El lunes 24 de enero, un grupo comando asaltó la estancia de San Pedro del empresario postal Oscar Andreani, de 79 años de edad, llevándose dinero en efectivo y varios objetos de valor.
En la madrugada de hoy, el departamento Rio Tala de la sección zonal de la Policía Bonaerense capturó a nueve sospechosos de la zona tras una investigación de la UFI N°7 de la jurisdicción, según confirmaron fuentes del caso a Infobae, en un operativo en el que fueron afectados más de cien efectivos de grupos como el GAD y la DDI local. Se allanaron ocho objetivos. Originalmente, se libraron siete órdenes de arresto.
Las ordenes de captura por el delito de robo doblemente calificado por uso de arma de fuego y por ser cometido en banda se libraron ayer: los análisis de cámaras de seguridad fueron instrumentales para detectar a los acusados.
Entre los sospechosos arrestados se encuentran Lucas Matías Medina, alias “Bolillón”, detenido con plantas de marihuana, municiones y un handy de frecuencia policial. Roque Carlos Gutiérrez, de 39 años, cayó con un chaleco antibalas, celulares y varias municiones. Amílcar David Palacios fue capturado con prendas de vestir similares a las que habría usado en el robo.
Las coincidencias continúan. Fuentes policiales consultadas aseguran que Gastón Bedetti, de 25 años, alias “Palolo”, cayó con tres bolsas de arpillera, similares a las que usaron los ladrones para llevarse las pertenencias del empresario. William Alexis Sánchez también fue capturado con bolsas similares, así como prendas idénticas a las vistas en el ataque.
Juan Nicolás Rivero, apodado “Perra”, fue capturado con un revolver calibre 32 y 28 teléfonos celulares que podrán ser peritados. Todos ellos fueron trasladados a una sede policial a disposición de la UFI N°7. Se esperan sus indagatorias en las próximas horas.
El hecho en la estancia La Santina, ubicada en el kilómetro 151 de la ruta nacional 9, propiedad de Andreani, de 79 años.
Fuentes policiales informaron a Infobae que un grupo de siete delincuentes armados irrumpió en el predio con fines de robo y redujo al empresario y otras víctimas de su familia. Luego de apoderarse de una suma no precisada de dinero en efectivo y de otros elementos de valor, los asaltantes huyeron, mientras que el empresario denunció lo ocurrido ante la Policía.
Si bien aún no hay mayores precisiones, una de las hipótesis que se manejan es que no se trató de un robo “al voleo”: se creyó en un primer momento que los delincuentes conocían los movimientos de la familia y que para concretarlo hubo un entregador.
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