El brutal asalto en el country San Eliseo de la zona de San Vicente, ocurrido en la madrugada del último miércoles, tuvo un nivel de violencia que no es común para este tipo de robos, lo que llamó la atención de los propios investigadores del caso en la UFI de la zona, a cargo de la doctora Karina Guyot. Las víctimas fueron el empresario gastronómico Maximiliano Ferrari y su familia. Tras torturar a una mujer arrancándole seis uñas y explotarle una prótesis mamaria. la banda de delincuentes logró escapar con dinero.
El hecho ocurrió en las primeras horas de la madrugada del miércoles último, cuando una banda integrada por cinco hombres logró entrar al barrio privado San Eliseo. Para hacerlo, los delincuentes cortaron el primer alambrado, hicieron un pozo para atravesar el segundo alambrado, que estaba electrificado. Luego, cortaron el el tercer alambrado. Es una práctica común en este tipo de robos a countries.
Hasta el momento se desconoce si los casi mil metros que hay entre el cerco de seguridad y la casa robada fueron recorridos de manera directa por los asaltantes o si cortaron camino. El country es muy grande y no cuenta con una buena iluminación, hay muchos lotes sin ocupar y algunas todavía están en construcción o no tienen luz, aseguran quienes conocen la zona.
A pesar de las lluvias, aquella noche hizo calor, por lo que la familia Ferrari le sugirió a su empleada doméstica, quien suele ocupar una habitación que da al frente de la casa, que durmiera con la ventana abierta. Fue por ese lugar que a la 1 AM, la violenta banda de delincuentes logró ingresar, según precisan fuentes del caso a Infobae. Las cámaras de seguridad no obtuvieron un material claro para identificar a los delincuentes, sólo registraron imágenes borrosas.
La casa tiene vecinos a sus costados: una de las familias no estaba -no viven ahí de manera permanente- y en la otra no se registró movimiento. Encapuchados, los cinco hombres primero lograron reducir a la empleada y luego sorprendieron a la familia mientras dormía.
“Yo les di todo lo que teníamos, pero querían más. Entonces, empezaron a arrancarle las uñas con un alicate. Le sacaron seis en total”, dijo Maximiliano Ferrari sobre la tortura a su esposa a TN.
Luego, el empresario gastronómico narró: “Después amenazaron con cortarle la lengua a una de mis hijas gemelas. Ahí nos enajenamos con mi esposa. Pensamos: ‘Estamos muertos’. Yo tiré al piso a uno y ella mordió a otro, como eran cinco y nos superaban en número, y volvieron a pegarnos. Le dieron una patada voladora a mi esposa e intentaron atarnos, pero la situación ya se les había ido de las manos y optaron por escapar”.
En medio del altercado, una de las menores recibió un fuerte golpe cuando quiso defender a su mamá, que debió ser hospitalizada. La mujer fue trasladada luego al sanatorio Los Arcos. “Le reventaron una prótesis por lo que deberá ser intervenida. La golpearon tanto que la cara parece una máscara de lo hinchada que está”, lamentó el empresario. Aseguró que los delincuentes le pidieron dinero y que él les entregó una suma en efectivo que tenía para pagar unas cuentas del día a día.
Las primeras líneas de la investigación apuntan a un robo al azar, según investigadores del caso. El empresario, por su parte, descarta haber sido entregado y asegura confiar en la empleada que trabaja en su casa.
Robar barrios cerrados de alto poder adquisitivo todavía es un negocio criminal en alza. Semanas atrás, un cadáver incendiado llevó al fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, de la zona de Presidente Perón, a seguir rastro de “La Banda del V6″, llamada así por su hábito de usar camionetas Volkswagen Amarok con ese motor para asaltar countries de la zona sur y luego huir, criminales avezados con una predilección por los botines de joyas y dólares en efectivo. No sería su único negocio: también se sospecha que se dedicaba a asaltar envíos narco para robar la droga y luego revenderla, con un golpe de casi tres toneladas de marihuana en la provincia de Córdoba.
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