Poco después de que se confirmara que la sustancia con la que se adulteró la cocaína vendida en Puerta 8 de Tres de Febrero, la cual produjo el fallecimiento de 24 personas, era un derivado del fentanilo llamado carfentanilo, los profesionales que estuvieron a cargo de descubrir esto explicaron que se trata de un químico “no natural” y “muy peligroso” que en dosis extremadamente bajas ya produce la muerte de quien lo consume.
Patricio Sarapura, director del Instituto Forense de La Plata, y Luis Ferrari, profesor de toxicología avanzada y química forense, estuvieron durante diez días analizando las posibles drogas que se pudieron haber utilizado para hacer el “corte”, hasta que encontraron la respuesta.
“Cuando nos empezó a llegar la información de esta cocaína adulterada comencé a investigar para ver de qué podría tratarse, pero todavía nos venía faltando información para poder orientar la búsqueda. Con lo cual, mientras recibíamos la sustancia a analizar y se procedía a las pruebas pertinentes en el laboratorio, comenzaron a aparecer ciertos interrogantes”, explicó el primero de los especialistas.
En diálogo con la señal Todo Noticias, el científico recordó que al encontrarse con esas dudas, las trató de “canalizar” con sus superiores de la Secretaría de Política Criminal, que le pidieron “agotar todos los medios como para poder determinar fehacientemente” el químico utilizado y le dieron “la libertad absoluta para recurrir a asesoramientos, incluso externos”.
“Ahí me acordé de mis viejos años de facultad, en los que tuve la dicha de compartir clases con el doctor Ferrari, a quien llamé para ver si me podía ayudar con este tema y él, a su vez, fue armando un equipo para poder trabajar”, contó.
Al respecto, su colega precisó que cuando recibió esta tarea, se comunicó inmediatamente con ”Sergio Saracco, que es el presidente de la Asociación Toxicológica (Argentina)” y ambos analizaron “las noticias que llegaban de los médicos que estaban en emergentología, es decir, en (el área de) terapia intensiva”, y que daban cuenta de pacientes que consumieron la cocaína adulterada y “que respondían a la naloxona, que es como un antídoto de los opioides”.
Según el relato se trataba de una concentración muy elevada de naloxona. “Entonces, empezamos a pensar que esto debía tratarse de una sustancia no natural. Ahí descartamos que fueran opioides naturales, como morfina o heroína, y de ahí vino la hipótesis principal”, señaló Ferrari.
A partir de ahí se dividió el trabajo ”en tres avenidas, la primera utilizando métodos básicos; la otra, con un aparato avanzado de cromatografía líquida; y un último, que hay que ponderar, que es el del profesor Gerardo Barton, a cargo de la Facultad de Ciencias Exactas, que junto a sus colaboradores analizaron la situación a través de resonancia magnética nuclear”.
“Con esto hay un mito de que uno pone la sustancia en un cromatógrafo y la respuesta sale, pero no es tan sencillo. De hecho, los doctores acá, en el laboratorio de la Procuración pudieron confirmar la droga (que se utilizó para el denominado corte). Lo que pasaba era que el carfentanilo estaba en tan baja concentración, que era extremadamente difícil de encontrar”, destacó el especialista.
Además, el experto detalló que el fentanilo, “con 3 miligramos produce la muerte”, mientras que con el carfentanilo “basta con un millón de partes por gramo” para producir el mismo efecto fatal.
“Es una sustancia extremadamente peligrosa. Hay un colega norteamericano que en un congreso mundial explicó que cuando tuvo que analizar (los cuerpos de personas que fallecieron por consumir esto), los cadáveres tenían que ir con protecciones especiales porque esto hasta por la piel se puede absorber”, agregó Ferrari.
Por último, el doctor sostuvo “que no es tan sencillo” que esta droga se haya producido en el país, “porque la estructura base, que es el precursor de la sustancia, a la cual luego se le van agregando diferentes cosas para obtener los distintos tipos de fentanilos, generalmente se hace en laboratorios de Europa, de Bélgica, Holanda, Lituania”.
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