Un ajuste narco contra una familia, la trama detrás del crimen de un hombre en silla de ruedas

Martín Villaba tenía 35 años y fue ejecutado en plena tarde en el barrio Gráfico. La foto de la escena del crimen se hizo viral: un perro se acostó junto al charco de sangre de la víctima

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Un posible ajuste de cuentas entre bandas narco asoma como principal hipótesis detrás de un brutal asesinato ocurrido el viernes pasado en barrio Gráfico, uno de los sectores más postergados de Rosario. Martín José Villalba, de 35 años, fue acribillado en su silla de ruedas en plena tarde en la intersección de Yaguareté y Mateo Booz. La víctima no figuraba en investigaciones como integrante de un clan bajo sospecha por venta de droga –sí en llamados al 911–, pero el ataque mortal parece ser un mensaje para la organización que ya tuvo bajas el año pasado.

El crimen ocurrió a las 16.11 y Villalba fue atacado desde una moto con dos ocupantes, según los primeros datos aportados por testigos. El cuerpo tenía numerosos orificios de bala. Debajo de la silla de ruedas en el que estaba el cadáver se encontraba echado un perro, que se acostó al lado del charco de sangre de Villalba, una imagen que se viralizó a través de las redes sociales.

La principal línea investigativa del fiscal de Homicidios Dolosos Alejandro Ferlazzo es que el homicidio de Villalba fue un ajuste con su familia, bajo conflicto con organizaciones aparentemente narco.

Villalba no tenía hasta el viernes pasado mención alguna en crónicas policiales. Sí su madre Silvia, cuya casa en Magaldi al 8700 –cerca del lugar del homicidio– fue atacada a balazos el 25 de octubre del año pasado. Esa mujer luego resultó herida de bala el 9 de noviembre pasado en el mismo domicilio.

La dirección de la casa donde fueron esas dos balaceras en octubre y noviembre pasado quedó registrada en llamados al 911 en el año 2019, donde se indicó que allí se vendían estupefacientes. El denunciado por la comercialización al menudeo fue Martín, el joven asesinado. Por fuera de esa información, nunca fue imputado o vinculado a la comercialización de sustancias. Sí hubo otra comunicación al teléfono de emergencias el 22 de abril de 2020 por incidentes familiares, donde se refiere que una persona en silla de ruedas estaba bajo el efecto de estupefacientes.

Si bien Villalba no asoma como una figura relevante en la comercialización de droga, sí familiares suyos. De hecho, en septiembre del año pasado, fueron detenidos dos parientes con 12 kilos de cocaína en allanamientos de la Policía bonaerense en los que se hizo presente el ministro de Seguridad Sergio Berni en Rosario.

Los detenidos por entonces fueron Gonzalo Ezequiel Villalba y Julio César Villalba. El primero fue detenido en Jacobacci al 9.100, y el segundo en Mateo Booz y calle 1649. Ambos domicilios se encuentran en la misma zona del asesinato del viernes pasado.

Esos dos familiares de Villalba cayeron tras una investigación de la Justicia federal de San Nicolás, donde se sospecha que trasladaban la droga. En esos operativos en los que estuvo personalmente Berni se secuestraron panes de cocaína con el sello de un delfín, un distintivo visto en la banda de Reinaldo Delfín Castedo –conocido como “Patrón del Norte”–, detenido en 2016 como presunto líder de una organización internacional narcocriminal.

El apellido Villalba figuraba hace tiempo en el radar de varios fiscales provinciales, principalmente de Valeria Haurigot, jefa de la unidad de investigaciones de Balaceras de Rosario, que ordenó una serie de allanamientos en ese barrio en el marco de una disputa narco.

Las caídas de los dos miembros del clan, presuntamente dedicado a la venta de droga, desembocaron, según establecieron investigadores policiales, en una escalada de violencia que tuvieron como saldo los crímenes de David Quiroz (27), que tuvo lugar el 24 de octubre del año pasado en Magaldi al 8700, y el homicidio de Alexis Rubén Manuel Fernández (17) el 25 de octubre y en la misma cuadra.

Los allanamientos que ordenaron las fiscales provinciales Haurigot y Marisol Fabbro para detener a los involucrados en los crímenes, balaceras y usurpaciones tuvieron un saldo sumamente negativo. No encontraron a nadie en los domicilios de barrio Gráfico. Incluso, en algunos lugares había indicios de que los ocupantes se habían ido recientemente, lo que abrió la sospecha de que alguien filtró los datos de los operativos.

La Policía de Santa Fe incluso elevó un informe a la Justicia federal de Rosario en el que detalló 20 quioscos de droga en la zona noroeste, la mayoría de ellos regenteados por el clan Villalba, según detalló la propia fuerza de seguridad provincial.

Los puntos de comercialización se encuentran en barrio Gráfico, barrio Tango, en el Fonavi Supercemento y barrio Antártida Argentina, todo en la zona noroeste.

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