Un albañil de 30 años recibió múltiples disparos en la tarde de ayer en el barrio Las Flores, en la zona sur de Rosario, mientras hacía tareas en la fachada de la casa de su prima porque, justamente, había sido atacada a tiros.
Luego, su madre fue amenazada.
Nicolás Augusto L., de acuerdo a fuentes policiales, se encontraba tapando impactos de bala del frente de la casa de su prima Raquel M., de 26 años, cuando pasó una moto con dos ocupantes y dispararon otra vez más contra la propiedad. El albañil tuvo que ser trasladado de urgencia al hospital Roque Sáenz Peña. Por la gravedad de las heridas, fue derivado al Hospital Provincial, donde se encuentra con pronóstico reservado.
En el lugar del ataque, personal del Comando Radioeléctrico entrevistó a la dueña de la casa baleada dos veces en pocos días. La mujer dijo que desconoce por qué dispararon contra su domicilio y agregó que su pareja es David O., recluso de la cárcel de Piñero, donde se encuentra por una causa federal por el delito de venta de droga. Esa última información derivó en la hipótesis de que el ataque que se trataría de un posible mensaje a la familia de un preso por algún presunto ajuste de cuentas.
Sin embargo, dos horas y media después fue dejada una nota extorsiva en el domicilio del albañil atacado que decía “Vayancé (sic)”. El pedazo de papel lo recibió la madre del joven en su casa, también en barrio Las Flores.
El albañil tiene una larga lista de antecedentes penales, de acuerdo a los datos obtenidos por la Policía de Santa Fe. Fue detenido en causas por robo, violación de domicilio, amenazas y lesiones. Además, no fue la primera vez que resulta herido en un ataque: hace 12 años había sido baleado y fue apuñalado el 18 de enero 2012 y el 26 de mayo de 2013.
Las aprehensiones de Nicolás Augusto L. fueron en 2017 (por amenazas y lesiones), 2018 (violación de domicilios, en dos hechos, y un robo) y 2019 (lo detuvieron por incidentes dentro de un colectivo, cuyo chofer accionó un botón de pánico). El albañil también fue demorado el 10 de noviembre de 2012 por desplazarse con una moto robada.
El ataque al albañil fue uno de varios episodios violentos de las últimas 48 horas en Rosario, donde se registraron un asesinato, balaceras con heridos y enfrentamiento entre bandas con personas lesionadas. En total, hubo nueve personas atendidas por el sistema de salud de la ciudad por heridas de bala.
El miércoles hubo cinco heridos por disparos. En 24 de Septiembre y Colón, en la zona sur, un joven de 17 años fue baleado en la pierna derecha y se encontraba fuera de peligro; en Presidente Quintana al 3300, en la zona sudoeste, dos hombres de 35 y 37 años quedaron aparentemente en el medio de la línea de fuego de gatilleros en moto y sufrieron heridas. Uno de ellos recibió el impacto en el brazo izquierdo; el otro, en el pecho y en la espalda. Uno de los proyectiles entró en un domicilio e impactó en una pared, cerca de donde se encontraba parado un adolescente.
El tercer hecho del miércoles pasado fue un enfrentamiento en Juan B. Justo y Campbell, en barrio Empalme Graneros del distrito noroeste. Desde un auto dispararon contra dos personas que estaban en un kiosco, desde donde se efectuaron tiros, según el testimonio de vecinos. El saldo fue un joven de 19 años herido con dos tiros en el pecho y otros dos en la pierna derecha, por lo que fue llevado al Heca, el hospital de alta complejidad de Rosario. Además, un joven de 26 años –con antecedentes por robo en 2014 y 2015– recibió un tiro en el pecho y otros en piernas y brazos.
Este jueves por la noche, tres personas fueron atacadas en el pasaje Iberia entre Chacabuco y Esmeralda, en el barrio Tablada de la zona sur. Se trata de un pasaje de cien metros de vida que ya acumula múltiples menciones en crónicas policiales por varios episodios de personas heridas a balazos cerca de un kiosco de droga. En el caso de ayer, resultaron heridas tres personas, entre ellas un adolescente de 16 años con impactos de bala en testículos, piernas, brazos, espalda y en una axila. Se encuentra grave en el hospital de Niños Víctor J. Vilela.
SEGUIR LEYENDO: