Cuando Sebastián Vidalle (47) llegó a la sede de su empresa de catering ubicada en la calle Defilippi al 1200, en el barrio de Villa Ariza, partido de Ituzaingó, dos ladrones los intecerptaron, los revisaron, lo amenazaron y le apuntaron con un arma en la cabeza. En menos de un minuto le robaron la camioneta y todo quedó registrado por una cámara de seguridad.
El violento robo el viernes pasado, a las 18.02, plena luz del día y mientras Vidalle esperaba que su acompañante guardara un auto blanco en el garaje de su casa ubicada al lado de la empresa. Antes de que se cerrara el portón, los dos delincuentes interceptaron al dueño de “Lo Matías Catering” por la espalda: lo acorralaron contra la pared, le revisaron los bolsillos y lo arrastraron hacia la Amarok color champagne que estaba estacionada en la vereda.
Luego de quitarle las llaves del vehículo, uno de los delincuentes aplastó a Vidalle contra el capó de la camioneta mientras el otro intentaba ponerla en marcha. Para las 18.03, con el portón del garaje todavía cerrándose, los delincuentes se subieron a la Amarok y huyeron a toda velocidad.
Además de robarle la camioneta, los ladrones se llevaron una cadenita oro, la billetera y un celular. “Venían caminado por la vereda. Los había visto antes, no tenían aspecto de delincuentes. ‘Dame las llaves’, me decían. Estaban muy agresivos”, contó Vidalle a distintos medios y sostuvo que no es la primera vez que le pasa algo así.
“Es la cuarta vez que me roban a punta de pistola. Se movieron con total impunidad: sacaron el arma cuando ya estaban encima mío. No tuve otra opción más que decirles que se llevaran todo”, dijo.
En la tarde de este lunes, en diálogo con TN, Sebastián Vidalle dio detalles de los robos que sufrió anteriormente. “En 2017, dos personas bajaron de un auto, yo estaba con mi mujer en el mío, y nos dijeron: ‘Perdieron’. Nos llevaron a hasta mi casa y nos desvalijaron. Esa vez me tuve que mudar de la zona”, confió y dijo que, a pesar de lo vivido, “seguía apostando al país”.
Acerca del asalto del viernes, el empresario sostuvo que ocurrió de día y con personas caminando por la vereda de enfrente. “Todo pasó muy rápido. Me tocó a mí como le pudo haber pasado a cualquier otro. Físicamente estoy bien, pero me da impotencia que suceda esto. Yo solo iba a trabajar. Uno no puede estar pensando las 24 horas que le va a pasar algo. Estos pibes andan por la calle como si nada, es su modus operandi”, se quejó.
Y concluyó: “Nadie me garantiza que no va a volver a pasar. Esta vez tuve suerte de que se fueron, sino me podrían haber pegado un tiro. ¿Hasta cuándo vamos a seguir así? Es una locura, es el Far West (el Lejano Oeste). Al final, vamos a ser uno mas de la estadística”.
Hartos de las entraderas y los robos en moto, el verano pasado, los vecinos de Ituzaingó exigieron la presencia de Gendarmería en la zona. En diálogo con Infobae, aseguraron que faltaban cámaras de vigilancia, que no se veían patrulleros y que se sentían desprotegidos. Incluso hablan de “connivencia” y “zona liberada”.
“Hace unos años nosotros mismos donamos al municipio una cámara con visión nocturna y lectora de patentes. En un momento la removieron del lugar porque supuestamente se había quemado y al poco tiempo hubo dos entraderas en esa cuadra. Esa cámara nunca se volvió a reponer”, reveló una vecina a este medio.
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