El 9 de febrero de 2004 fue la última vez que se vio a Andrea López (25). Una década después, y en un caso emblemático, la Justicia de La Pampa condenó al ex boxeador Víctor Purreta, su pareja, a 26 años de prisión por el femicidio pese a que nunca se halló el cuerpo de la mujer. El testimonio del hijo de ambos en 2011 fue clave: contó cómo su padre mató a su madre. Ahora, el Gobierno provincial aumentó la recompensa para quien brinde datos concretos que permitan dar con los restos.
El gobernador Sergio Ziliotto, a través del Decreto 166/22, incrementó a un millón de pesos la suma ofrecida a quienes aporten datos veraces y determinantes para lograr localizar los restos de Andrea López, cuya desaparición cumple 18 años este 10 de febrero.
Andrea López murió en la noche del 9 de febrero o en la madrugada del 10 de 2004. Para ese entonces, a la mujer oriunda de Santa Rosa su pareja la obligaba a prostituirse. Tras su desaparición, durante unos siete años hubo una búsqueda infructuosa: las sospechas eran muchas pero no había certezas.
Hasta que en 2011, cuando el hijo de la pareja de 11 años contó en Cámara Gesell el calvario que vivió su madre. Fue testigo directo del femicidio y su testimonio fue crucial para arrestar a Purreta y para condenarlo.
Durante el jucio, Purreta declaró que esa madrugada discutió con su esposa y se fue a dormir. “Cuando me levanté ella ya no estaba”, dijo. Eran las 4 am del 10 de febrero de 2004 y el cuerpo de su ex mujer jamás apareció.
El chico, en cambio, contó que su mamá murió por los golpes y patadas que recibió de Purreta, quien la dejó en la cama, morada en inconsciente, hasta que pudo hacer desaparecer el cuerpo. El niño sostuvo que pudo ver el maltrato, primero a través de la puerta del baño y luego, cuando el padre le cerró esa abertura, por el orificio de la llave.
“Él le pegaba con un rebenque contra una punta. Le daba piñas, patadas y después la vi en la bañera, que estaba toda morada”, contó. En otro tramo, dijo: “Estaba como si estuviera desmayada... Mi papá la llevó y la acostó en la cama. Yo dormía en la pieza con ellos, pero esta vez me mandó a la cocina”, agregó.
Pese a la condena, que se sumó a una previa que tenía el ex boxeador por proxenetismo, el hombre nunca contó que hizo con el cuerpo de Andrea. La mamá de la joven, Julia Ferreyra, ha pedido a gritos que aporte esa información.
“No pido que me lo diga a mí, pero quiero que se lo diga a su hijo, que merece tener su madre enterrada, como corresponde. Hoy en día hasta los animales son enterrados. Y yo sé que ella no descansa en paz”, fue uno de los tantos testimonios de la mujer.
Por eso, se ofrece la recompensa. Y no es algo novedoso el incremento del monto por algún dato que permita hallar los restos de Andrea. El subsecretario de Derechos Humanos del Ministerio de La Pampa, Juan Pablo Fasce, contó que “todos los años” se actualiza el monto: “Desde el Estado provincial queremos saber dónde está”. Es más, dijo: “La medida marca la continuidad de una política de Estado establecida desde la gestión anterior del ex gobernador Carlos Verna”.
“La mamá de Andrea, Julia Ferrerya, aún espera conocer dónde están los restos de su hija y darle tierra para su descanso. Necesitamos, como sociedad, que haya justicia para la familia y todas las víctimas de este flagelo”, cerró el funcionario.
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