Elina Gianoli Gianza, una millonaria heredera que fue la mayor benefactora y contribuyente del Opus Dei en el país, falleció en noviembre pasado a los 81 años de edad en el Hospital Austral de Pilar, presuntamente a causa de un cáncer, y fue enterrada en el cementerio Jardín de Paz de esa localidad. Hoy, su muerte es objeto de una investigación judicial.
El 25 de noviembre, los sobrinos de Gianoli Gainza se presentaron en la UFI Nº4 de Pilar y realizaron una denuncia. El mismo día, el fiscal Gonzalo Agüero ordenó al titular del Cementerio Jardín de Paz que “hasta tanto no se encuentren aclarados los extremos de la denuncia no es posible cremar ni trasladar el cuerpo”. En los días siguientes, Agüero les tomó declaración a dos de los sobrinos de Elina y consideró que había fundamentos para ordenar la exhumación del cuerpo, que se hizo el 29 de diciembre. Por ahora, la causa penal está calificada como una averiguación de causales de muerte.
Los sobrinos de Gianoli, que había tomado votos de castidad, pobreza y obediencia como numeraria y vivía en una residencia de la organización católica ultraconservadora en Palermo, no solo aseguran que no los participaron del funeral de su tía y del proceso de su enfermedad. “Está confirmado que el Opus Dei les ocultó a los sobrinos la información sobre el estado de salud de Elina, así como la noticia de la internación y hasta la de su muerte. También desde el hospital les negaron que estuviera internada a pesar de los reiterados llamados que hicieron”, señaló a Infobae el abogado Mariano Orgeira, representante de los sobrinos.
“Nosotros tuvimos relación con ella toda la vida. Una relación de cariño mutua. Pero un día se terminó. Fue el día en el que el Opus Dei supo que habíamos iniciado un reclamo por la herencia familiar que nunca recibimos”, explica Tomás Gatica Gianoli, uno de los sobrinos que asistió al funeral y se presentó en la Justicia. Junto a sus diez hermanos, todos hijos de la hermana mayor de Elina ya fallecida, hace unos años decidieron pelear por la herencia que nunca recibieron y que descubrieron que supuestamente estaba yendo a engrosar las arcas del Opus Dei en Roma, Montevideo, Argentina y Chile. La demanda la iniciaron en Uruguay, de donde es la familia, y en los últimos dos años avanzaba en una dirección que involucraba a Elina: además de testar su propia herencia, la numeraria habría manipulado la de otra hermana sin descendencia e internada en una clínica psiquiátrica, María Luisa, para que también fuera al Opus Dei.
Esta información fue revelada por este medio el 21 de enero en una investigación escrita por la periodista Paula Bistagnino, que indicó que el fiscal Agüero creyó las acusaciones de los sobrinos de Gianoli lo suficientemente sólidas como para ordenar una investigación penal bajo la calificación de averiguación de causales de muerte, con la exhumación del cuerpo como medida crítica. Este medio se comunicó con el Hospital Austral y visitó la residencia de la calle Austria donde Elina vivió con otras mujeres miembros de la organización, sin recibir respuesta. El Opus Dei también fue contactado para que brinde su versión sobre los contenidos de esta nota. En un breve comunicado, la organización aseguró que “Elina Gianoli era numeraria del Opus Dei y a lo largo de toda su enfermedad estuvo siempre cuidada y acompañada por personas de la Prelatura y familiares”. En cuanto a la causa penal que llevó a la exhumación de su cadáver, “la Oficina de Comunicación del Opus Dei no tiene información para ofrecer al respecto”.
Hoy martes, la organización envió un nuevo comunicado sobre el tema. desde la Oficina de Comunicación de la Prelatura del Opus Dei, con la firma de su directora, Josefina Madariaga.
A continuación, se reproduce en forma completa:
- Elina Gianoli nació en Chile y fue una de las primeras mujeres en pedir la admisión como numeraria del Opus Dei en Uruguay, el 2 de octubre de 1960. Al poco tiempo se trasladó a vivir a Argentina, donde residió hasta el día de su muerte el 14 de noviembre de 2021 a los 81 años, luego de una larga enfermedad. Era una mujer independiente y austera, que vivió su vocación de servicio en la Iglesia y la sociedad durante 61 años, y dispuso con autonomía y responsabilidad personal y social de su patrimonio familiar.
- Algunos sobrinos Gatica Gianoli -que pretenden ser designados herederos de Elina Gianoli- han sembrado sospechas sobre su fallecimiento, poniendo en duda la rectitud de las personas que la han cuidado y acompañado a lo largo de su padecimiento por el cáncer, y realizando acusaciones graves contra el Opus Dei como institución.
- Frente a esto nos parece importante aclarar que Elina Gianoli estuvo cuidada y acompañada por las personas de su casa (mujeres del Opus Dei, como ella) y otras amigas en el transcurso de su enfermedad, sus repetidas internaciones y hasta sus últimos momentos, en los que estuvieron junto a ella una hermana y una sobrina.
- Durante años -al menos desde el fallecimiento de su madre en 1989-, Elina sufrió mucho por la división de su familia y las repetidas disputas ante los tribunales por cuestiones hereditarias. Le afectaron de modo especial las acusaciones que realizaron algunos sobrinos Gatica Gianoli contra ella en los tribunales uruguayos, imputándole presuntas estafas y malos manejos como curadora de una hermana, como reflejan otras notas periodísticas con declaraciones agraviantes de los Gatica Gianoli sobre Elina. Estos ataques públicos y jurídicos -más allá de otros posibles motivos personales- explican una entendible decisión por parte de Elina de no querer tratar con ellos en el último tiempo de su enfermedad.
- Es de público conocimiento que Elina Gianoli, a lo largo de los años, hizo numerosas donaciones a instituciones dedicadas a la promoción de la salud, la cultura, la educación y la evangelización, radicadas en países como Uruguay, Chile, Italia y Argentina, muchas de ellas inspiradas por el Opus Dei, al servicio de la sociedad y de la Iglesia.
- Declaramos que son absolutamente infundadas las acusaciones graves contra personas del Opus Dei y contra la institución, de haber manipulado a Elina aislándola de su familia y acelerando su muerte por intereses económicos. Se están evaluando acciones legales por calumnias y difamación.
- Al dolor que sentimos por la reciente muerte de Elina, se une la tristeza por el conflicto suscitado por algunos Gatica Gianoli que, en una última acción de maltrato a su tía, solicitaron judicialmente la exhumación de sus restos mortales y su autopsia. Resulta cuanto menos paradójico que personas que han pedido la cárcel y la extradición para su tía, se extrañen de que no se les invitara en su momento al velorio y que ahora se presenten como acusadores de quienes ella ha elegido por más de medio siglo para vivir su vida, y que la han acompañado y cuidado en su enfermedad.
- Pedimos a Dios que interceda para que restablezca la paz y se aclare la verdad de esta situación.
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