Policía y dealer: la insólita vida de “Nico”, el suboficial acusado de vender pastillas en fiestas electrónicas

Nicolás Balzi, efectivo de la fuerza de Santa Fe, se mostraba en Instagram en fiestas y gimnasios. Cayó en Cañada de Gómez luego de que un informante lo delató. La investigación estuvo a cargo del fiscal federal Javier Arzubi Calvo

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Balzi tras su detención a
Balzi tras su detención a cargo de la División Antidrogas Rosario de la PFA.

A simple vista, Nicolás Gabriel Balzi ciertamente la vivía, lo que se dice un policía con onda. De 25 años, suboficial de la seccional 2° de Cañada de Gómez de la fuerza provincial de Santa Fe, ubicado a 70 kilómetros de Rosario, se mostraba en Instagram en torneos de fisicoculturismo en plena flexión de bíceps, en fiestas electrónicas junto a un séquito de chicas, tal vez alguna foto de uniforme. Nada raro hasta aquí. Semanas atrás, un informante lo delató. Así, el fiscal federal Javier Arzubi Calvo, recientemente designado a la Fiscalía Federal N°1 de Rosario, lo investigó e intervino su teléfono.

Un alto detective vinculado al caso asegura: “El zarpado vendía de uniforme”.

Así, lo arrestaron.

La División Antidrogas Rosario de la Policía Federal lo allanó ayer en un domicilio de la calle Congreso en Rosario. Le encontraron su pistola Bersa reglamentaria, su juego de esposas, su credencial de la fuerza y 32 mil pesos, además de treinta pastillas de éxtasis, cuarenta gramos de cogollos de porro, 18 gramos de cristal de MDMA, dos plantas de marihuana y dos planchas de 25 troqueles cada una de LSD. Tenía sobres con los que diferenciaba sus pastillas, con formas del logo de una popular marca de chombas o la cara de Homero Simpson.

Lo que le incautaron se condecía con la denuncia del buchón que lo entregó a la Federal, según confirmaron fuentes del caso a Infobae: de acuerdo al delator, Balzi era un dealer de pastillas en fiestas electrónicas, también operaba como delivery. Su novia fue allanada y aprehendida en la calle Güemes: le encontraron dos mil dólares, cinco celulares, otra plancha de LSD y una pastilla con el logo de Coca Cola, de alto poder, capaz de contener más de 200 miligramos de MDMA.

Balzi de uniforme, en fotos
Balzi de uniforme, en fotos de sus redes.

El informante dio gran cantidad de detalles: el número de Balzi, su perfil de Instagram, el gimnasio que frecuentaba. Así, comenzó la causa. También detalló su tarifario: “Vende cristales a 20 mil pesos el gramo, pastillas a dos mil por unidad”. Hacía descuentos si se compraba , con un lote de 50 pastillas de alto poder a 75 mil pesos.

Arzubi Calvo no perdió tiempo y ordenó escuchas directas sobre el teléfono del suboficial, autorizadas por el juez Carlos Vera Barros. El 29 de enero, “Nico” fue interceptado mientras gestionaba un pedido para una cliente. La llamada disparó una vigilancia encubierta, donde fue observado. Luego, lo encontraron en varios pasamanos. El botón, dadas las pruebas, tenía razón. La orden de allanamiento contra Balzi y su novia fue firmada por el juez del caso.

El regreso del circuito de fiestas electrónicas de este verano tras la relajación de los controles por la pandemia revivió las actividades de los dealers que sobrevuelan la escena. El mes pasado, la Dirección Contra El Crimen Organizado de la Policía Bonaerense arrestó a un relacionista público y a un conocido DJ de Mar del Plata, “Tutti” Feiz y “Betto” Navarro. En total, se incautaron 250 pastillas de éxtasis, cinco tubos de cristal de MDMA, una balanza, teléfonos, una máquina de contar billetes, 540 dólares, 290 mil pesos, talonarios de entradas para varias fiestas en discotecas marplatenses. Se encontró un revólver calibre 22 con algunas balas. Los equipos Pioneer de “Betto”, sus herramientas de trabajo como DJ, también fueron incautados.

Balzi años atrás, en un
Balzi años atrás, en un torneo de fisicoculturismo.

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