A fines de enero pasado, tres delincuentes abordaron a Félix Manuel Costa, policía retirado de la Federal, parte del personal de Bomberos. Lo interceptaron en la puerta de su casa de la localidad bonaerense de González Catán para robarle su camioneta. El hombre de 64 años se resistió. Los ladrones, antes de huir, le dispararon en el pecho: lo mataron delante de su esposa. Luego, le robaron su arma reglamentaria y la camioneta apareció abandonada en la zona de Villa Dorrego.
Una semana después del crimen, tras una investigación del fiscal Federico Medone, se realizaron siete allanamientos simultáneos. Los hizo la Policía Bonaerense con la colaboración del Grupo Halcón y GEOF de la PFA. Todos fueron en el partido de La Matanza. En uno de los domicilios fue detenido un menor, acusado de ser el autor del disparo que mató a Costa: se trata de un adolescente de 17 años, identificado como A.U.N., apodado “Moro”, con domicilio en el barrio El Ceibo de González Catán.
Como A.U.N. es menor la causa quedó ahora en manos del fiscal Pablo Insúa del Fuero de Responsabilidad Juvenil de La Matanza, quien dispuso la detención del adolescente por el delito de homicidio criminis causa y robo agravado por el uso de arma de fuego, mientras continúa con la búsqueda de los otros dos jóvenes que participaron del asalto. Uno de ellos fue identificado. Su nombre es Leandro Sequeira, “El Oreja”, de 18 años, mayor de edad.
Este lunes por la mañana, una brigada de detectives especialistas en capturar prófugos de la división Homicidios de la Policía Federal arrestó a “El Oreja” en una casa de la calle Lascano de Isidro Casanova. Allí, según fuentes del caso, lo refugiaba una amiga. Lo encontraron caminando por el barrio: lo persiguieron a pie.
La Federal tuvo que acordonar la zona para evitar que vecinos y cómplices rescaten a “El Oreja”, oriundo del barrio Los Ceibos de Catán, como “El Moro”. Ambos comparten una larga historia en el delito con causas en común. Hincha de Nueva Chicago, Sequeira comenzó como un ratero que solía ser sorprendido a bordo de motos con pedido de captura. Luego, se graduó en agresiones armadas con un ataque a un changarín de la zona que terminó hospitalizado.
No hubo dudas en la identificación de Sequeira en el hecho delcrimen del bombero retirado de la PFA: su cara y su gorra fueron tomadas de frente por una cámara de seguridad que registró la secuencia completa. La visera que llevaba en el asesinato fue identificada en varios posteos de redes sociales.
Hay otro hecho de sangre que comparte con su amigo “El Moro”, otra tentativa de homicidio. La víctima fue una mujer, la madre de un chico que fueron a golpear en una pelea barrial fuera de control. Fue el 11 de septiembre pasado, también en el barrio Los Ceibos. “Moro” y “Oreja”, junto a otros dos jóvenes, tomaron a un chico de 15 -según la acusación en su contra- y comenzaron a pegarle entre todos en plena calle.
La madre del chico fue testigo directa del ataque. Intentó defender a su hijo pero “El Moro” tomó un arma y le disparó varias veces, sin herirla. Segundos después, de acuerdo al sumario posterior, dos mujeres de la familia de Sequeira llegaron al lugar y golpearon ferozmente a la mujer.
Como pudo, la madre del chico atacado tomó a su hijo y regresó a su casa. “El Moro”, lejos de relajarse, fue hasta el lugar, irrumpió y le apuntó al chico de 15 en la cabeza. La mujerlogró disuadirlo y desarticuló la situación.
Sin embargo, una hermana de “El Moro” que había llegado a la propiedad de esa madre e hijos agredidos le causó un corte a la dueña de casa en el párpado izquierdo.
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