Policías sucios y una venganza de Los Monos: la trama detrás del nuevo doble crimen de Rosario

A quince días del triple asesinato de Iván Giménez, su pareja y su hija, un nuevo ataque con implicancias narco mancha a la ciudad

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Límite transa: la esquina del
Límite transa: la esquina del hecho

Violencia otra vez. A quince días del triple crimen del narco Iván Giménez, su pareja y su hija, un policía de 36 años y un joven de 23 fueron asesinados a balazos en la tarde de este sábado en Vélez Sarsfield al 5500, en el barrio Ludueña, zona noroeste de Rosario. Hay una vieja historia detrás. Sebastián Ibarra, el uniformado muerto, estaba pasado a disponibilidad en la fuerza provincial desde julio de 2019, cuando allanaron su casa después del asesinato de su hermano Cristian, también policía, quien fue acribillado dentro de un auto de seis tiros en la cabeza. El autor del homicidio habría sido Ariel Maximiliano Cantero, “El Chanchón”, medio hermano de “Guile” Cantero e hijo de Máximo Ariel, jefe y fundador de Los Monos.

En la escena del doble crimen, la Agencia de Investigación Criminal secuestró diez vainas servidas, aparentemente calibre 9 milímetros que el fiscal de Homicidios Patricio Saldutti envió a peritar. Entre la ropa de Iván Nicolas Ferreto –el joven de 23 años acribillado– se encontró una réplica de una pistola calibre 45. El policía Ibarra murió en el hospital Carrasco y Ferreto en el Centenario, ambos por múltiples heridas de arma de fuego.

Si bien primaba el hermetismo entre los vecinos a la hora de aportar información al fiscal y los investigadores policiales, trascendió que el doble homicidio ocurrió a pocos metros de un punto de venta de droga que está situado en la calle Gandhi al 5200, cerca del lugar. Se busca establecer si las dos víctimas fatales de la feroz balacera tenían relación con ese búnker, confirman fuentes del caso a Infobae.

La mecánica mafiosa estaba clara para el fiscal y los agentes que relevaron la escena: al menos dos personas pasaron en un vehículo y abrieron fuego contra Ibarra y Ferreto, que estaban juntos. Versiones de testigos sugerían que los atacantes se desplazaban en una Ford Eco Sport blanca y otros, en una moto.

Ibarra manejaba un Audi A3. Entre los investigadores policiales, llamó la atención que la familia de Sebastián Ibarra reclamó de inmediato al fiscal la devolución del auto, que hacía dos años que no estaba de servicio. El vehículo se encuentra con varios impactos de bala, sujeto a peritajes en la Comisaría 12ª. De hecho, había poca expectativa en la Fiscalía de que desde ese núcleo familiar se aporte información para esclarecer el doble crimen.

El menos dos personas pasaron
El menos dos personas pasaron en un vehículo y abrieron fuego contra Ibarra y Ferreto

Ibarra no era bien visto dentro de la Policía de Santa Fe, así como sus hermanos, aseguran quienes conocen las internas de la fuerza santafesina. Cristian Ezequiel Ibarra fue asesinado a manos de Los Monos el 22 de julio de 2019 en Larralde y Dean Funes, en la zona oeste. Según explicó en aquel entonces el fiscal Miguel Moreno, dos personas que el agente conocía se subieron a su auto y le dispararon seis balazos en el cráneo.

De la investigación surgió que Cristian regenteaba la venta de droga en barrio Godoy, en la zona oeste de Rosario, y por su búnker situado en Monte Flores al 7200 le pagaba una “protección” semanal a Los Monos. Según mensajes del teléfono del policía acribillado en 2019, se detectó que mudó el lugar dentro de la zona oeste y se asoció a una mujer que no era aprobada por Los Monos para la comercialización en ese territorio.

Por el homicidio de Cristian Ibarra fue condenado Ariel Maximiliano “Chanchón” Cantero, regente de la zona oeste para la banda: le dieron 14 años. El otro acusado por el brutal crimen es el dominicano Otniel De León Almonte, sicario de la banda narco de zona sur.

El sicario dominicano cayó por violar las restricciones de la pandemia 2020. Hoy afronta un pedido de 22 años de prisión por ejecutar a Cristian Ibarra en 2019 y por ser quien disparó contra el casino City Center en enero de 2020, cuyos tiros impactaron en un gerente bancario que fumaba un cigarrillo dentro del predio de la zona sur.

 El policía Ibarra murió
El policía Ibarra murió en el hospital Carrasco y Ferreto en el Centenario

El 23 de julio de 2019, al día siguiente del homicidio de Cristian, la Tropa de Operaciones Especiales (TOE) allanó el domicilio en el que se encontraban familiares y en ese procedimiento su hermano Sebastián –hoy asesinado– se escapó por los techos hasta que resultó aprehendido. Investigadores sostuvieron que esa actitud se debió a que creyó que era un sicario colombiano de una banda del barrio que había irrumpido en el domicilio al grito de “¡alto, policía!”.

La hermana de Cristian y Sebastián también es policía y también se encuentra en disponibilidad desde ese día del allanamiento de la TOE. Según fuentes policiales, la mujer estuvo en pareja y tuvo un hijo con el agente provincial Eduardo Anacleto Enríquez, quien fue condenado a 5 años y 6 meses de prisión como integrante de Los Monos. Esa sentencia tuvo lugar en la célebre causa 913/12 donde la Justicia provincial sentó por primera vez a civiles e integrantes de fuerzas de seguridad en el banquillo de los acusados por homicidios –algunos en venganza al crimen de Claudio “Pájaro” Cantero, su líder; balaceras; extorsiones y usurpaciones–.

Los hermanos no fueron los únicos. El padre de los tres policías –un agente retirado– fue asesinado a bordo de su remise en una presunta tentativa de robo seguida de homicidio. En ese ataque, Mario Ibarra –que había hecho también de custodia privada de comercios del barrio Ludueña– frenó con su Peugeot 405 en Junín entre Matienzo y Felipe Moré porque pasaba el tren. Allí, recibió dos tiros mortales. Luego, en el relevamiento de la escena se detectó que le habían robado una pistola calibre 9 milímetros que tenía entre sus piernas.

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