La Policía de la Ciudad detuvo al líder de una peligrosa banda acusada de haber robado bajo la modalidad de entradera en los barrios porteños de Caballito y Belgrano. Según confirmaron fuentes oficiales a Infobae, el delincuente cayó gracias a que las víctimas lo identificaron por una particularidad: es ciego de uno de sus ojos. De ahí, su alias: “El Tuerto”.
En el mismo procedimiento donde capturaron a “El Tuerto”, el cabecilla de la banda identificado como Daniel Alejandro Cazón (22) y con antecedentes penales por otros robos, también se logró arrestar a uno de sus cómplices, de 20 años, se incautaron armas, municiones y el auto que usaban para cometer los asaltos.
La investigación para dar con Cazón duró un mes y fue encabezada por la División Robos y Hurtos, perteneciente al Departamento Delitos de Sustracción de la Policía de la Ciudad, que hizo un intenso trabajo de campo para poder atrapar a los sospechosos y también recibió la colaboración de la División Extracción y Análisis de Imágenes y del Centro de Monitoreo Urbano (CMU) del Ministerio de Justicia y Seguridad porteño, además de la División Individualización Criminal de Policía Federal.
En la causa intervino el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional N°55, a cargo de la jueza Alejandra Mercedes Alliaud y la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional N°61, de Martín López Perrando.
Las averiguaciones comenzaron después de que en enero pasado se denunciaran dos entraderas ocurridas en los barrios de Belgrano y Caballito, en las que actuaron tres delincuentes. El primer asalto ocurrió en La Pampa al 2.200, donde dos ladrones se hicieron pasar por carteros para engañar a la propietaria de una casa, quien les abrió la puerta. La mujer fue sorprendida a punta de pistola por los delincuentes, que le sustrajeron dinero, joyas y un teléfono celular.
Mientras esto ocurría, un vecino escuchó ruidos sospechosos y advirtió a un oficial de la Comisaría Vecinal 13B que se encontraba en la zona. Minutos después, el policía llegó al lugar, dio la voz de alto y forcejeó con los sospechos. Pero poco pudo hacer: le robaron el arma reglamentaria y se dieron a la fuga en un Peugeot 2008 blanco que los estaba esperando, y un cómplice al volante del auto que actuaba como campana.
Las fuentes revelaron que días después de esa entradera en Belgrano se tomó conocimiento de un robo de características similares ocurrido en Aranguren al 1.400, en Caballito. La víctima de los delincuentes fue una médica colombiana que fue sorprendida en la puerta del edificio por dos ladrones: la obligar a ingresar a su departamento y le sustrajeron objetos de valor.
Los investigadores enlazaron las dos entraderas a la misma banda luego de que las declaraciones de las dos víctimas y del policía que se trenzó con los ladrones en Belgrano coincidieran en un detalle peculiar de uno de los asaltantes: sufría una disminución visual en uno de sus ojos.
Fue clave que, mediante el levantamiento de rastros en la propiedad asaltada en Belgrano, la Policía Científica identificara la huella de uno de los ladrones, que tenía antecedentes por robo. Además, se hizo un análisis de cámaras de la zona, redes sociales y registros de la CNRT.
A partir de entonces, en la causa intervino la División Extracción y Análisis de Imágenes junto a la División Centro de Monitoreo Urbano (CMU), con un estudio de los registros fílmicos. Eso permitió observar a los autores de los robos y confirmar que habían utilizado en ambos casos el mismo Peugeot 2008. La patente del coche y una cédula de autorización para su uso terminó de constatar la identidad del conductor.
Con los datos obtenidos, el fiscal López Perrando unicó las causas de Belgrano y Caballito y continuó con la investigación. Así, a través del sistema informático de reconocimiento facial de la Policía Federal se pudo individualizar al tercer integrante de la banda y descubrir que tenía un domicilio en la localidad bonaerense de Dock Sud, en la zona Sur del Conurbano.
El juez ordenó los allanamientos en los domicilios de los delincuentes: uno en Venezuela al 3.500, el otro en Pavón al 3.300 (ambos en la Ciudad de Buenos Aires); y el tercero en Dock Sud.
Antes de allanar la propiedad ubicada sobre Venezuela, la Policía arrestó a Cazón en la vía pública: le secuestraron los dos celulares que llevaba encima. Luego, ingresaron a la casa e incautaron dos dispositivos más.
En Pavón al 3.300, según señalaron las fuentes, no encontraron al sospechoso buscado, pero hallaron una pistola calibre .40, dos calibre 9 milímetros, una calibre .635, un revólver .357, 400 cartuchos, 11.000 pesos, 78 dólares, tres computadoras, credenciales de legítimo usuario, portación y tenencia de arma de guerra, llaves y un equipo de telefonía.
Los procedimiento en la localidad de Dock Sud se hicieron sobre el Pasaje Homero al 1.600: ahí se detuvo al segundo de los delincuentes identificados en los robos, y se le incautó un teléfono celular. Las fuentes revelaron que el año pasado estuvo detenido por tenencia ilegal de arma de guerra.
La investigación continuó y por medio de un seguimiento del dominio del Peugeot 2008 se corroboró que se había vendido a un becino de la ciudad de Caseros. Allí, los policías encontraron el auto usado en las dos entraderas en Cerro Juncal al 3.000, y lo secuestraron. Los detenidos fueron alojados en Alcaidías de la Policía de la Ciudad y quedaron a disposición de la Justicia.
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