden que debía seguir. Eso motivó que el fiscal Matías Edery se acercara a su escritorio para devolverle la hoja. Esa situación fue objetada por el propio Esteban Alvarado cuando se terminó de reproducir el video de tres horas y media de Argüelles. “Me están jugando sucio”, criticó.
En diálogo con este medio, Lindor Alvarado se desligó del asesinato del mecánico: “Me convenía que siga vivo”, afirmó.
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