Alberto Manuel Freijo, alias “Aceite” o “Aceituna”, un veterano del hampa, tenía sobre su cabeza una recompensa de 5 millones de pesos, uno de los asesinados más buscados por la Justicia. Estaba acusado de asesinar el 31 de enero de 2020 durante un robo a Germán Chávez, un cajero de la sucursal de Isidoro Casanova, en medio de un asalto comando.
Tras permanecer prófugo durante 714 días, Freijo cayó ayer en Florencio Varela luego de tirotearse con efectivos de la Dirección Contra el Crimen Organizado Policía Bonaerense. “Estaba jugado”, reconoce un detective. Al verse cercado, cargó con fuego y recibió cinco impactos de bala. Entre sus pertenencias, encontraron una vieja ametralladora Halcón.
Así, “Aceite” tuvo que ser trasladado al Hospital El Cruce de Florencio Varela con una custodia de la Policía Federal. Falleció en la mañana del miércoles a causa de sus heridas, confirman fuentes del caso a Infobae, sin que fuera indagado por su crimen.
Freijo fue visto este martes por la tarde en el cruce de Noruega y La Haya, en el sur del Conurbano. El sospechoso caminaba con una mochila, teñido de rubio. En ese momento, los detectives bonaerenses dieron la voz de alto y “Aceite” respondió a los tiros. Los policías replicaron a balazos hasta que Freijo cayó malherido y fue arrestado.
Según indicaron fuentes policiales a Infobae, se le secuestró una ametralladora calibre 9 milímetros, un chaleco de transporte que decía “policía”, una gorra y una porta credencial con la insignia de la Bonaerense. También un juego de esposas, dinero en efectivo y documentación.
“Aceite” fue identificado en un video que lo muestra el día que mató a Chávez, el 31 de enero de 2020 en la sucursal Isidro Casanova del Banco Nación. Tenía una media de nylon en la cabeza pero se lo vía bien, era él.
Luego de los gritos y la clientela en el piso, el cajero Germán Chávez, jugador de eSports, bajista de una banda de heavy metal, trató de frustrar el robo. Freijo, de acuerdo a las acusaciones en su contra, apuntó y disparó. Germán murió de un tiro en el abdomen y “Aceite” huyó junto con sus cómplices, y un botín escaso de apenas $190.000.
La media de nylon, en realidad, hizo poco para ocultarlo. No era nada nuevo. La cara de Freijo, oriundo de un barrio de La Tablada, alias “Aceite”, alias “Aceituna”, alias “Hugo César Freijo”, “Gustavo Florio” o “Damián Alberto Silva” ya era conocida para la Justicia y para los jefes del Servicio Penitenciario Federal desde hacía mucho tiempo. Es que tiene una larga historia de entradas y salidas en distintas cárceles del país.
En agosto de 2013, el Ministerio de Seguridad de la Nación había colgado sobre su cabeza una recompensa de medio millón de pesos de aquel entonces, cuando se fugó del penal de Ezeiza junto a una banda de otros doce delincuentes. Entre ellos estaba una leyenda del hampa argentina: Martín Alejandro Espiasse, alias “Banana”, que protagonizó el asalto a la carga del cajero del Ministerio de Economía en Rawson donde fueron asesinados dos policías y fue recapturado en 2017 en Mendoza con un arsenal de armas pesadas y explosivos.
“Aceite” ya era un pesado para ese entonces. Tenía antecedentes por robo a mano armada en el Juzgado de Garantías N°6 de La Matanza, causas en la Ciudad de Buenos Aires desde 1999, cuando era menor de edad, y luego un procesamiento por atentado a la autoridad agravado por el uso de arma que llegó a la Sala II de la Cámara Federal de San Martín.
Lo recapturaron en enero de 2014. La DDI de La Matanza lo encontró con medio kilo de cocaína encima en un operativo antidrogas. “Fue un parto encontrar a este tipo”, dijo un investigador histórico que le siguió el rastro tras la huida: “Y fue totalmente al pedo”. El 10 de mayo de 2016, de acuerdo a registros carcelarios, Freijo salió de la cárcel de Devoto, un hombre libre.
Hasta que enero de 2020, cuando mató a Chávez. En ese momento, los detectives lo fueron a buscar a la casa en la calle Jujuy en La Tablada vinculada en el Registro Nacional de las Personas a su número de documento, el mismo que consta en los registros de su pedido de captura tras la fuga. No lo encontraron a él, pero hallaron el documento que comienza con 28 millones. Lo buscaron también en Laferrere, en la casa de su madre, que dijo que no hablaba con Alberto hacía meses.
No solo estuvo la cámara de seguridad para marcarlo: alguien lo señaló. Apuntó directamente a uno de los lugares calientes para la causa, el barrio Villegas de Ciudad Evita, que “Aceite” frecuentaba junto a otros dos cómplices. Llegaron otros datos de la Policía, de la DDI de La Matanza de la Bonaerense, de la división Robo Organizado de la Federal...
Del barrio viene su apodo, precisamente: sus padres vendían aceite en Villegas.
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