Se conoció el resultado de la autopsia de la nena de 6 años que llegó al hospital por un raspón y murió

El informe forense reveló que Danae Olguín no tenía COVID-19, como aseguraron los médicos a sus padres de Coronel Moldes, provincia de Córdoba. “Tendría que estar viva si esto se hubiera diagnosticado a tiempo”, aseguran sus abogados

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Danae tenía seis años y
Danae tenía seis años y falleció por una infección tras sufrir una caida mientras patinaba

Danae Olguín, una nena de apenas 6 años, ingresó el 5 de enero pasado al Hospital Municipal Tomás Ponsone de Coronel Moldes -en su ciudad natal, a 300 kilómetros de la capital de Córdoba- con un cuadro febril y un dolor en la rodilla por un raspón que se había hecho mientras patinaba.

El sábado a la madrugada, menos de 72 horas después de su ingreso, Danae murió en un hospital de la ciudad de Río Cuarto. Sin respuestas por la tragedia, sus padres, Hugo Olguín y Karen Baldobino, denunciaron ante la justicia a los médicos del hospital Ponsone por presunta mala praxis.

Este martes, Hugo y Karen recibieron los resultados de la autopsia de su hija, realizada en el Instituto de Medicina Forense del Poder Judicial. Si bien en primera instancia los médicos habían indicado a su familia que la niña falleció como consecuencia de un cuadro de coronavirus, el informe forense indica que Danae murió por un “shock cardiogénico irreversible”.

“El corazón le dejó de latir por la gran infección que tenía”, interpretó en declaraciones al diario La Voz del Interior su mamá, Karen Baldobino, que cursa un embarazo de cuatro meses y tiene además un nene de cinco años.

Los abogados querellantes que representan
Los abogados querellantes que representan a la familia aseguran que su muerte podría haberse evitado

En ese sentido, los abogados querellantes, Zacarías Ramirez Rigo y Sergio Bernal Valverde, hablan de una tragedia “evitable”. “Nosotros concluimos que la muerte de Danae se podría haber evitado y sabemos que todo lo que hagamos no dará consuelo a la familia, porque nada podrá devolvérsela”, señaló Ramírez, en diálogo con el sitio Puntal, al tiempo que remarcó que la menor no tenía problemas cardíacos ni murió por COVID-19.

“Lo que nos dicen nuestros especialistas es que el corazón le dejó de funcionar porque le fallaban órganos vitales, porque tuvo una gran infección, gérmenes muy agresivos que habrían generado una fascitis necrotizante en el muslo derecho”, detalló Zacarías Ramírez Rigo a La Voz.

Y agregó: “La misma partida de defunción dice que fue una infección grave. Nos preguntamos si podría haber sido evitado si se hubiera medicado en el momento de manera adecuada. En la historia clínica no se ve un esfuerzo para combatir esa infección. No hay consuelo para la familia”.

“Las acciones que vamos a seguir para que no haya más casos como el de Danae estarán orientadas a que se dé tratamiento correspondiente cuando exista una infección, que se tomen las medidas necesarias porque creemos que eso no se hizo, lo que da cuenta de una negligencia muy importante”, continuó.

Ahora, los abogados solicitarán, además de la entrega del cuerpo a la familia, una junta médica para despejar dudas en la interpretación de los resultados.

Según explicaron sus padres, la caída mientras patinaba con los patines que había recibido en Navidad ocurrió el 3 de enero, pero los síntomas comenzaron a manifestarse recién un día después. Su mamá resolvió primero darle ibuprofeno porque pensó que no era nada más que un raspón y una fiebre baja. Pero a la madrugada siguiente, Danae volvió a subir la temperatura y el 5 decidieron llevarla al centro médico.

En ese momento, luego de una larga espera con los “gritos de su hija porque ya no aguantaba el dolor”, Danae fue revisada por una pediatra que la medicó por el cuadro febril y le realizó un hisopado que resultó negativo en ese momento. La médica -siempre según la denuncia de los padres- le indicó que volviera a su casa porque probablemente estaba incubando un virus y que tomara un medicamento que le recetó.

Lo que nunca hizo la médica fue revisarle la rodilla.

La situación de Danae no mejoró y el mismo miércoles en horas de la tarde regresaron al sanatorio. “La nena seguía con dolor”, explicó Karen. Tiempo después fue atendida por dos médicas en la guardia y una de ellas ordenó un análisis, en el que finalmente se observó que no era un virus lo que aquejaba a la menor: Danae tenía una posible infección.

A partir del hallazgo, decidieron ordenar el traslado de la niña a un centro de mayor complejidad, el Hospital San Antonio de Padua de la ciudad de Río Cuarto. Fue en compañía de su abuela, porque Baldobino fue hisopada por protocolo y tenía coronavirus.

Danae durante su internación: una
Danae durante su internación: una foto publicada por su mamá en Facebook

Durante la internación, sostuvo, las cosas no mejoraron y según dijo, “ningún médico” la llamó para decirle como avanzaba la infección. “Yo era la que llamaba a mi mamá todo el día para saber cómo estaba mi hija”, aclaró. En el medio, a Danae la hisoparon nuevamente y esta vez el resultado fue positivo, aunque el resultado recién se lo dieron el viernes 7 de enero. Es decir, desde que llegó al hospital Padua y supieron que estaba contagiada, pasaron casi dos días sin que le hicieran otro análisis.

Sin embargo, denunció que el viernes la nena debía someterse a un examen de vital importancia, pero que los médicos no se lo practicaron. “Recién le hicieron todo cuando ella estaba grave, cuando entró a terapia intensiva, cuando ya era tarde. Se dejaron estar”, lamentó.

“Ya en Moldes detectan que la nena tenía los glóbulos blancos altos. No observamos cuál es el trabajo que hicieron en el hospital para evitar este desenlace por la infección. No se habría hecho toma de cultivo, ni ecografía de abdomen. El Covid se lo pudo haber contagiado en el hospital porque la pusieron con los febriles”, afirmó en ese sentido el abogado Ramírez.

El sábado a la madrugada, a las 3.20, Danae falleció.

La causa, que inicialmente era investigada por el fiscal de feria Pablo Javega, quien ordenó el allanamiento del hospital de Moldes y el de Río Cuarto para el secuestro de documentación, está ahora en manos del fiscal Daniel Miralles y cuando finalice la feria de enero, quedaría a cargo de Javier Di Santo.

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