La esposa de Jesús Fernández, el hombre de 36 años asesinado de siete puñaladas al ser atacado por una patota mientras celebraba Año Nuevo junto a su familia en la localidad entrerriana de Gualeguay, habló en las últimas horas sobre lo ocurrido y convocó para este viernes a una marcha “pacífica” para pedir la detención de todos los jóvenes involucrados en el hecho.
“Estamos convocando a toda la gente para este viernes 20:30 en plaza San Martín a nuestra primera marcha en reclamo de justicia por Jesús, una marcha silenciosa y pacífica. Que todos los asesinos partícipes que ayudaron a que Jesús se muriera y que ayudaron a que me partieran la cabeza, paguen”, aseguró Valeria Velardis este miércoles en diálogo con TN.
El crimen ocurrió cerca de las 4 de la madrugada del sábado pasado en las inmediaciones de un local nocturno ubicado en el parque Intendente Quintana de la ciudad de Gualeguay, al que la familia Fernández había concurrido para celebrar el Año Nuevo.
La mujer relató que, además del comienzo de año, ella y su esposo Jesús habían ido a festejar que cumplían “17 años juntos” junto con sus hijos de 14 y 6 años, su nuera de 15 y su sobrina de 13.
“Tengo un problema en una pierna, por eso me tiré una frazada en el piso para sentarme. Jesús va a hacer pis detrás de unos pajonales y me pega el grito ‘gorda vení, mirá lo que me hicieron’. Cuando lo veo ya tenía la remera rajada”, contó. Según Valeria, su esposo le dijo que “una gurisa” lo había agredido y se había enojado con él porque había hecho pis. Ahí contó, ella salió a buscarla y vio que la chica venía “con una patota de 25 o 30 chicos”.
“Sin decirnos nada, nos recagaron a palos, nos encerraron. A Jesús lo agarraron entre diez o doce gurises a pegarle y apuñalarlo con cadenas, cuchillos, varillas”, relató. “A mí me agarraron entre cuatro chicas y me pegan cuatro o cinco varones, en eso a mi hijo de 14 también le pegaron dos puñaladas hasta que dos chicos lo ayudaron y logró meterse en el auto”, explicó.
Velardis recordó que unos segundos después pudo pararse con “la cabeza abierta”, ya que tenía “cinco tajos, el ojo y la oreja cortada, una puñalada en el pecho y la cara totalmente desfigurada” y escuchó a Jesús que le gritaba.
“Me dice ‘me pincharon me estoy muriendo, cuidá a los nenes, te amo’ y atiné a girarlo para presionar en el agujero que tenía en la espalda”, recordó la mujer. “Él sabía que se moría y lo único que me decía era que cuidara a los nenes”.
Valeria, su hijo de 14, y Jesús, que ya estaba gravemente herido, fueron trasladados inmediatamente al hospital San Antonio, donde el hombre falleció producto de siete heridas de arma blanca en la zona del tórax que le perforaron sus pulmones.
El reclamo de Valeria y la familia de Jesús es que los agresores no queden impunes. “Tuvimos que llamar a la policía porque pasaban por la casa velatoria y se burlaban como si nosotros fuéramos los delincuentes”, reveló. “A la primera chica la conozco porque se juntan con la patota a la vuelta de mi casa”.
Por el homicidio, agravado por alevosía, fueron detenidos dos menores de 15, mientras que otro de la misma edad fue acusado del delito de encubrimiento. Debido a su edad, los tres acusados ya fueron enviados a su casa. Sin embargo, en la tarde del lunes fue detenido un joven de 18 años como sospechoso de haber participado de la agresión.
La fiscal María Delia Ramírez Carponi, que investiga el hecho, remarcó que se tomó declaración a múltiples testigos del hecho y se recabó información de cámaras de seguridad de la zona, lo que permite “no descartar más involucrados” en el crimen.
“Barajamos entre 15 y 30 personas que participaron del hecho, siguen surgiendo distintos nombres y hemos podido identificar claramente a quienes agredieron a la mujer”, agregó.
Pocos días después crimen se viralizaron las primeras imágenes del hecho. Se trata de una filmación hecha por un testigo con su celular, que estaba ubicado a varios metros de distancia. Sin embargo, en el video se llega a observar cómo un grupo perpetraba el ataque contra la víctima detrás de lo que parece un arbusto. De fondo, suenan los gritos, los insultos y el sorpresa de muchos al presenciar el brutal crimen.
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