A Erica Vanesa Romero (37) la encontraron calcinada en la madrugada del sábado pasado en el interior de su Audi TT color blanco. Pocos minutos antes, ese coche había sido atacado a tiros: su pareja y su hija de un año llegaron muertos al hospital de la zona. Pero ella fue encontrada arriba del vehículo sobre un camino rural en las afueras de la ciudad de Rosario. La escena era aterradora. Su cuerpo se encontraba completamente carbonizado, irreconocible, aseguraron los investigadores. Tanto es así que en el informe preliminar de la autopsia que recibió el fiscal Gastón Avila los forenses no pudieron identificarla ni tampoco determinar las causas de su muerte, según indicaron a Infobae fuentes del caso.
“El pre informe de autopsia arrojó como resultado: causa de muerte indeterminada”, indicaron las fuentes consultadas y contaron que “debido al estado de descomposición del cuerpo” se busca confirmar su identidad. Y agregaron que, “asimismo, se solicitó extracción de muestras de ADN para cotejar con el material genético de la menor” fallecida.
Los detectives del triple crimen de la localidad santafesina de Ibarlucea intentan descifrar el derrotero del ajuste más aterrador de la historia narco reciente en la zona, donde un grupo de sicarios asesinaron a tiros a Iván Maximiliano Giménez (33) y a su hija Elena, de un año, a la salida de un casamiento de dos narcotraficantes condenados, Esteban Enrique “Pinky” Rocha y “Brisa” Leguizamón.
De este modo, el fiscal Avila, a cargo de la Unidad de Homicidios Dolosos de Rosario, quien lleva adelante la investigación, desde el sábado se encuentra recolectando información para esclarecer el doble crimen y encontrar a los culpables. Ayer, dentro de las tareas de rutina, se presentó un joven de 19 años en sede judicial y lo que relató llamó la atención de los funcionarios en la fiscalía.
Según indicó el mismo fiscal Avila en una conferencia de prensa, el testigo contó que él había sido uno de los invitados a la fiesta y, al escuchar las detonaciones producto del ataque, salió para ayudar a desenterrar el auto de las víctimas que había caído a un zanjón, en un desesperado intento del conductor cuando quiso escapar de los atacantes.
El testigo contó que lograron sacar del auto a Giménez y a la beba, pero no a la mujer, por lo que le pidieron a él que la trasladara a bordo del vehículo al hospital Escuela Eva Perón de Ibarlucea para que fuera asistida.
“En la desesperación tomó para el otro lado, para Ibarlucea”, dijo el fiscal, quien añadió que “el chico declaró que estaba ebrio, desesperado porque vio un patrullero y tenía miedo de que lo siguieran, que no sabía qué hacer hasta que paró y decidió prenderle fuego al auto”.
Sobre la mecánica del triple crimen, el funcionario judicial dijo que cerca de las 4 del sábado último, tras la fiesta de casamiento realizada en un predio llamado “Campos de Ibarlucea”, Romero, Giménez y la beba se retiraron del lugar en su Audi y tomaron la autopista rumbo a Rosario, momento en que fueron emboscados por una camioneta Volkswagen Amarok.
El conductor realizó una maniobra de escape y retomó la ruta rumbo al predio donde se realizaba la fiesta, aunque cayó en un zanjón, situado frente a la entrada. Fue allí donde los ocupantes de la camioneta realizaron una veintena de disparos que impactaron en los tres integrantes de la familia. Tras la balacera, los asesinos escaparon, según el relato del fiscal.
Giménez murió en el lugar, la beba fue llevada al Hospital Eva Perón, donde falleció, y a la mujer no la lograron sacar del coche y decidieron que fuera trasladada en ese auto, aunque aparentemente ya muertaa. Más tarde su cuerpo calcinado fue encontrado en el interior del Audi prendido fuego.
El joven que admitió haber incendiado el Audi, por su parte, no está detenido y según el fiscal aún no va a ser imputado, ya que no puede utilizar como único elemento de cargo su declaración. “No veo que haya intención de encubrir a los homicidas ni de una participación”, advirtió.
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