La historia de Arber Likaj se destaca particularmente entre las de decenas de hombres que vienen de África o Europa del Este para contrabandear cocaína de alta pureza y drogas sintéticas por correo, paquetes turbios disimulados en valijas y encomiendas. Durante los últimos años, hombres de nacionalidades como Nigeria, migrantes dedicados al negocio de las mantas, alojados en pequeñas piezas de pensiones, terminaron ante los tribunales en lo penal económico como contrabandistas por despachar paquetes en el Correo Argentino de polvo de alta pureza ingeniosamente disimulado a compatriotas en Tailandia o China. Likaj era distinto. Oriundo de Elbasan, una ciudad en el centro de Albania, ingeniero informático según él mismo, Arber se había instalado en Buenos Aires a comienzos de la década pasada en un departamento de Recoleta sobre la calle Cabello con otros compatriotas, se mostraba en discotecas con mujeres.
Sin embargo, Arber no tenía una actividad registrada en la AFIP, un empleador, una empresa que le diera trabajo, lo que sea. Al parecer, venía a hacer otra cosa. Una causa penal con fecha de 2013 lo marcó como un hombre buscado en el Registro Nacional de Reincidencia. El delito: ser el supuesto cerebro de una tentativa de contrabando de cocaína hacia Atenas y Roma, más de 11 kilos detectados entre mayo y junio de ese año en el aeropuerto de Ezeiza.
Su historia terminó en marzo de 2021. Tras ser capturado, Arber fue finalmente condenado el 26 de febrero luego de reconocer su culpa y pactar un juicio abreviado con el fiscal Marcelo Agüero Vera como acusador ante el Tribunal Oral en lo Penal Económico Número 1, integrado por el juez Francisco Fornari. La pena fue de cuatro años y diez meses de efectivo cumplimiento.
Hoy, Arber quiere volver a casa. Planteó un recurso ante la Justicia, pidió por adelantado el extrañamiento, un recurso legal que le permite a un extranjero condenado en la Argentina ser deportado a su país de origen con la condición de no volver. El Tribunal Penal en lo Económico N°1, en donde pactó su pena, se lo denegó el 30 de diciembre pasado, según el fallo al que accedió Infobae. El planteo de Likaj fue particularmente dramático: su esposa y madre de sus hijos tiene cáncer avanzado.
Likaj “se encuentra casado en Albania con la señora que de dicho matrimonio han concebido dos niños... que los mismos se encontraban al cuidado de su madre, quien se encargaba de la economía del hogar”, aseguró el planteo original de su defensa. “Desafortunadamente, la señora… comenzó a descompensarse en forma reiterada, situación que la obligó a efectuase un chequeo médico, que luego de varios estudios pudieron certificar que se trataba de un tumor en la mama”, continuó: “Requiere tratamiento de quimioterapia. Todo esto ha afectado a su familia, no solo a su mujer, quien se encuentra débil, sino también a sus hijos menores de edad, de 7 años y medio y de 19 meses”, sigue el texto.
Así, Likaj fue citado a una videoconferencia por el Tribunal desde el penal federal en el que se encuentra encerrado. Expuso sus motivos. Afirmó que su mujer tuvo que dejar de trabajar hace cuatro meses y que hasta pidió un subsidio en Albania, algo sumamente difícil de obtener, que depende de una comisión evaluadora, así como ayuda en fundaciones privadas. El condenado por contrabando narco recordó que en Albania tenía trabajo en “una empresa grande”, que podría ayudar a su familia con dinero si volvía. Presentó un duro informe médico, que indica que la mama afectada de su mujer deberá ser removida para seguir con el tratamiento. Otro informe enviado desde su país asegura que su hijo mayor enfrenta problemas psicológicos por la situación.
Su defensor oficial incluso solicitó la realización de un Informe Social al Equipo Interdisciplinario que colabora con las Defensorías Públicas Oficiales. Una licenciada en trabajo social afirmó que “se considera conveniente el retorno del citado a su país de origen, con el objeto de que sus hijos y su pareja puedan volver a contar con el cuidado, contención y sostén emocional del imputado”.
Sin embargo, el fiscal Nicolás Czizik se negó a la petición. “De los elementos acercados al expediente no es posible determinar con el grado de certeza que este tipo de decisiones requiere, que los miembros del núcleo primario del causante se encuentren atravesando alguna situación de extrema vulnerabilidad que permita apartarse de lo estipulado por la ley”, aseguró según el fallo. El juez Ignacio Fornari llegó a una conclusión similar: la mujer e hijos de Arber ya están cuidados lo suficiente.
El juez hasta recordó que se autorizó en octubre del año pasado que se abra el fondo de reserva del propio Likaj, su dinero guardado. Podrá acceder por ley al extrañamiento adelantado recién en junio de 2022.
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