Invirtieron todos sus ahorros y quedaron en la ruina: dos historias, la misma estafa piramidal

Fernando Galli y Franco Luna, inspector de colectivos y trabajador de la vendimia, llevaron a la Justicia a la firma Ganancias Deportivas S.A, que operaba en Mendoza con un presunto esquema Ponzi

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Franco Luna (izquierda) y Fernando
Franco Luna (izquierda) y Fernando Galli invirtieron sus ahorros en la empresa Ganancias Deportivas S.A. y perdieron todo

Fernando Galli tiene 47 años y trabaja como inspector en la Línea 60 de colectivos, en la Ciudad de Buenos Aires. Franco Luna tiene 29 años y se gana la vida como trabajador rural en un viñedo de Luján de Cuyo, Mendoza. No se conocían, los separaban más de mil kilómetros de distancia, pero tenían la misma ambición: generar un ingreso extra sin la necesidad de buscar otro trabajo y más en tiempos de cuarentena, donde las oportunidades eran escasas.

A fines del 2020, en San Rafael, en el sur de Mendoza, desembarcó una supuesta empresa, Ganancias Deportivas S.A. No existe ninguna firma con ese nombre entre las bases de datos de la AFIP o el Boletín Oficial, pero así se anunciaba. Los sanrafaelinos, algunos, se interesaron. GD ofrecía tomar dinero para devolver con una tasa de intereses fabulosa, un 20 por ciento, la misma cifra que ofrece Generación Zoe, el presunto esquema Ponzi masivo regenteado por el hoy prófugo Leonardo Cositorto.

Seducido por la exorbitante rentabilidad, Fernando se sumó a un Zoom de GD, invitado por un compañero de trabajo y allí conoció a David Villegas, el supuesto líder argentino, que decía “haberle encontrado la vuelta” al sistema capitalista sumándose a GD.

Entre los mensajes místicos y motivacionales típicos del coaching ontológico, Villegas mechaba alguna que otra información financiera y arengaba a los nuevos integrantes del grupo a invertir en la empresa para ingresar a una especie de paraíso. “A los tibios los vomita Dios”, profesaba, en tono bíblico.

Los aspirantes a inversionistas son
Los aspirantes a inversionistas son invitados a reuniones de Zoom para que conozcan los beneficios que ofrece la empresa: ganancias mensuales del 20%

Según la información que Ganancias Deportivas S.A. brinda en su propia web, se trata de una compañía con orígenes en Costa Rica y España y que promete ganancias fáciles y siderales a partir de apostar dinero en Internet en base a los resultados de eventos deportivos, principalmente de fútbol internacional.

A pesar de las dudas, Fernando se dejó llevar por el entusiasmo de sus compañeros de la Línea 60; que para esa época ya eran más de 20 que ponían dinero en GD: tres de ellos que oficiaban de reclutadores.

Fernando se endeudó: Pidió dos créditos, uno en el Banco Nación por $200 mil y otro en el Banco Itaú por $250 mil, y los invirtió en GD, pensando en salvarse.

“Según la membresía que pagabas te daban un interés determinado. Yo aboné 107 euros y me aseguraba el 20% mensual de esos $450 mil. Es decir, $90 mil”, contó el inspector de colectivos a Infobae, quien por temor a perder su trabajo necesitaba un “plan B”.

Siguiendo las indicaciones de Villegas, abrió una billetera virtual, cambió ese dinero a Bitcoin y se lo transfirió a GD el 16 de febrero de 2021. “Me dijeron que el pago también iba a ser en esa criptomoneda, que luego la tenía que vender para pasarla a pesos y así retirar la plata desde mi cuenta bancaria”, recordó Fernando.

Sin embargo, no todo resultó tan sencillo. Había una cláusula que decía que para hacer el primer retiro era necesario que las ganancias superaran los 100 euros y la suya apenas rindió 80 euros. La solución, me decían, era seguir reinvirtiendo para generar más plata y así traspasar esa cifra. Pero mientras tanto yo tenía que pagar $32 mil de interés por los créditos y no tenía un mango”, relató.

El discurso es clásico: cuando el presunto Ponzi falla, la víctima debe reinvertir para detener el sangrado en otros frentes. Lo mismo ocurriría en Generación Zoe, de acuerdo a testimonios.

En paralelo, Fernando leía en el grupo de Telegram de Ganancias Deportivas que mucha gente había renunciado a sus trabajos, vendía sus autos y sus casas, o le entregaba sus ahorros e indemnizaciones a GD “con la esperanza de salvarse”.

A un año de lo que considera “el gran error de su vida”, solo pudo hacer tres extracciones: dos de 100 euros y otra de 200 euros. Este último pago se concretó en julio del año pasado. “No cobré nunca más y tampoco pude retirar mi capital. Me estafaron”, enfatizó el damnificado.

Fernando trabaja como inspector de
Fernando trabaja como inspector de la Línea 60 de colectivos y los $450 mil que invirtió los obtuvo con dos créditos bancarios

El mendocino Franco Luna invirtió 4.000 euros y hoy está quebrado. “La mayor parte de mi vida fui muy pobre. Vengo de una familia humilde donde mi papá me enseñó a trabajar desde pequeño. Salía del colegio y me iba a trabajar con él al viñedo. Me enseñó que cada peso que ganaba lo tenía que ahorrar y así lo hice”, contó.

El joven, que desde los 12 años se dedica a la siembra y cosecha de la uva, entró a GD referido por un amigo y él a su vez recomendó a otro, con la promesa de obtener más ganancias. A Franco le fue peor que a Fernando: invirtió más dinero y solo pudo hacer una extracción de 300 euros.

“Cuando en las reuniones empecé a preguntar por qué no me pagaban lo que me habían prometido, empezaron a censurarme y descalificarme delante de todos. Era como una secta, donde todos teníamos que razonar como ellos y obedecer las órdenes. La orden era reinvertir el dinero”, dijo indignado.

El COVID-19 hizo estragos en su familia. Su papá falleció, su madre estuvo internada y quedó con secuelas físicas. Si bien él también contrajo el virus, solo le causó problemas económicos porque estuvo un tiempo sin trabajar. “Ni siquiera tenía plata para comprarle los remedios a mi mamá”, recordó Franco.

Franco, que trabaja en un
Franco, que trabaja en un viñedo de Luján de Cuyo, invirtió 4 mil euros en Ganancias Deportivas S.A.

Fue allí cuando contactó a Villegas para que le devolviera su dinero y todo fue para peor. “En tono soberbio me dijo que le dejara de romper las pelotas, que basta de novelas, que basta de mentiras y que me dejara de joder. Incluso, se hizo el ofendido y bloqueó. Ahí caí que me había engañado y toque fondo”, admitió el joven, quien a medida que pasaban los días se iba enterando de más casos como el suyo.

Alertado por lo sucedido, el fiscal de Instrucción de San Rafael, Javier Giaroli, inició una investigación de oficio en febrero de 2021 y alertó a los mendocinos -en una conferencia de prensa- sobre el “accionar fraudulento” de tres plataformas que ofrecen enormes réditos económicos a los ahorristas que inviertan en ellas, una virtual proliferación de esquemas Ponzi.

Una de ellas es Ganancias deportivas, las otras dos son Qubitech y Intense Live. ”No cabe duda de que las tres plataformas son fraudulentas”, aseguró Giaroli al invitar a los damnificados a radicar las respectivas denuncias. “Obedecen a un sistema de tipo Ponzi y piramidal que puede llegar a caer y convertirse en una estafa”, afirmó ante la conmoción de la sociedad que se negaba a creerle.

Hoy, Fernando Galli y Franco Luna forman parte de las 28 primeras denuncias que recibió el fiscal Giaroli, “La mayoría no se animan a hablar por vergüenza”, estimó Luna.

Tanto el trabajador de viñedos como el inspector de colectivos decidieron romper el silencio luego de ver la caída de Generación Zoe ya que muchos de los líderes de GD también reclutaban gente para la filial de Zoe en Mendoza. Sin embargo, no tienen las mismas expectativas. “No entendemos por qué la justicia actuó con tanta celeridad en el caso de Zoe, donde emitió un pedido de captura contra su máximo responsable, y con GD no pasa nada. Está todo frenado”, coincidieron.

Ganancias Deportivas S.A. está en
Ganancias Deportivas S.A. está en la mira de la justicia, que la investigan por su accionar fraudulento similar al sistema Ponzi

Consultado por Infobae, el fiscal Giaroli admitió la causa se encuentra en una especie de limbo procesal. “El año pasado, la Justicia provincial declaró que yo era incompetente para continuar con la investigación y que debía enviarla a la Justicia federal. Pero la Justicia Federal rechazó la competencia y ese conflicto ahora debe resolverlo la Corte de la Nación, que todavía no se expidió”, explicó el fiscal.

Al crearse un conflicto de competencia, lo único que puede hacer Giaroli por el momento es recibir denuncias pero no investigar.

La semana pasada la PROCELAC pidió un informe a la Fiscalía de San Rafael por esa investigación de oficio. Al ser un organismo del Ministerio Público Fiscal Federal tal vez la Justicia Federal esté por cambiar de postura, se entusiasmó Giaroli, dispuesto en acabar con este tipo de estafas piramidales que irrumpió en el país y sentó las bases en su ciudad.

Mientras tanto, los esquemas Ponzi en Argentina viven un insólito auge.

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