“Alrededor de las 8.30 conducía de manera temeraria, a mayor velocidad que la permitida y bajo los efectos de sustancias estupefacientes. Pudo representarse un resultado dañoso y, aun así, fue indiferente”. Esta fue parte de la acusación que esta mañana escuchó José Carlos Olaya González en la audiencia donde la justicia porteña ordenó su prisión preventiva por atropellar y matar a la ciclista Marcela Bimonte el domingo pasado en Palermo. El hombre de 32 años es el único detenido, ya que sus tres amigos, que estaban acusados de encubrimiento, fueron liberados ayer. La jueza se declaró incompetente y mandó la causa a la justicia nacional.
Luego de la declaración indagatoria de ayer en la que Olaya González rechazó hablar y responder preguntas, la fiscal Natalia Pla solicitó su prisión preventiva. Para confirmar ese pedido, se realizó esta mañana una audiencia en los juzgados ubicados en la calle Beruti al 3000 en la que estuvo presente el imputado, su abogado particular y la magistrada Patricia Larocca. Antes de finaliza la audiencia el acusado dijo unas breves palabras: “Me quedé dormido. No salí a matar. Le pido disculpas a la víctima y a su familia”. Sólo eso.
En la imputación que se leyó, la justicia hace especial hincapié en el hecho de que Olaya abandonó a las víctimas: “Invadió el cordón de la vereda, atravesó la defensa que protege la bicisenda y, sin frenar en ningún momento, embistió a las víctimas. A pesar de lo ocurrido, en clara conciencia del desprecio por la vida humana, ya que no auxilió a a quienes él mismo atropelló, tomó distintos elementos del interior del auto, se puso un sweater, cargó la mochila y se fue”.
En el expediente, al que pudo acceder Infobae de manera completa, se puede ver un croquis realizado por la justicia donde se observa la posición exacta de cada una de las víctimas al momento del hecho. Según ese documento, Marcela Bimonte, al momento de ser atropellada, se encontraba entre los últimos de la fila que circulaba por la bicisenda de Figueroa Alcorta, algunos metros por detrás de su pareja Luis Ceccato. Al igual que lo que marcan las cámaras de seguridad, en esta representación queda claro que el Focus rojo conducido por Olaya González se cruzó de carril y embistió todo lo que encontró a su paso.
En las más de 200 fojas que conforman la causa, también están las fotografías tomadas en la camioneta Jeep donde viajaban los tres amigos de Olaya y donde se subió el principal acusado para fugarse del lugar mientras sus víctimas todavía eran atendidas sobre el asfalto. En esas imágenes se ven botellas de distintas bebidas alcohólicas como Champagne marca Baron B, Nieto Senetiner y Chandón y latas de cerveza. El conductor de ese vehículo dio positivo en el examen de alcoholemia.
En la ronda de indagatorias de ayer, los únicos que hablaron fueron dos de los tres ocupantes de esa camioneta, todos acusados de encubrimiento. Patricio Daniel Valiente (31) y Fernando Ezequiel Escobar (29) realizaron un relato de lo que sucedió desde la noche anterior.
Tal como había adelantado este medio, contaron que todo empezó en el boliche “Kapital” de San Telmo donde los cuatro amigos estuvieron hasta las 5.30 de la mañana cuando el local cerró. Sin embargo, decidieron seguir la jornada en las piletas de Parque Norte. Para eso, fueron en el Ford Focus y en la camioneta Jeep para el lado de Avellaneda. Allí, cada uno fue a su casa para agarrar las mallas.
Siempre según la versión que brindaron en la indagatoria de ayer, luego de algunos minutos salieron los dos vehículos juntos para la Ciudad nuevamente. Los acusados de encubrimiento aseguraron que no conocen a las mujeres que iban en el Ford Focus junto a Olaya González. Se trata de dos jóvenes identificadas como Camila G. y Priscila A. que en un primero momento fueron aprehendidas pero luego liberadas.
Aseguraron también que ellos iban, como mínimo, 200 metros por delante del auto rojo y que en determinado momento miraron para atrás y no lo vieron más y por eso frenaron. Sin embargo, las cámaras de seguridad desmienten en parte esta versión. Si bien es cierto que venían por delante, la distancia es muy inferior a dos cuadras.
Escobar contó que se bajó de la camioneta y caminó para atrás hasta que se encontró con Olaya González. Ahí se dio una breve conversación. “Nos explica que había tenido un accidente, que chocó y que quería hablar con su mamá para que lo acompañe a la comisaría 4 de Avellaneda para hacer la denuncia”, declaró. Y siguió: “José me dijo que las chicas se habían quedado cuidando el auto y mi intención fue hacer eso, llevarlo a la comisaría y que se presente con su madre”.
Escobar, que es marino mercante, siguió: “En ningún momento supe que había atropellado gente, y mucho menos que estábamos haciendo un abandono de persona en grave estado, ya que sabiendo eso no me hubiese ido del lugar y hubiese actuado como corresponde: llamando a la Policía”.
Luego de estas palabras la justicia decidió liberarlos aunque siguen investigados por encubrimiento y deberán presentarse en la fiscalía cada 15 días.
Po su parte, el único detenido, hijo del “Cholo” Olaya recordado descubridor y manager de la cantante Gilda, quedará alojada en la alcaidía de la comisaria comunal 6 en Avenida Avellaneda.
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