El 8 de agosto de 2021 una mujer, quien se presentó como Mariana S.S.S., ingresó a la guardia de obstetricia del Hospital General de Agudos Parmenio Piñero en trabajo de parto y dio a luz a dos bebés. Los nombres elegidos para los recién nacidos fueron Emilia y Nicolás. Como nacieron prematuros tuvieron que permanecer internados en el servicio de Neonatología del hospital.
La madre de los niños fue dada de alta y durante diez días fue al hospital para verlos. No faltó nunca. Hasta que avisó que dejaría de realizar las visitas diarias. Argumentó que una hermana estaba muy enferma y debía viajar al interior de la provincia de Buenos Aires para cuidarla.
El 2 de septiembre comenzó a visitar el hospital para cuidar a los bebés otra mujer que se presentó como Noemí A.S. Dijo ser la tía materna de los chicos a los que alimentaba y bañaba. Una charla de Noemí A.S. con una de las enfermeras encendió las alertas en el área de Neonatología: ella preguntaba cuándo le iban a entregar a “sus” bebés. Además la escucharon decir mientras los cuidaba: “Ya les van a dar el alta mis bebes, ya los voy a llevar a casa”.
La experiencia del personal permitió detectar algo raro. A partir de esa detección comenzó a intervenir el área de Servicio Social del Piñero. En la primera de las entrevistas realizadas por las profesionales del hospital las mujeres habían dicho que eran hermanas por parte de madre y por eso tenían apellidos diferentes. La encargada de la entrevista fue a buscar la historia clínica de la mujer que había parido a los mellizos: la foto que figuraba allí no coincidía con la cara de la que había estado en el hospital. Fue entonces que se le dio intervención al Consejo de los Derechos de los Niños, Niñas y Adolescentes del Gobierno de la Ciudad.
Días más tarde apareció en el hospital un ciudadano uruguayo llamado Ernesto R. M. I., quien admitió ser el padre de los niños. Contó que no convivía con la madre de los mellizos ya que él pasaba buena parte del año en Uruguay. Cuando le preguntaron cuál era el nombre de la madre de los bebés dio uno diferente al que constaba en el registro del hospital. Algo más que raro había sucedido.
Al otro día se presentaron las mujeres. Y resultó que la madre de los niños en realidad se llamaba Julia M. V. mientras que la que había cuidado los bebés luego del alta no era su hermana sino una amiga cuyo nombre era el que había dado la parturienta al momento de ingresar al hospital: María S.S.S.
Es decir que la madre de los bebés había dicho que su nombre era el de la mujer que fue a cuidarlos y tuvo la intención de llevárselos. La “falsa tía” admitió que le había “prestado” a la madre de los chicos su obra social para que la atendieran durante el embarazo y el parto. A la parturienta, ante la complicación del embarazo la habían derivado desde la provincia de Buenos Aires al hospital Piñero, ubicado en el barrio de Flores.
La madre –que pasa por una situación económica apremiante- ya tenía otros cinco hijos y vivía en la misma casa que la “falsa tía” quien a su vez tenía una relación informal con el padre biológico de los bebés.
Al momento de esa revelación ya había intervenido la Policía de la Ciudad y se había realizado la denuncia por el delito de supresión de identidad de los menores. El juez federal Ariel Lijo procesó esta semana -sin prisión preventiva- a las dos mujeres y al hombre por haber intentado modificar la identidad de los recién nacidos.
En indagatoria los tres negaron haber hecho una maniobra para cambiar la identidad a los bebés. Explicaron que la inscripción de Emilia y Nicolás se hizo con el nombre que figuraba en los papeles de la Obra Social y que lo pensaban corregir con rapidez. Algo que finalmente no sucedió: semanas después del nacimiento y recién ante las preguntas del personal del hospital todos revelaron el asunto de los nombres cambiados.
Los tres coincidieron en contar que las dos mujeres eran amigas y que vivían en la misma casa en el interior de la provincia de Buenos Aires. También dijeron que el hombre tenía una relación con María. Y que en una noche larga de tragos Julia y Ernesto tuvieron relaciones y ella quedó embarazada. El hombre había dicho que si un estudio de paternidad confirmaba lo asegurado por Julia, se iba a hacer cargo de los mellizos.
En el procesamiento -al que accedió Infobae a través de fuentes judiciales- se explica que se realizaron intervenciones telefónicas para escuchar qué hablaban los imputados. En una de ellas la “falsa tía” y quien sería el padre de los mellizos discutieron sobre la situación y la mujer habló de los “120.000 pesos” que había gastado. Los investigadores sospechan que hubo dinero a cambio del embarazo, pero no han podido probarlo.
Después de analizar las pruebas -documentación del hospital, declaraciones, escuchas telefónicas, etc.- el juez Lijo señaló en el procesamiento que: “Todas estas circunstancias despejan todo tipo de dudas acerca de la naturaleza de la maniobra investigada y de la participación que cada uno de los imputados tuvo en ella. Pues, como se ha visto, las pruebas reunidas permiten sostener que M.S.S.S, J.M.V. y E.R.M.I. actuaron de forma conjunta con el fin de alterar la identidad de los menores, para lo cual se facilitó una identidad falsa a la madre biológica de los niños”.
Los tres imputados fueron procesados delito de supresión de identidad de un menor de diez años en grado de tentativa según lo establecido por el artículo 139 del Código Penal que en su segundo inciso dice: “Se impondrá prisión de 2 a 6 años al que…por un acto cualquiera, hiciere incierto, alterare o suprimiere la identidad de un menor de 10 años, y el que lo retuviere u ocultare”.
Desde que en octubre pasado les dieron el alta médica a los mellizos en el Piñero, los menores están alojados en un hogar en la provincia de Buenos Aires. En tanto los imputados fueron procesados en la Justicia penal federal, en el Juzgado Nacional de Primera Instancia en lo Civil Nº 83 a cargo de Cristóbal Lorente se inició un expediente para salvaguardar los derechos de los menores según lo establece la ley número 26.061 denominada de Protección integral de los derechos de las niñas, niños y adolescentes.
En ese expediente los niños están representados por una Defensora Pública Tutora que depende de la Defensoría General de la Nación. La madre de los niños tiene una abogada particular. La madre le solicitó al juez en lo Civil que le restituyeran los hijos. El caso aún continúa.
Nota de la Redacción: los nombres reales de los procesados y de los menores no se publican.
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