Un robo millonario tuvo lugar este jueves en el Escuadrón N° 20 de la Gendarmería Nacional en Orán, Salta. El atraco se registró dentro de la oficina del Segundo Jefe de la Unidad. Por el momento no hay detenidos. El botín que los delincuentes se llevaron fue de 7 millones de pesos además de otros objetos de valor.
Según indicaron fuentes del caso a Infobae, todo comenzó cuando el Segundo Jefe del destacamento notó que la cerradura de su oficina se encontraba violentada. Una vez adentro del despacho, vio que la caja fuerte se encontraba fuera de lugar y estaba vacía. Se habían llevado un total de 7 millones de pesos. Incluso habían sustraído más de 100 teléfonos celulares, placas de video, discos rígidos y otros elementos.
Por su parte, los investigadores indicaron que tanto los objetos como el dinero en efectivo pertenecen a distintas causas investigadas por las fuerzas nacionales, en ese sentido se le dio intervención a la Policía de Salta, bajo la órbita de la Fiscalía Federal de Tartagal.
También, los ladrones se llevaron del despacho más de 44 mil pesos pertenecientes al Casino de Oficiales de la Unidad.
Por otro lado, también en el norte de Salta, ayer, el cadáver Héctor Luis Riso Molina, de 28 años, apareció tras ser buscado durante una semana. Fue encontrado en un descampado a la vera de la ruta provincial 13, camino a la localidad de la Unión, y en el marco de la investigación fueron detenidas siete personas.
Según indicaron, la fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Orán, Claudia Carreras, intervino en el caso e inició la investigación tendiente a esclarecer lo sucedido.
La fiscal Carreras se constituyó en el lugar del hallazgo y brindó las directivas necesarias para iniciar las tareas investigativas. Las fuentes del caso precisaron que, de las primeras tareas llevadas adelante por el Departamento de Investigadores del Cuerpo de Investigaciones Fiscales (CIF), se logró la detención de siete personas que estarían vinculadas al hecho.
Tres días antes de ser visto con vida por última vez, Héctor le escribió a su madre por WhatsApp: “Hola viejita, cuando termine la siembra voy a ir”, le dijo. Desde hacía un mes que el joven -oriundo de la localidad de Pichinal- se había radicado en la finca para trabajar durante la temporada. Cuatro días después, el jefe de Riso Molina en el campo se comunicó con la familia para avisarles que el joven no había regresado a trabajar, luego de irse con dos compañeros. El encargado de la finca les comentó que salieron después de cobrar su jornal y que los dos acompañantes sí habían regresado.
Las alarmas en la familia se encendieron. Según la denuncia radicada por la madre y publicada por el medio Agenda Salta, la mujer se trasladó hasta la finca en remise, en donde habló con los dos acompañantes de Héctor: lo único que le dijeron fue que su hijo se había quedado en La Estrella. La mujer decidió ir hasta el pueblo y allí le confirmaron la presencia de los tres changarines pero no mucho más.
En la denuncia se aclaró que todas las pertenencias del joven se encontraban en su lugar, a excepción de su billetera, la ropa que llevaba puesta y su celular. Hasta ese momento la desaparición era un misterio. La familia no lograba entender qué podría haberle ocurrido y más con el hecho de que no hace mucho que estaba en La Estrella.
Los investigadores, por su parte, comenzaron rápidamente a actuar. Tras la denuncia, se activó el protocolo de búsqueda de personas extraviadas y se trasladaron grupos especiales desde Salta capital. Pero los resultados durante casi siete días fueron nulos.
¿Lo mataron a golpes?
Según publica El Tribuno de Salta, durante la búsqueda comenzaron a surgir versiones de que un testigo observó el momento en que Molina era golpeado por varios individuos, quienes al parecer eran trabajadores rurales que se desempeñaban como tractoristas de la zona.
En un comercio de La Estrella, efectivos de la policía local se enteraron de que “unos tractoristas habían pateado a un chango”. Luego de obtener sus descripciones, casi de inmediato los uniformados dieron aviso a sus superiores y con la autorización del Juzgado, demoraron a los siete hombres sospechosos. Al cabo de unas horas y al ser interrogados, uno de ellos al parecer se quebró y confesó haber acompañado al resto a tirar el cuerpo.
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