Cuando Daniel Robledo salió de la comisaría el pasado 8 de diciembre, seguramente, no pudo creer su suerte. Había robado una moto en plena Ciudad de Buenos Aires, lo habían atrapado y en menos de 24 horas recuperaba la libertad. Probablemente, se miraba las muñecas sin esposas y no dejaba de sorprenderse. No solo por la rapidez en que salió del calabozo sino porque nadie se había dado cuenta de que estaba gozando de una libertad asistida por un robo agravado por el uso de arma de fuego que había cometido en 2018.
El “nadie se había dio cuenta” no es una forma de decir. Realmente, nadie lo notó. ¿Cómo fue eso posible? Por un increíble cúmulo de errores judiciales que derivaron en que Robledo estuviera libre la noche del sábado para robarle el taxi a Timoteo Tintillay en Boedo y asesinarlo luego de que el trabajador se colgara del capó para evitar que le quitaran su herramienta de trabajo.
Tras el robo, que quedó registrado en las impactantes imágenes que captaron las cámaras de seguridad de la Ciudad de Buenos Aires, Tintillay fue derivado al Hospital Penna donde falleció tras un paro cardiorrespiratorio. Robledo fue detenido por los policías, aunque en su intento de fuga, chocó con un Peugeot 206: el conductor sufrió una herida cortante en el cuero cabelludo con un traumatismo de cráneo.
Una vez detenido, se conoció el historial delictivo de Robledo, que es bastante amplio. Inmediatamente, surgieron las dudas de cómo una persona con ese prontuario reciente estaba caminando por la calle. La respuesta es preocupante...
El 23 de septiembre de 2018, Robledo fue atrapado luego de haber robado a mano armada en una casa en Villa Centenario, en Lomas de Zamora. Fue detenido y su condena llegó dos años después. El 11 de agosto del 2020, fue sentenciado a la pena de 5 años por ser “coautor penalmente responsable del delito de robo agravado por el empleo de arma y por su comisión en lugar poblado y en banda”.
Como ya estaba alojado en un penal bonaerense, su situación no cambió mucho ese día. Siguió detenido aunque no por mucho tiempo. Gracias a un pedido de su defensor oficial, el Juzgado de Ejecución Penal N°4 de Lomas de Zamora le otorgó, el 27 de septiembre del 2021, la libertad asistida. Eso sí, le puso algunos requisitos: fijar residencia, abstenerse de consumir abusivamente bebidas alcohólicas y utilizar sustancias estupefacientes, adoptar un trabajo, no cometer nuevos delitos y la obligación especial de realizar un tratamiento psicoterapéutico. No queda claro si cumplió con alguna de las pautas que le fijó el juez. Sí quedó comprobado que desobedeció una en particular: la de no volver a cometer delitos.
Apenas dos meses después de ser liberado se llevó una moto a la rastra hasta que fue descubierto por la Policía de la Ciudad. Cuando le pidieron los papeles del vehículo, dijo que los tenía en lo de su hermana. En paralelo apareció el verdadero dueño y Robledo fue a parar a la comisaría. “Cualquier persona con una condena y una libertad asistida que vuelve a cometer un robo tiene que volver a la cárcel. Indefectiblemente”, explicó una abogado conocedor de los tribunales a Infobae.
Entonces, ¿por qué Robledo no volvió al penal y, en lugar de eso, lo dejaron en libertad? Documentos revisados por Infobae y contrastados con fuentes del juzgado del doctor Manuel de Campos, el magistrado al que le tocó la causa del robo de la moto de diciembre, revelaron que en el registro de reincidencia no figura la condena contra Robledo.
“Al parecer no fue informado debidamente que el hombre purgaba una condena. No hay registro de eso. Por eso, cuando desde el Juzgado se pide algún antecedente le dicen que no había ninguno”, detalló una fuente consultada.
Peor aun, el Juez de Ejecución Penal de Lomas de Zamora informó a Reincidencia de la libertad asistida el 21 de diciembre pasado, o sea, tres meses después del otorgamiento del beneficio, y cuando habían pasado 13 días de la liberación de Robledo por el robo de la moto.
“Lo que debería haber pasado, si el sistema hubiese funcionado bien, es que apenas se lo detiene el 8 de diciembre por el robo de la moto se suspende la libertad asistida y se lo manda al penal hasta que termine el ultimo día de la condena. Claro, eso si todo funciona bien. Acá funcionó todo mal porque cuando el juzgado de Ciudad pide los antecedentes le dicen que no tienen ninguno”, concluyó una fuente de la justicia porteña.
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