Brisa y “Pinky”, prófugos: la Justicia les revocó sus beneficios tras el triple crimen y deberán volver a la cárcel

A la mujer le cancelaron la prisión domiciliaria y la busca Gendarmería. Esteban Rocha faltó a una cita judicial y se lo declaró en rebeldía: tiene pedido de captura en PFA

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Brisa Leguizamón y "Pinky" Rocha
Brisa Leguizamón y "Pinky" Rocha

Esteban Enrique “Pinky” Rocha y “Brisa” Leguizamón esperaban el juicio oral en su contra por ser jugadores de nivel medio en la banda de Olga “La Tata” Medina, una de tantas jefas traficantes de Rosario. Habían cobrado planes sociales en los últimos años, Brisa no tenía un trabajo en blanco registrado -nunca tuvo uno- y “Pinky” figuraba, al menos en los papeles, como empleado en una fábrica de engranajes. Su fastuosa y obscena boda del sábado pasado en el salón Campos de Ibarlucea los volvió tristemente célebres. Fue un cónclave mafioso, con invitados ligados al clan Cantero, la familia detrás de Los Monos. A la salida del evento, ocurrió el crimen más aterrador de la historia narco reciente en la zona. Iván Giménez, amigo de la pareja y sospechado de lavar dinero del negocio de la droga mediante sus panaderías, fue masacrado junto a su mujer y su hija.

La situación procesal de Brisa y Rocha salió a la luz tras el triple crimen que conmociona. La mujer gozaba de prisión domiciliaria, concedida para que cuidara de sus hijos en un casa de la calle Rueda, la misma parada de drogas que controlaba en la causa en donde era investigada. Por ende, ella no podía salir de su propiedad para casarse de blanco en un mega evento. “Pinky”, en tanto, había sido excarcelado tras un fallo de la Cámara Federal de Casación porteña que anulaba una decisión de la Sala B de sus pares rosarinos.

Ahora, todos esos beneficios fueron revocados. Brisa deberá volver a la cárcel y “Pinky”, tras faltar a una cita judicial, fue declarado en rebeldía. La captura de ambos fue ordenada: a ella la busca la Gendarmería, a él la delegación local de la Policía Federal Argentina por pedido del Tribunal Oral Federal N°1 de Rosario, con fallos a los que accedió Infobae.

El auto incinerado de Érica,
El auto incinerado de Érica, pareja de Giménez

A Roca le imputan un faltazo judicial. “Conforme surge del diligenciamiento de la citación judicial obrante, personal de Gendarmería Nacional Argentina se constituyó en el domicilio del encausado sito calle Rueda de Rosario y confeccionó acta por la cual notificó que el nombrado debía concurrir a la sede de este Tribunal el día 30 de enero del presente año a las 11 horas. Que de acuerdo al informe actuarial, Rocha no ha comparecido a la citación y tal conducta, es constitutiva de violación a las cargas que le fueran impuestas al momento de otorgársele la excarcelación”, aseguró el Tribunal.

La revocación de Brisa fue pedida por el fiscal federal Claudio Kishimoto y la PROCUNAR, el ala de la Procuración que investiga delitos de narcotráfico con el fiscal Diego Iglesias. Aseguraron que ella y su pareja “han evidenciado un desprecio hacia el sometimiento de las órdenes judiciales y por lo tanto, se permite afirmar la existencia de un cierto riesgo de fuga y justifican y tornan razonable y necesario revocar el arresto”.

Además, Kishimoto y Procunar recordaron que en la resolución de 2019 que le daba la domiciliaria a Brisa se ordenó que “sea ingresada en el Programa de Asistencia de Personas bajo Vigilancia Electrónica”, es decir, una tobillera. Así, se ordenó que sea trasladada a una cárcel del Servicio Penitenciario Federal, tal como ocurrió con Lorena Verdún, viuda del capo de Los Monos.

El ataque

Tras la boda de Brisa y “Pinky”, minutos después de las 4, Iván Maximiliano Giménez, de 35 años, su pareja Erica Vanesa Romero, de 37, y Elena, la hija de ambos de apenas un año se retiraron a bordo de un Audi TT blanco de la fiesta. El hombre conducía por la Ruta 34 cuando fue interceptado por otro vehículo, una camioneta Volkswagen Amarok blanca, desde la cual los atacaron con una lluvia de balas.

El hombre y su hija fueron trasladados por otro invitado de la fiesta al hospital Eva Perón, en Granadero Baigorria, donde se constató que estaban muerto: Giménez recibió 10 balazos calibre 9 milímetros y su hija Elena, al menos 6. En el lugar del ataque la Policía Científica secuestró nueve vainas servidas.

Si bien una primera versión indicaba que Romero se había trasladado junto a ellos al hospital, otros testimonios indican que tras la balacera la mujer simplemente desapareció. Alrededor de las 5 de ese mismo día, vecinos del barrio Espinillo alertaron que en un camino rural, a unas 35 cuadras del salón de eventos, había un auto en llamas: se trataba del Audi TT de las víctimas y en su interior fue encontrado el cadáver de una mujer. El cuerpo fue enviado al Instituto Médico Legal de Rosario (IML) para confirmar su identificación, pero fuentes judiciales indican que se trataría de Romero.

Uno de los puntos que intentan esclarecer los investigadores es si los sicarios aprovecharon el momento del ataque para secuestrar a la mujer, si Romero también murió acribillada en el momento o si la interceptaron cuando intentó escoltar el auto que trasladaba a su pareja y su hija al hospital.

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