¿Es un lobo, un demonio, una paloma o un perejil? Daniel Casares, un changarín y lavador de autos de 22 años sin un solo antecedente penal, continúa detenido desde el jueves en una celda de la Bonaerense, acusado de un periplo criminal insólito que solo podría ser cometido por un picante de la más alta ferocidad.
Según la imputación en su contra, condujo durante más de 40 cuadras un Volkswagen Fox recién robado desde Palomar hasta el centro de Morón. Allí, lo impactó contra la verja de una casa en la esquina de 9 de Julio y Moreno, chocando varios autos estacionados en el trayecto. El auto luego se incendió, pero el conductor salió ileso. Fue increpado por Juan Manuel Muñoz, un jardinero de la zona, y su amigo Matías, que presenciaron indignados la secuencia. Así, le gritaron al conductor, comenzó una discusión, se arrojaron piedras según el informe posterior.
Entonces, el conductor, lejos de conciliar, tomó una pistola .380 y le disparó a Muñoz en el cráneo, a la altura de las cejas. Luego, huyó.
Casares fue capturado por personal de la Comisaría 6° de Morón de la Policía Bonaerense pocos minutos después, luego de que escucharan el relato de Matías. Fue visto a unas dos cuadras del lugar del hecho junto a un joven de 16 años, su aspecto coincidía con lo relatado por el testigo. También fue visto caminar con una leve renguera, lo que generó aún más sospechas en los policías. Entonces, corrió.
Daniel fue perseguido hasta la casa de su familia, ubicada en la calle Mariano Moreno, a dos cuadras del lugar del choque, donde fue arrestado, en una causa por homicidio agravado a cargo de la UFI N°7 del fiscal Matías Rappazzo. Se negó a declarar ante el fiscal esa tarde, asistido por un defensor oficial. El menor, con un expediente en una UFI de Responsabilidad Juvenil, fue soltado a las pocas horas y devuelto a su familia.
Hasta aquí, todo cierra. Pero la historia no es tan simple. Sergio, tío de Casares, que convive con él en la casa de Moreno, aseguraba a Infobae a horas del crimen: “Dicen que manejó cuarenta cuadras un auto robado y ni siquiera sabe manejar. Mi sobrino, acá, es un perejil’”.
Entonces, Sergio y su familia comenzaron a caminar por el barrio buscar pruebas que exoneraran a Casares. Encontraron algo que quizás pueda servir.
Tras regresar al barrio, el menor detenido insistió a la familia de Daniel que él y Casares -que se habían reunido ese día para realizar una changa en una verdulería de la zona- habían salido a caminar esa noche en busca de un kiosko abierto. La familia pensó lo obvio. Debería haber alguna cámara de seguridad que los filmó en su trayecto.
Creen haber encontrado una, ubicada en la zona de Bernardo de Irigoyen y 25 de Mayo, a cuatro cuadras de la esquina donde chocó el Fox. Recuperaron esa filmación, que ilustra esta nota. Allí, se ve a Daniel y al chico, sostiene la familia a este medio: Daniel, siempre según su testimonio, es el joven de remera blanca y gorra.
El código de tiempo es elocuente, 3:02 AM. Existe un video que muestra el choque del Fox, donde se ve al conductor misterioso huir. Ocurre, literalmente, dos minutos después. El video ya está en manos del fiscal Matías Rappazzo. La familia, mientras tanto, planea presentarlo por su cuenta en la UFI N°7 para que sea evaluado.
En la mañana del viernes, el fiscal Rappazzo trabajaba para determinar si el hombre que se ve en el video del choque es, efectivamente, Daniel Casares. El tío Sergio sostiene que ni siquiera se parecen. También se esperaba que se produjera un paso clave: la rueda de reconocimiento del caso, con Matías, el amigo de Muñoz, como principal testigo. Ahora, se suma este nuevo video, que podrá ser analizado o descartado. La renguera al caminar también tiene una posible explicación: Casares sufrió hace un año un fuerte accidente de moto que lo dejó un mes hospitalizado con varias cicatrices en el cuerpo.
Mientras tanto, un rumor circula en el centro de Morón sobre quién sería el verdadero autor del hecho. Una referencia se repite: “Fue un chabón de San Justo”.
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