“Déjenme acá”. La frase todavía resuena en los oídos de aquellos que quisieron ayudarlo a escapar de las llamas que consumieron un centro de rehabilitación de Pilar el lunes pasado. No pudieron. Él mismo fue quién, según pudo saber Infobae, había iniciado el incendio prendiendo fuego un colchón, y falleció. No fue el único: también murieron otros tres pacientes que quedaron atrapados e intoxicados por el humo.
Lo que sucedió el lunes pasado en Pilar fue una tragedia signada por un predio sin habilitación, que fue clausurado y con más de 50 jóvenes en tratamiento que debieron ser reubicados de urgencia.
El drama ocurrió en la comunidad Resiliencia San Fernando, un predio ubicado en Paunero al 2.800, en la localidad de La Lonja. La causa del incendio es investigada por la UFI N°3 de Pilar, a cargo del fiscal Germán Camafreita, quien calificó el caso como “homicidio”: el principal acusado es una de las víctimas, quien comenzó el fuego.
Paralelamente, la situación del centro de rehabilitación de Pilar quedó en la mira de la Justicia. Justamente, la Comisión Provincial por la Memoria denunció que en ese lugar había “condiciones de detención y régimen de vida que se constituyen en graves violaciones de derechos humanos”.
Lo cierto es que, según fuentes de la investigación, ese lunes trágico “los chicos estaban en medio de un taller, cuando uno de los pacientes se levantó, con el encendedor y un cigarrillo en la mano, y se fue para la zona de los cuartos”.
En base a la descripción del lugar que conecta la zona donde se daba el taller y la de los cuartos, hay como una curva. “Perdieron de vista al chico que se fue a fumar y enseguida comenzó un fuego voraz en las habitaciones, donde primaban los colchones y también las rejas en las ventanas”, detallaron.
“Muchos quedaron encerrados del lado de los cuartos cuando comenzaron las llamas. Como pudo, el resto intentó rescatarlos. Rompieron las ventanas que pudieron pero las rejas dificultaron todo”, señalaron las fuentes consultadas y dijeron que, incluso, llegaron al joven que había comenzado las llamas. “Cuando lo quisieron sacar, les dijo: ‘Déjenme acá’”, revelaron. Fueron 16 los que se salvaron.
En total, cuatro hombres, todos mayores de edad, murieron durante el incendio en el predio de Pilar de la Fundación San Fernando, que en su sitio web se define como un “centro de rehabilitación de adicciones con abordaje terapéutico y espiritual”.
Según señala en su página web, la Resiliencia San Fernando ofrece internación, tratamiento ambulatorio y hospital de día. “Este proyecto surge como consecuencia de la necesidad de ayudar a aquellas personas y familias que están atravesando por esta enfermedad, brindarles un lugar donde puedan encontrar una cierta luz de esperanza”, publicaron en su portal.
Pero, si bien adujeron ante los investigadores que la documentación del lugar se quemó en el incendio, las fuentes consultadas contaron que, tras una consulta al Ministerio de Salud bonaerense, supieron que “no estaba habilitado para funcionar”. Los mismos bomberos que apagaron las llamas y que certifican este tipo de centros “informaron que tampoco contaba con ese certificado”, dijeron las fuentes consultadas.
Por todo esto, el predio fue clausurado y los casi 50 pacientes debieron ser derivados de urgencia a otras comunidades terapéuticas, e incluso a hospitales para aquellos que padecían problemas de salud mental. En la Justicia, en tanto, se evalúan los pasos a seguir en el marco del incendio.
Desde la Comisión Provincial por la Memoria (CPM) denunciaron que “no había ningún matafuego en el edificio ni existía plan de contingencia ni salidas de emergencias” también dijeron que la comunidad “estaba sobrepoblada” y aseguraron que “tenía denuncias previas por estos hechos y el fallecimiento de un joven el año pasado que no se investigaron”.
“La Comisión Provincial por la Memoria, en su carácter de Mecanismo Local de Prevención de la Tortura, se entrevistó con los sobrevivientes, se presentó como particular damnificado institucional en la causa penal que investiga las muertes e interpuso un habeas corpus colectivo a favor de los usuarios de la comunidad”, comunicaron desde CPM.
También remarcaron que el lugar “no contaba con habilitación para el tratamiento de la salud mental” y que “el incendio en una de las habitaciones de reclusión desencadenó la masacre: cuatro usuarios de entre 25 y 40 años fallecieron por intoxicación de monóxido de carbono”.
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