Un preso de la cárcel de Piñero, un taxista y una desempleada de 46 años –que vive en un hotel de Rosario pago por el Ministerio de Desarrollo Social de Santa Fe– quedaron envueltos en una trama de extorsiones y balaceras a una mujer que vive en la zona Norte de la ciudad. Todo salió a la luz este sábado, cuando agentes encubiertos arreglaron con el teléfono de la víctima un pago de 250 mil pesos. El dinero fue dejado dentro de una bolsa en un tacho de basura de una plaza y fue retirado por la sospechosa, que llegó en un taxi.
El momento de la “entrega controlada” fue filmado hasta con un drone y así quedaron detenidos el chofer y su pasajera, que reclamó su inocencia y adujo que era una simple mensajera: “Yo no sabía de esto. A mí me dijeron que tenían que venir a buscar”.
Policía: -¿Quién le dijo?
Detenida: -La persona que me escribió en el WhastApp
Policía: -Nombre y apellido.
Detenida: -Pirulo, lo conozco como Pirulo pero tengo el teléfono...
La historia comenzó el 3 de febrero pasado, cuando dos personas en una moto abrieron fuego contra una casa ubicada en Agustín Álvarez al 300, en la zona Norte de Rosario. A partir de allí, el fiscal Pablo Socca de la unidad de Balaceras –también integrada por los funcionarios Valeria Haurigot y Federico Rébola– dispuso una serie de medidas a la Brigada de Inteligencia de la Agencia de Investigación Criminal (AIC).
Después del ataque a tiros a la propiedad, la víctima pudo conocer que a un allegado que vivió en ese domicilio le estaban exigiendo el pago de 700 mil pesos por una supuesta deuda que había contraído uno de sus familiares.
A partir de los avances que hubo sobre los teléfonos usados para hacer las comunicaciones extorsivas, se llegó a un interno de la Unidad Penitenciaria N°11 de Piñero, localidad cercana a Rosario. Se trata de R.L.C., quien está alojado en el pabellón 8 por estar acusado desde septiembre del año pasado por el fiscal Federico Rébola -también de la UFI de Balaceras- por formar parte de una presunta asociación ilícita.
Por disposición del fiscal, se le hizo una requisa a Contreras en su celda y se secuestró un teléfono. Con el correr de los días, de acuerdo a fuentes de la investigación, las extorsiones “aflojaron”. Sin embargo, el recluso volvió a tener un celular y regresaron los mensajes intimidatorios a la propietaria de la casa atacada.
La extorsión
En ese marco, el integrante de la UFI de Balaceras de Rosario dispuso un operativo de “entrega controlada”, que consistió en sacarle el teléfono a la víctima y, a través de agentes encubiertos, acordar un encuentro para efectuar un pago, que sería de 250 mil pesos.
“Vos sabés muy bien que la Policía no te va a cuidar. Siempre sabías eso por más que hayas hecho la denuncia y haya ido la fiscalía”, se lee en la captura del mensaje del Whatsapp que el extorsionador le mandó a la víctima y que fue respondido por las autoridades para hacer la entrega controlada y capturar a los sospechosos.
Y siguió: “¿Qué vas a hacer? Entregá el dinero sino esta noche vas a tener que irte de tu casa de los tiros que te van a llover. Pasame 300 mil y que se termine esto”. Cuando le respondieron que habían juntado 250 mil, le respondió: “Listo, señora, le ponemos fin a esto. Decime dónde me podés llevar los 250 mil”.
La operación se coordinó en una plaza ubicada en Marcelino Freyre y Álvarez Thomas, en la zona Norte. Para el procedimiento se dispuso de un drone que captó la secuencia de los otros partícipes en la extorsión: un taxi modelo Chevrolet Classic que frenó y del asiento del acompañante se bajó una mujer que se dirigió específicamente al tacho de basura donde se había pactado el depósito del dinero.
Una vez que la mujer tomó la bolsa –delito en flagrancia–, los agentes de la AIC la detuvieron a la sospechosa, identificada como C.N.R. (46), y al taxista D.M.V. (44). En un primer momento, el chofer aludió a que se trataba de un viaje ocasional y que desconocía el objetivo. Sin embargo, el fiscal pudo establecer, a través de medidas, que la mujer iba en el asiento delantero –no en el trasero, como cualquier pasajero– y que nunca hubo una llamada de parte de la aprehendida para solicitar un viaje.
Otro argumento que esbozó el taxista ante los investigadores policiales fue que no había acordado el viaje vía llamada o mensajes, ya que había sido de “palabra” el día anterior. Para el fiscal Socca esa fue otra inconsistencia, ya que la entrega controlada fue coordinada este sábado a las 14.30 y el pago fue hecho a las 17 aproximadamente.
Pero todo no terminó allí. En el video filmado por los agentes ante un testigo civil, la sospechosa cuenta que no tiene casa y que vive en un hotel. La situación despertó curiosidad que luego fue develada cuando se hizo un procedimiento en el lugar de alojamiento de la aprehendida.
El fiscal y personal de la AIC realizaron un operativo en el hotel La Viña, situado en 3 de Febrero al 1200, en el centro de Rosario. Allí se pudo constatar que el Ministerio de Desarrollo Social era quien pagaba su estadía –unos 20 mil pesos mensuales, según indicaron desde el albergue– junto con la de su hijo, quien fue entrevistado.
Infobae pudo saber de fuentes del caso que “la sospechosa se quedó sin trabajo en el Mercado de Concentración de Fisherton (un galpón donde los productores venden por mayor frutas y verduras), y ahí, ella y su hijo, se contactaron con un funcionario del gobierno provincial que les ofreció la solución habitacional de vivir en un hotel porque estaban sin techo”.
En la habitación N°17 del hotel donde dormía la mujer ahora detenida se secuestraron tres tarjetas bancarias a su nombre. Una era la Tarjeta Única de Ciudadanía que emite el gobierno provincial para asistencia alimentaria; una de débito del Banco de Santa Fe; y otra del Banco Nación. También se incautaron dos tickets de un cajero automático de Entre Ríos al 1.200, del Banco Municipal, de extracciones hechas el 24/5/20 con la siguiente descripción: “Planes sociales, destino de fondos: Electrodomésticos/ Artículos del hogar, importe solicitado $5.000″.
Con todos estos elementos, el fiscal Socca llevará a audiencia imputativa el próximo miércoles a las tres personas que participaron en las maniobras de la extorsión. El preso R.L.C., la mujer filmada mientras agarraba el dinero y el taxista que fue usado como medio de transporte. Sin embargo, quedó aún la incógnita de cuál es el nexo entre el recluso y los dos aprehendidos con la plata.
Tal vez un indicio que llegó a la Fiscalía pueda explicar el lazo entre los tres involucrados. La mujer figura en el libro de visitas de la cárcel de Piñero. Puntualmente, en el del pabellón 8 –donde está el R.L.C. detenido–. No obstante, fue a ver a su hermano R.E.R. que también está preso junto al principal sospechoso de ejecutar las extorsiones.
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