En la zona de guerra que es Rosario, todo se pone peor. Otra vez, los narcos se atreven a amenazar a la Justicia.
Este último sábado, Lorena Verdún -viuda del ex líder de la narcobanda “Los Monos”, Claudio “Pájaro” Cantero, asesinado en 2013- fue imputada junto a su hijo de 18 años, Uriel Luciano Cantero, por la tenencia ilegal de varias armas de fuego. Uriel Luciano fue acusado de regentear una organización armada dedicada a diversos aprietes y extorsiones para obtener dinero, con un fusil FAL en su arsenal. En la audiencia en la que fue formalmente acusada, Verdún pidió que dejen de “agarrársela” con su familia e hizo una dura advertencia hacia el fiscal Matías Edery, uno de los históricos investigadores que le siguen el rastro a Los Monos y que encarceló a varios de sus miembros jerárquicos como “El Viejo” y “Guille” Cantero.
“Esto no va a quedar así”, le dijo, para continuar detenida. Poco después, la violencia recrudeció. El cartel que ilustra esta nota, que advierte que “si siguen verduguiando (sic) a la familia de los alto perfil, para la próxima vamos contra las familia de los empleados de servicio”, fue hallado en la Oficina de Asuntos Penitenciarios en la esquina de Alsina y Pellegrini, barrio Echesortu, el macrocentro de Rosario, de cara a la audiencia del clan Cantero. Hoy por la mañana, según confirmaron fuentes del caso, la fachada de la Oficina recibió un disparo.
Anoche hubo al menos un llamado al 911 diciendo que pondrían bombas en sedes policiales y en la jefatura de la Policía de Rosario. Se hicieron inspecciones, con resultado negativo. Los autores de las amenazas, al contrario de otras ocasiones, no se identificaron como parte de Los Monos.
En el medio, otro papelón atraviesa la trama. Luciano Cantero fue detenido el martes último. Lo alojaron en la Alcaidía de 27 de Febrero al 7800, zona oeste. Luego fue trasladado al penal de Piñero, que el año pasado fue el escenario de un feroz atentado con ametralladoras para liberar a varios detenidos. Al llegar a Piñero, Uriel ya tenía un celular contrabandeado en su poder.
Edery, acompañado por su colega Luis Schiappa Pietra en las investigaciones, recibió un fuerte apoyo de diversos sectores. “No es la primera vez que tenemos situaciones de este estilo. En este caso fue bastante más trascendente por la figura propia de Lorena Verdún y en el contexto de la imputación que tiene que ver con un grupo vinculado a la familia Cantero que tienen incidencia muy grande en la criminalidad local”, aseguró Schiappa Pietra en diálogo con Infobae.
“Desde que estamos a cargo de investigaciones complejas siempre somos objetos de este tipo de mensajes o amedrentamientos. A veces lo hacen llegar por terceros, pero no es la primera vez que nos pasa en una audiencia. Ya pasó en otra ocasión, cuando René Ungaro me amenazó en una audiencia imputativa por extorsiones; o cuando “Guille” Cantero advirtió en el juicio por balaceras a jueces que contrataba sicarios para tirar tiros. Ahí si bien no estuvo dirigido solo a los fiscales, fue a todos los que participaban en el juicio”, replicó Edery.
Edery mantiene su temple. Para el fiscal, que vive con custodia, el nuevo apriete es parte de la historia diaria, con enemigos en todos los frentes de la oscuridad:
“Para nosotros tiene el mismo valor esta amenaza que las denuncias o persecuciones que nos hacen judicialmente personas vinculadas al poder con causas que tocan el poder político. Nos dificulta la tarea diaria una amenaza de una organización criminal y también el caso del senador Traferri (investigado por juego clandestino) que pertenece al mismo poder político, que tiene la facultad de echarnos en Santa Fe, y que nos denuncia para echarnos a nosotros que lo investigamos, con el objetivo de impedir que avancemos en la investigación que vincula a organizaciones criminales con la política”.
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