El salón de visitas de la Unidad Penal N° 3 de El Dorado, Misiones, es relativamente chico y cuenta sólo con algunas sillas y mesas de madera cubiertas con manteles de plástico. Es un lugar clave para detenidos porque es el único espacio en el que pueden reencontrarse con sus familiares. Pero el 1° de enero de este año se convirtió, además, en el escenario de un presunto abuso sexual sumamente aberrante, en pleno horario de visitas y a la vista de todos.
El sospechoso es O.N, de 28 años, condenado por homicidio. Según la denuncia que se conoció en las últimas horas, en la primera visita del año la novia de uno de los internos ingresó a la cárcel acompañada de su hija de 14 años. Cuando estaban en el salón de visitas, entre los dos, habrían obligado a la menor a practicarle sexo oral al preso por debajo de la mesa.
La identidad del sospechoso se mantiene en reserva en esta nota, dado el vínculo directo con la víctima.
La supuesta violación no fue denunciada por ningún penitenciario. Fue la familiar de otro de los detenidos, presente en el momento del hecho, la que se animó a acercarse a la oficina de la directora del penal, Adriana Knebel, para contar lo que había visto. “Cuando sale de abajo de la mesa la nena estaba llorando y la madre la hizo sentarse en el piso, en un rincón, mientras terminaba la visita”, dice la denuncia según la reconstrucción que pudo realizar Infobae.
La denuncia se presentó el 3 de enero pero salió a la luz en las últimas horas y recayó en la Fiscalía N° 1 de El Dorado, a cargo del doctor Edgar Francisco Doldán. En esa presentación, la denunciante, que vio toda la secuencia, relató los detalles.
“Las visitas son de 8 a 15 y esto fue en el horario del almuerzo. La víctima llegó con su mamá. Estaban en la mesa con el detenido charlando. Hasta que en un momento la madre la obliga a la menor a que se meta debajo de la mesa. Yo no vi qué le hacía porque estaba tapada con el mantel, sólo se le veían las piernitas pero por los ruidos y los movimientos le estaba haciendo sexo oral. Después de un rato sale y la hacen sentar en el piso mientras lloraba”, dice la denuncia que reconstruyó este medio en base a fuentes oficiales.
¿Ninguna autoridad penitenciaria vio nada? La respuesta es no. Y la explicación no satisfizo a nadie. La titular del penal explicó que justo en ese momento el oficial que estaba custodiando la zona tuvo que abandonar su puesto porque, supuestamente, tenía que hacer otro trámite en el penal. Aclararon desde la penitenciaria que la ausencia fue sólo por unos momentos.
El detenido denunciado, que ahora tiene una nueva causa por abuso sexual a una menor de edad, es uno de los “pesados” del penal.
Según los registros, ingresó a la Unidad Penal N°3 de El Dorado por una causa por homicidio y en 2014, cuando estaba a punto de salir, asesinó a facazos a un compañero de celda de 38 años. Aunque parezca irrisorio, el conflicto que derivó en el homicidio fue por la temperatura con la cual se cebaban los mates en el pabellón.
El arma homicida utilizada en ese crimen, fue un trozo de madera con una hoja en su extremo de 17 centímetros. En 2016, O.N fue condenado nuevamente por homicidio simple a 15 años.
De vuelta a la violación en la visita, una de las primeras medidas tomadas por las autoridades de la cárcel fue la de trasladar al acusado a otro penal de la provincia: la Unidad Penal de Loreto, a uno 15 kilómetros de Posadas.
“Tomamos cartas en el asunto pero a su vez lo manejamos con cautela porque la visita es lo más sagrado que tiene el interno. Si pasó algo, los demás reos lo iban a linchar”, explicó Manuel Dutto, Director General del Servicio Penitenciario Provincial, en declaraciones a El Territorio, que reveló el caso.
En cuanto a la responsabilidad de los penitenciarios que tendrían que haber custodiado la zona, se inició un sumario interno para conocer si, efectivamente, el responsable de esa área había sido asignado a otro lugar justo en el momento en que se dio el supuesto abuso o si existió algún tipo de complicidad.
A pesar de que ya pasaron casi dos meses, la causa tiene poca información. De hecho, ni siquiera se le tomó declaración indagatoria al acusado. Tampoco declaró la madre de la víctima. Sin embargo, fuentes de la fiscalía aseguraron que ya se le dio intervención a la justicia de familia para resguardar la integridad de la víctima.
Fuentes penitenciarias aseguraron a Infobae que no es la primera vez que sucede esto. Otros cuatro presos habrían mencionado que en ocasiones anteriores O.N habría tocado a la hija de su novia, un abuso simple. Sin embargo, los otros detenidos no alertaron nada: “Los códigos de la cárcel son así”, respondió misma la fuente.
Lo que intenta determinar por estas horas el fiscal Doldán es si, efectivamente, se produjo la violación. Para eso se les tomarán declaración a los 30 internos que estuvieron ese día en el salón de visitas y también a sus familiares. El segundo punto que deberá dilucidar la justicia es si, tal como se especula, la madre de la menor fue cómplice del abuso.
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