Mientras la Fiscalía de Instrucción del Segundo Turno de Villa María, en la provincia de Córdoba, a cargo de Juliana Companys, avanza contra la estructura que armó Leonardo Cositorto, líder de Generación Zoe, empresa acusada de regentear un masivo esquema Ponzi, en sus oficinas centrales del barrio porteño de Núnez, ya no queda nadie que responda con alguna certeza por la compañía.
Desde que la Justicia libró la captura internacional de Cositorto, en la sucursal central solo caminan víctimas de la estafa que frente a la impotencia de no poder cobrar el dinero prometido, ingresaron a las oficinas para exigir respuestas que nadie sabe dar.
El video que ilustra esta nota dura 40 segundos y revela lo literalmente vacío que quedó el lugar. Tras la noticia del pedido de captura del CEO y el número 2 de la organización y los ahorristas desesperados intentaron recuperar su dinero en las oficinas de Generación Zoe.
“Acá está una parte de la oficina principal. Está todo vacío. Todo, no hay nada, no dejaron nada”, señala Sandra, la mujer estafada que logró ingresar al edificio y realizó una recorrida por el sitio.
“No hay computadoras, no hay plata. Hay cajas vacías”, continúa Sandra mientras camina en el interior de Crisólogo Larralde al 1800, en el barrio porteño de Núñez.
“Esta es la oficina principal”, describe la mujer en el momento en el que entra al espacio y a continuación, apunta: “Esa es la caja fuerte”. “No hay un peso”, reafirma al abrir la puerta.
Luego, Sandra enfoca un sillón en el que se observan bolsas y valijas apiladas. “Acá tienen estos bolsos que no sé si era para sacar la plata o qué”. Casi al final del video, incluso, se escucha a un hombre preguntar: “¿Sabés quién se llevó la plata?”. “¡Ves, vacío, no hay nadie!”, expresa Sandra en el cierre de su grabación.
“Me dijeron que me iban a pagar ahora y no hay nadie, se llevaron todo. Se llevaron las computadoras. Dicen que van a venir a allanar”, le dijo a Infobae la mujer.
Sin embargo, nada de eso ocurre. Las promesas para Sandra y para las víctimas que continúan. “En 20 minutos te pagamos”, y así. Pero el dinero nunca aparece. Mientras tanto, fuera de las oficinas otro puñado de ahorristas espera.
Entre ellos se encuentra Gloria Magno, de 40 años, peruana, que ante la atenta mirada de que Infobae se encuentra allí, observa la cámara y dice: “Vamos Zoe. Vamos a seguir más fuerte más que nunca. Vamos a seguir estamos por la misión y la visión. Vamos a seguir adelante. Esto va a pasar, solamente es una tormenta, por Dios está con nosotros. Estamos por una causa de bien”.
Gloria llegó a Zoe a partir de los cursos de coaching ontológico que brinda la empresa. Allí, dice, que descubrió un mundo que le abrió puertas y oportunidades. “Lo primero que me impactó fue Leo (Cositorto), me impactó su capacitación, va al hueso. Él me generó mucha confianza. Yo venía de otros lugares donde me habían estafado en serio y acá fue distinto. Así, lo escuché a Leo y ahí empecé. Primero fueron 60 uds, para después reinvertirlos en capacitaciones que dan acá mismo y así ingresé”.
Y siguió: “Yo le creo a él. Puede ser que no se esté cobrando, pero ya vamos a cobrar. Acá encontramos amistades, se generó un mundo de oportunidad y esto pasa por los medios que difaman y no saben lo que realmente ocurre acá dentro. No entiende, yo estaba mal y después de hacer los cursos mejoré como personas. El mundo cambió y Leo nos dio educación financiara para que podamos ser más libres. Nosotros acá somos felices y si Leo me pide plata yo se la voy a dar”.
En las primeras horas de la tarde, quedaban 20 personas en la puerta, pero se estimaba que casi 200 en una larga y tensa fila dentro del edificio de Generación Zoe, la sede central porteña de la organización. Todos quieren una cosa: cobrar, ver de vuelta su dinero. Algunos creen que lo lograrán. Otros, no tanto.
La escena se disparó de inmediato luego de que la fiscal cordobesa Julieta Companys decidió imputar por estafa y asociación ilícita a Leonardo Cositorto y Maximiliano Batista, CEO y número 2 del polémico holding acusado de regentear un masivo esquema Ponzi y ordenar sus detenciones, luego de que tres inversores los denunciaran por no devolver el dinero, que tomaron bajo promesa de fabulosas tasas de intereses, en una trama atravesada por el coaching ontológico.
Fuentes policiales aseguran que Cositorto estaría en Colombia, pero en Crisólogo Larralde, los pocos de Generación Zoe que quedaron para dar la cara toman nombres y números. Hay personal de seguridad, patovicas que intimidan a quienes los filman. “Yo vine y treinta lucardis puse, si no, ¡quedaba afuera!”, vociferó uno.
Otros son más picantes todavía. “Pusimos 100 dólares. Hace 8 meses. ganamos guita pero ahora se frenó y vinimos a recuperar la inversión inicial”, dice un hombre de 40 años, con gesto adusto. Dice llevar una pistola al cinto. “Te baten que no tienen plata, pero es mentira. acá adentro hay plata y me quiero llevar la mía. En estos 20 días desaparecieron. les voy a romper el orto”, sigue otro.
Algunos dicen haber cobrado. Tiene sentido. Ningún esquema Ponzi funciona sin cobrar. Algo de solvencia tiene que tener, en un principio. “Yo entré en diciembre con unos amigos y por ahora no cobré nada. Vengo todas las semanas y nada”, afirma un desafortunado. “En enero lloré y me lo pagaron. En febrero, no cobré y ahora quiero que me reintegren mi plata”.
Adentro, se oyen corridas, gritos. La Policía de la Ciudad se vio obligada a ingresar. El personal de Zoe presente baja la línea del día, clásica en todo supuesto esquema Ponzi: para cobrar, deben reinvertir.
La denuncia que motivó la causa en la Justicia federal porteña contra Cositorto y Zoe hablaba de una cuasi-secta, una estructura mesiánica. Una jubilada, insólitamente, asegura a Infobae: “Yo acabo de reinvertir el dinero. Es lo qué hay que hacer. hay que darle un mes a Leo para que haga lo que puedas hacer y recuperar el dinero. Miren, gente, yo tengo un amigo que es muy amigo de él y me dijo si la hubiese fundido ya se hubieran ido”.
A las 15:30, un fuerte rumor sonó del otro lado de las puertas. Alguien gritó: “Van a desalojar”. Un hombre con lentes dijo que “cerrarían por hoy”, mientras pedía que Infobae no lo filme. Los ánimos ciertamente no quedaron en paz.
Mientras tanto, Cositorto está prófugo, la fiscal Companys pidió su captura internacional. Sus lugartenientes en Villa María ya comenzaron a ser detenidos. Quedan siete con pedido de captura.
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