El domingo 12 de septiembre de 2021, en plena jornada electoral por las PASO, tres delincuentes armados entraron a Galerías Pacífico, rompieron a mazazos la vidriera de la reconocida joyería Testorelli y robaron 30 relojes de alta gama. Tres meses después, el sábado 18 de diciembre pasado, también hombres encapuchados y con armas largas ingresaron a la joyería Sensation Du Temps del coqueto Patio Bullrich y, en menos de dos minutos, huyeron con un botín similar: sólo relojes de lujo.
El viernes pasado, efectivos del Comando de Investigaciones Especiales de la Policía Federal lograron la detención de Mariano José “El Rubio” Zambrano, señalado como el cabecilla de la banda que cometió ambos robos. Por esos asaltos ya habían sido detenidos Gonzalo y Lucas Zambrano pero el líder seguía prófugo... No por mucho.
La causa quedó en manos de la jueza María Alejandra Provítola y los investigadores ya estaban tras el rastro de “El Rubio”: gracias al rastreo de su teléfono celular se había detectado su presencia cerca de la localidad de Ingeniero Allan, en el partido de Florencio Varela, en la zona Oeste del Conurbano Bonaerense.
Cerca de las 19.40 del viernes, efectivos de la PFA que recorrían la zona lo vieron en el cruce de la diagonal Los Guaraníes con la calle 149. Iba a bordo de una camioneta Volkswagen Amarok azul y lo detuvieron. Un hombre que iba en el asiento del acompañante se bajó del vehículo y huyó corriendo hacia una vivienda precaria cercana, que luego fue allanada.
Zambrano iba fuertemente armado. Dentro de la camioneta, la PFA encontró dos armas largas: un fusil automático liviano, más conocido como FAL -de fabricación belga y calibre 7.62 mm- y un fusil de asalto M16 calibre 5.56 mm.
Estaban listos para ser usados: los dos contaban con sus respectivos cargadores y otros seis adicionales. Por este motivo, los policías solicitaron también la colaboración en el operativo de Grupos Especiales (GE1), Brigadas de Explosivos de la Policía Federal.
En el domicilio que se allanó luego también se incautó una pistola Tanfoglio calibre 9 milímetros, un Mauser calibre .765, indumentaria de fuerzas policiales, equipos de comunicaciones, chalecos antibalas y gran cantidad de municiones. Además, se secuestró importante cantidad de documentación, como así también DNI truchos.
El “Rubio” Zambrano, según indicaron fuentes policiales, tenía una estrategia fija. Vestía elegante, caminaba por las joyerías cercanas a la avenida Cabildo, haciéndose pasar por cliente, y consultaba por los precios y las características de los modelos de relojes de alta gama. Así sabía dónde se guardaban los Rolex que después -según la investigación- iba a robar con sus cómplices.
“Yo escuché dos tiros. El frente de la joyería quedó completamente vacío. Lo habían arrasado, y también habían arrasado adentro”, había contado una de las testigos del asalto en Patio Bullrich. “Se robaron todo y se fueron. Fue un grupo comando, nada improvisados. Sabían lo que iban a hacer, tenían estudiada la situación”, aseguro.
“Como están prófugos necesitan plata para poder vivir en la clandestinidad. Se comen todo el dinero y, por eso, necesitan volver a los robos para tener medios”, apuntó un investigador judicial.
SEGUIR LEYENDO