Bronca. Desconsuelo. Indignación. Impotencia. Esa mezcla de sensaciones es la que atraviesa por estas horas la familia de Rolando Omar Villafañe, el empresario algodonero asesinado ayer por la madrugada en la localidad de Caseros, en el partido bonaerense de Tres de Febrero, cuando cuatro delincuentes quisieron ingresar a su fábrica para robarle. Julieta, hija de la víctima, aún no comprende cómo ejecutaron a su padre y reclama justicia mientras las autoridades policiales a cargo del caso continúan la búsqueda de los prófugos.
“Estamos desconsolados. Estamos cansados de esta inseguridad. ¿Quién va a ser el próximo? Él daba la vida por su fábrica, por nosotras, por el barrio, por la gente...”, aseguró la joven, en diálogo con el periodista Eduardo Feinmann en radio Mitre, un día después del homicidio de su papá.
Entre lágrimas, Julieta agradeció el apoyo de los vecinos que este lunes por la tarde, horas después del crimen de Villafañe, se congregaron en la puerta de su fábrica para exigir justicia y darle el último adiós al hombre asesinado. “Fue impresionante la cantidad de gente y el apoyo que tuvimos. Le tenemos que agradecer a todo el mundo. Estábamos en el cortejo, pasamos por la fábrica y los vecinos todos aplaudiendo. Es impresionante sentir que mi papá era amado en el barrio. No lo podemos entender todavía...”, expresó la joven, profundamente dolida por la repentina muerte de su padre.
Durante su descargo, Julieta también se expresó en relación a los dichos del ministro de Seguridad bonaerense, Sergio Berni, quien unos minutos antes y por la misma señal radial declaró que los investigadores “están cerca” de dar con el paradero de los asesinos de Villafañe. Sin embargo, la joven no se fía de los dichos del funcionario debido a la creciente ola de inseguridad que se vive en distintos puntos del Conurbano bonaerense. “Si, ¿pero qué va a pasar? Después son menores, los dejan en la calle, vuelven a matar, no hacen nada... En plena pandemia largando a la gente de adentro de la cárcel. Esa misma gente después terminó matando de nuevo, robando de nuevo. No hay justicia acá. No estamos seguros en ningún lado. Provincia -de Buenos Aires- es una zona que está totalmente abierta. No tenemos seguridad, vivimos con miedo. Vivimos en tierra de nadie”, lamentó.
Sobre la continuidad de la investigación, el ministro Berni señaló: “No tengo ninguna duda de que cuando los encontremos nos vamos a encontrar con el denominador común: que son delincuentes que deberían estar presos por delitos que cometieron anteriormente y hoy están libres”.
Según comentó su hija, Villafañe abría la fábrica todos los días entre las 12.30 y 1 de la mañana, ingresaba a la misma, cerraba el portón y se ocupaba de preparar la cantidad de algodón que los empleados necesitaban para realizar las entregas de todos los pedidos. En ese mismo escenario, el empresario fue sorprendido por los cuatro ladrones que le quitaron la vida en pocos segundos y, tal como muestra la grabación de una cámara de seguridad, escaparon de la escena corriendo a toda velocidad.
Villafañe recibió un disparo en el abdomen y quedó tendido malherido al lado de su camioneta Ford Ranger. Apenas alcanzó a avisarle a su familia. Un vecino, que escuchó los tiros, lo socorrió y cuando llegó su yerno, lo llevó a la clínica de la Trinidad de Ramos Mejía, donde finalmente falleció por la gravedad de la herida.
“Escuchamos detonaciones, tipo 3 ó 4 tiros, y una arada de un auto que salió huyendo. Lo fui a ayudar a ‘Roli’ y lo vi que estaba en el piso, al lado de su camioneta. Se estaba tapando en el estómago, que era donde le habían dado”, relató ayer al mediodía uno de los vecinos que socorrió al empresario, y contó que Villafañe alcanzó a decirle: “Ayudame, me duele mucho. Por favor, fijate que me cierre el portón”.
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