La ironía es perfectamente argentina.
Generación Zoe, la organización acusada de regentear un esquema Ponzi masivo y de defraudar a sus ahorristas, tenía advertencias en su contra de la Comisión Nacional de Valores y la Inspección General de Justicia, una causa en su contra se formaba en Paraguay instruida por una de las mejores fiscales de Latinoamérica, detectives de elite de la Policía Federal les seguían el rastro en una causa de la Justicia federal en la que estaba involucrada la PROCELAC con el fiscal Eduardo Taiano y el juez Ariel Lijo. Hasta Marcos Galperín, jefe de Mercado Libre, los había repudiado.
Literalmente, todo el sistema penal y económico estaba en su contra. Pero Generación Zoe cayó por tres cordobeses de Villa María que hicieron la denuncia. Simple como eso. Y los acusados de estafar a estos tres cordobeses, los responsables de que Generación Zoe se haya derrumbado, son una familia: madre, hijo, hermanas, parejas.
Son los Álvarez, con Claudio, el hijo mayor, y su madre, Silvia Fermani. También están involucrados Florencia Anahí, media hermana de Claudio, su hermana Ivana y su cuñado Silvio Schamne. Silvia Verónica Abellonio, pareja de Claudio según fuentes judiciales, es parte de la acusación.
Hoy, todos ellos están imputados por los delitos de estafa y asociación ilícita. Las denuncias en su contra arrastraron al barro a Leonardo Cositorto, CEO de la organización y su cabeza mesiánica, y a su número dos, Maximiliano Batista, el socio principal según el Boletín Oficial en la extensa red de firmas del conglomerado. En la causa Cositorto y Batista están también prófugos e imputados junto a ellos, como jefes de la estructura superior.
Para funcionar y recaudar, esa estructura, replicada a nivel nacional, también en Bolivia y Paraguay, necesitó de lugartenientes, reclutadores, predicadores que vayan y busquen ahorristas con el método que sea. Claudio Álvarez, de 38 años y su madre Silvia, de 60, ex vendedora de suplementos dietarios, parecían ser especialmente hábiles para esto. También, tenían una especial cercanía con Cositorto. Y ambos vienen exactamente del mismo lugar que Cositorto, un factor que cruza toda la trama de Generación Zoe: el coaching ontológico, una disciplina de mejoramiento personal a veces difusa, con ciertas áreas grises.
Claudio Álvarez, Silvia, el cuñado Schamne, Silvana Abelonio e Ivana Álvarez coinciden en AL Coaches, una firma creada en junio de este año: el nombre de AL Coaches -que viene de Asociación Latinoamericana de Coaches, un emprendimiento anterior de Claudio- está en la marquesina de la oficina de Zoe en Villa María, hoy cerrada y allanada. En noviembre, Abellonio y Álvarez conformaron una nueva firma, Vixaut SAS, dedicada en los papeles a dos negocios: inmobiliaria y venta de autos, algo un poco alejado del coaching.
Fermani, “oradora especialista en motivación”, según ella misma, posaba con él en fotos, viajaba a provincias como Neuquén para montar nuevos grupos, organizaba desayunos para “mujeres líderes” en su provincia. Se mostraba siempre con merchandising de Zoe: una gorra del grupo, hasta hacía posar a mujeres agitando la bandera de la organización. Fuentes cercanas a la causa hablan de un salto cuántico en bienestar. Silvia supuestamente pasó de conducir un viejo autito a un BMW X6
Claudio era más cercano al líder todavía. En la causa de la fiscal Companys, el organigrama de sospechosos traza una línea directa y sin intermediarios entre Álvarez y el líder. El prófugo cordobés cerró su cuenta de Facebook, pero su canal de Youtube, en donde compartió la bizarra cumbia de Generación Zoe, sigue en pie. Muestra que era anfitrión de llamadas grupales en Zoom donde elogiaba al líder constantemente. En agosto de este año, Generación Zoe organizó la primera “Maratón de Coaching Mundial” por Youtube. Claudio fue parte del elenco junto a Cositorto.
Un mes atrás, Álvarez y Cositorto montaron otro Zoom en vivo. Cositorto trataba de “Claudito” a su hombre cordobés. En el medio de la transmisión, Cositorto comenzó a lamentarse por las dificultades, por el default que comenzaba, con cierta paranoia. “Hay ataques de lo público y lo privado a nivel mundial. No se llega a pagarle a 70 mil personas en tres días. Es una cosa tremenda. Hemos logrado asistir al 90 por ciento de la gente que asistió a los lugares. No podemos porque nos dan los tiempos... Nosotros amamos las dificultades. Hoy nos llegó una información del lado del Gobierno de la Ciudad, que el ataque ha sido financiado del exterior...”, dijo Cositorto. Habló de un “dardo a la organización” con la “intención de disolverla”.
“Claudito” replicó: “La mayoría reinvirtió un 23 por ciento, cuando antes era un 70 por ciento. Obviamente lo tenemos distribuído al dinero en inversiones. Para bajarlo a dólares, lleva un proceso. Hemos estado viajando a cuatro ciudades, Leonardo, para buscar dinero. En medio de los ataques, de solicitudes de cobro, asimismo se pudo hacer y se logró. Había personas que vieron que cobraban y volvieron a poner el dinero”.
Después hay una historia un poco más modesta: la de Gabriela Fernanda Álvarez, la primera detenida de Generación Zoe. No tendría relación con el resto de la familia, el apellido es una coincidencia. Ex beneficiaria de planes sociales, había pasado por otros esquemas basados en criptomonedas en los últimos años según posteos en sus redes. Se había hecho un perfil en Facebook directamente vinculado a Generación Zoe, ofrecía charlas. Hoy, la capturaron como partícipe necesaria.
Fuentes del Ministerio Público Fiscal aseguran que hubo cuatro nuevas detenciones a mediados de la tarde del viernes. Los nuevos arrestados se sumaron a la lista de imputados. No pertenecen al núcleo familiar de los Álvarez, pero se cree que reportaban directamente a Claudio. Entre ellos está Cristian Delgado, acusado de ser el cajero de Zoe en Villa María. La familia fue allanada: se secuestraron dólares, pesos y documentación definida por detectives como altamente valiosa. Pero queda un cabo suelto.
El organigrama del caso también incluye una línea paralela, una posible ruta de la plata: hay un supuesto contador que fue identificado, el encargado de llevar la plata de los cordobeses a la nave madre de Generación Zoe.
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