La investigación por el asesinato de Marcelo Longhi, el ex rugbier y presidente del club Vilo de Vicente Lopez, dio un giro inesperado en las ultimas horas. Lo que puede verse en el expediente a cargo la fiscal Mariana Suárez, es una historia de traición, mentiras y muerte.
En las últimas horas, el departamento de Homicidios de la DDI de Luján de la Policía Bonaerense detuvo a su socio y mejor amigo, acusado de tener una participación preponderante en el crimen. Se trata de Pablo Javier Achard, de 44 años, dueño de una empresa de seguridad privada, que en un primer momento colaboró con la investigación y hasta declaró varias veces como testigo. Fue arrestado en un domicilio de la calle Mármol en Vicente López, según confirmaron fuentes policiales a Infobae. Allí le encontraron una pistola Browning 9 milímetros con la documentación vencida y varios celulares. En paralelo, buscan al casero del campo que la víctima arrendaba en la zona de Tomás Jofre. Cuando lo fueron a detener no estaba y hoy se encuentra prófugo. En su casa, sin embargo, incautaron tres escopetas de diversos calibres.
“Se tardó varias semanas en individualizar a los sospechosos porque habían realizado varias maniobras de distracción. Se llegó a este resultado por las distintas pericias tecnológicas. Lo que se encontró dentro del celular de la víctima fue la clave. Achard era una de las personas de confianza de la familia Longhi”, explica una fuente que participó en las detenciones.
El cadáver de Marcelo fue encontrado el 12 de enero pasado, al costado de la ruta en Lujan. Estaba en la caja de su propia camioneta, con el cuello roto por una maniobra de ahorcamiento. Lo primero que se supo fue que el ex rugbier arrendaba un campo junto a Achard, su mejor amigo y socio, en la zona de Tomás Jofre.
Achard, también ex jugador de rugby, fue uno de los primeros en declarar en la causa. Dijo que el día del crimen los dos se juntaron en el campo que regenteaban juntos y que Marcelo, cerca del mediodía, había salido en su camioneta a la localidad de Navarro con el objetivo de comprar dos terneros que había visto a un precio interesante por Internet. También aclaró que le había dado a su amigo la suma de $140 mil para realizar la operación.
El segundo testimonio por esas horas fue el de Ramón Roberto Flores, el casero del campo. Su versión coincidió con la del socio de Marcelo. Dijo también que cerca del mediodía, Longhi había salido en su vehículo con camino a Navarro.
Estos datos fueron tomados por ciertos por la propia familia de la víctima, que desde un primero momento se encargó de dejar en claro que confiaban ciegamente en Achard. Pero a la fiscalía había cosas que no cerraban.
Ahora se supo que todos esos datos eran mentira.
Mientras Achard asistía al velatorio de su mejor amigo, que se hizo en el club Vilo, y lloraba junto a la familia de la víctima, la fiscal Suarez comenzaba un fino trabajo de entrecruzamiento de llamadas, visualización de cámaras de seguridad y análisis de testimonios. “Las sospechas con respecto al socio estuvieron desde un principio. Había detalles en su relato que no coincidían con los horarios que nosotros manejábamos”, explican desde la investigación.
El primer dato relevante hallado por Suárez indicó que ni en el celular de la víctima ni en ninguno de sus dispositivos apareció ningún tipo de búsquedas de terneros. Longhi nunca había planeado ir a la zona de Navarro ni había pactado ninguna compra. Ese dato erróneo, que había introducido su socio, dio la pauta de la investigación.
Luego se supo que Longhi, efectivamente, llegó al campo en Tomás Jofre pero nunca salió. Tanto Achard como Flores mintieron al decir que la víctima había salido con su camioneta. Ese “motivo” todavía es un misterio. No está claro cual pudo haber sido el móvil del homicidio. Lo cierto es que en el campo se reunieron Marcelo y Pablo y que también estaba el casero. Evidentemente algo sucedió en ese mediodía que generó el asesinato: la Justicia cree firmemente que el crimen ocurrió, precisamente, en el campo.
“Evidentemente Marcelo algo vio, o se enteró de algo o escuchó algo que no le gustó y lo hizo saber y ahí comenzó algún tipo de pelea. Él era un tipo muy transparente y sanó. Creemos que fue un crimen que se precipitó, algo que no estaba planeado”, explica el abogado de la familia Longhi, Alejandro Broitman: “Se enteraron de la detención de Achard esta mañana. Están destruidos. No lo pueden creer. Hasta el último momento, ellos creían que se trataba todo de una confusión”, completa.
Fue un nuevo dato que, en las últimas horas, terminó de cerrar el círculo sobre Achard y le dio a la fiscal Suárez la prueba necesaria para la detención: otra mentira.
Días después del crimen, Achard le contó a la familia Longhi que había llevado el mismo en su vehículo al casero Flores a Chaco, su provincia natal. Fabián, el hermano de la víctima, le preguntó si antes de hacer eso le había dado aviso a la fiscalía. “Si, si. Ya le avise y me dieron el ok”, respondió en ese momento.
Ahora se sabe que el mejor amigo convertido en traidor nunca avisó de ese movimiento.
Con todos estos datos sobre su escritorio, la fiscal ordenó esta madrugada la detención de Achard que fue encontrado en su casa de Vicente López. En paralelo, se realizó un allanamiento en su empresa de seguridad ubicada en la zona norte. Además, se intensificó la búsqueda de Flores, que continúa prófugo.
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