Carolina Medina tenía 25 años, una nena de 8, un nene de 6 y estaba embarazada. Su bebé se iba a llamar Nazareno, pero nunca nació. A esta mamá, que cursaba el sexto mes de gestación de su tercer hijo, la mataron: murió de una manera espantosa en una cama de la habitación 10 de un hotel alojamiento de Florencio Varela, desangrada a causa de las lesiones que le provocó el femicida en el aparato urinario, digestivo y reproductor cuando la violaba.
Pasaron tres años, cuatro meses y 17 días desde el crimen de Carolina y el asesino llega a juicio este miércoles a las 10. Ariel Norberto García (40), preso en la Unidad 34 de Melchor Romero desde que su familia lo entregó en octubre de 2018, se sentará en el banquillo de los acusados del Tribunal Oral Criminal N°1 de Florencio Varela, en la provincia de Buenos Aires.
Imputado por los delitos de abuso sexual con acceso carnal seguido de muerte, homicidio agravado por haber sido cometido mediando violencia de género con ensañamiento y alevosía y aborto, García está en la lista de los que declararán en la primera jornada del juicio. No se espera que lo haga, no lo hizo cuando fue indagado ni en estos 1.236 días que pasaron desde el crimen.
Aquel 13 de octubre de 2018, Carolina salió de su casilla del asentamiento de Quilmes Oeste donde vivía con Alfredo Humberto Roldán, el papá del futuro bebé. Eran cerca de las 2 dejó y se fue al kiosco. “Tenía antojos, quería un chocolate y un yogur, y salió a comprar”, le dijo su viudo a Infobae por entonces.
También contó que ambos habían abandonado la adicción. “Nos conocimos acá en la zona. Los dos consumíamos paco, ella compraba en otro lado, consumíamos juntos... pero cuando quedó embarazada dejamos los dos, nos rescatamos”, relató Alfredo en aquel trágico 2018.
Es que esa madrugada Carolina se encontró con su asesino, García, que tenía antecedentes de consumor de drogas. Las circunstancias de cómo ambos llegaron a la habitación 10 del hotel Susurros de Florencio Varela se debatirán en el juicio, o no. Lo cierto es que allí encontraron a la mujer embarazada, sin vida y sobre un charco de sangre ya sobre el mediodía.
A García lo delató la cámara de seguridad del hotel, cuando lo captó huyendo en su Ford Focus solo: la patente del auto quedó registrada y fue clave. Tras esconderse en la casa de su ex mujer en la zona de Don Bosco, el 14 de octubre a la noche su padre lo entregó a la Policía.
García por ese entonces tenía antecedentes por robo agravado por el uso de armas de 2011, por el que estuvo preso en la cárcel de Gorina con una condena del Tribunal Oral Criminal N°4 de Quilmes. Además, en 2013 le habían dado una morigeradora para internarse en el centro de adicciones. Ahora, las pruebas en su contra son contundentes.
Mientras tanto, los hijos que Carolina tuvo como fruto de una relación previa a la de Alfredo, ya tienen 11 y 9 años y siguen al cuidado de su abuela materna. En el muro del Facebook donde se relatan los pormenores del largo camino para llegar a este juicio, y donde también se repite la foto de la cara sonriente de García con la leyenda “asesino”; la hija mayor de la víctima sostiene un cartel en el que pide Justicia por su mamá y su hermano nonato, Nazareno.
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