Los vecinos se juntaron frente a la fábrica de Caseros donde mataron esta madrugada a Rolando Omar Villafañe (61). Tenían carteles que pedían Justicia. Incluso, más temprano, una de las mujeres más antiguas de la cuadra había dejado un frasco con flores frente a la persiana metalizada que ahora está cerrada por duelo. En ese contexto, Julieta, una de las hijas de la víctima, apareció en la cuadra de Ángel Pini al 4500 y, con todo su dolor, dijo: “Era el mejor papá del mundo y me lo mataron”.
La joven tenía un cartel escrito a mano que pedía “Justicia por Rolando”. Atravesada por el llanto, la mujer se abrazó y les agradeció a los vecinos que se juntaron para reclamar por su papá: “Gracias, gracias, (por los vecinos) saben la clase de gente que era, era un laburador, vivía para trabajar, estos n... de m... me lo mataron, me lo mataron, por favor hagan Justicia”.
Y siguió, desgarrada: “No se lo merecía, vivía para trabajar... Él se defendió, defendió a su fábrica, a su familia, defendió todo. Mi papá no merecía lo que le pasó. Por favor, pidamos Justicia y que aparezcan estos n... de m... No me lo van a devolver nunca más, pero por favor que hagamos Justicia. Que aparezcan”.
A Rolando lo balearon esta madrugada, cuando fue a su fábrica algodonera a comenzar al jornada laboral, como lo hacía siempre. Las cámaras de seguridad captaron lo sucedido a las 0.40. Un coche negro frenó a metros de la persiana y bajaron cuatro delincuentes. Se acercaron y uno de ellos entró. El resto no llegó a hacer porque desde el interior de la propiedad los balearon: era la víctima.
Rolando recibió un disparo en el abdomen y quedó tendido al lado de su Ford Ranger, malherido. Apenas alcanzó a avisarle a su familia. Un vecino, que escuchó los tiros, lo socorrió y cuando llegó su yerno, lo llevó a la clínica de la Trinidad de Ramos Mejía, donde falleció.
“Mi papá siempre fue defensor de todos nosotros. Salía siempre por nosotros, por el barrio, por cualquiera. Siempre, para todo, porque era un hombre humilde, bueno, laburador. Era el mejor papá del mundo”, recordó Julieta, conmocionada y suplicó que “si alguien sabe algo” colabore porque no tienen noticias sobre los delincuentes.
“Si alguien sabe algún dato, porque hay cámaras, necesitamos los resultados de las cámaras. No puede ser que no aparezca. Plagaron de cámaras Tres de Febrero y no aparecen. Me llaman para dar el pésame, ¿y a mí quién me recupera a mi papá? Era el mejor papá del mundo, la persona más humilde y sencilla. Luchaba para mí y para mi hermana y mis sobrinas, mi cuñado y mi mamá. Se bancaba todo esto solo, se venía a laburar a las 12 y media de la noche, volvía a las 4 y media de la tarde a mi casa, no puede ser. Queremos justicia por favor”, pidió.
Hasta el momento se conocieron las imágenes del frente de la fábrica donde mataron a Rolando y completan los momentos previos de la tragedia que se conoció este lunes.
“Escuchamos detonaciones, tipo 3 ó 4 tiros, y una arada de un auto que salió huyendo. Lo fui a ayudar a ‘Roli’ y lo vi que estaba en el piso, al lado de su camioneta. Se estaba tapando en el estómago, que era donde le habían dado”, relató a la prensa este mediodía uno de los vecinos que socorrió al empresario, y contó Villafañe le dijo: “Ayudame, me duele mucho. Por favor, fijate que me cierre el portón”.
Justamente, fueron los vecinos los que dieron aviso al 911, por lo que agentes de la Comisaría 1ª de Caseros se trasladaron al lugar. Ahí estaba también el yerno de Villafañe, que, según declaró luego, había recibido un llamado en el que su suegro le indicaba que “vino uno y le tiró sin mediar palabra”.
La investigación del crimen quedó en manos de la fiscal Gabriela Disnan, a cargo de la UFI N°5 de San Martín, quien durante la madrugada se hizo presente en la fábrica para ordenar las primeras medidas tendientes a dar con los sospechosos que balearon al empresario.
Si bien en un principio se barajaban distintas hipótesis, las imágenes registradas por las cámaras de seguridad de la algodonera llevaron a los investigadores a tratar el caso como un intento de robo, que fue resistido a tiros por el propio Villafañe. En la escena había cinco vainas servidas.
En ese sentido, dentro de la camioneta de la víctima, se encontró una pistola calibre 9 milímetros marca Browning, que fue secuestrada y, se cree, fue disparada por el comerciante: el arma, con la inscripción “Policía de la Provincia de Buenos Aires”, estaba montada y tenía 11 balas en el cargador. Sin embargo, quedó descartado que Villafañe haya sido ex personal policial, por lo que la fiscal ordenó investigar si esa 9 milímetros estaba extraviada o denunciada como robada. Julieta, entre su pedido de Justicia, avisó que su papá tenía todo en regla.
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