En la noche del sábado 11 de diciembre último, cuando Cristian Ramón Quiñónez llegaba a la casa de su hermana en la localidad bonaerense de Villa Trujui, Moreno, fue interceptado por un motochorro que intentó robarle su celular. El joven de 28 años se resistió al robo y saltó en defensa de su novia Vanesa, que estaba junto a él. La respuesta del ladrón fue violenta: en un lapso de siete segundos le disparó al menos cuatro veces y escapó.
Durante el fin de semana, luego de pasar tres semanas internado en la sala de terapia intensiva del Hospital Mariano y Luciano de la Vega, Cristian finalmente murió tras una descompensación a causa de la gravedad de las heridas que sufrió en ese asalto.
Por el ataque y homicidio hay hasta ahora un único detenido e imputado: se trata de Brian Emanuel Santillán, alias “Chocho”, de 27 años, capturado por la Policía Bonaerense 48 horas después del hecho en un campo de General Rodríguez, donde se resguardaba con el pelo teñido de rubio platinado para no ser reconocido. Minutos antes los efectivos lo habían visto comprando en un kiosco en de la zona.
En su indagatoria ante el fiscal Gabriel López de la UFI Nº 8 de Moreno-General Rodríguez, a cargo de la investigación, “Chocho” se negó a declarar.
En esta última oportunidad había sido imputado por el delito de homicidio criminis causa en grado de tentativa, pero a partir de la muerte de Cristian, la acusación se agravará y volverá a ser indagado.
Sin embargo, no es la primera vez que Santillán va preso: nacido el 26 de enero de 1994 -pronto a cumplir 28 años- Santillán tiene antecedentes por robo agravado en tres años distintos en la Justicia de Mercedes.
El primero en la lista ocurrió en mayo de 2013, robo agravado, con uso de arma también, registrado en la UFI N°3 de Mercedes. El segundo es de marzo de 2014, mismo delito, a cargo de la UFI N°2 de Mercedes. El tercero data de febrero de 2017, investigado por la UFI N°3 de la zona, un intento de robo a mano armada por el que fue fichado con los tatuajes en sus piernas fotografiados.
Estos antecedentes, según publicó la agencia Télam, le valieron una condena por “robo calificado”, por la que actualmente estaba con una libertad asistida.
Mientras tanto, los investigadores continúan con tareas para dar con el otro presunto autor del hecho.
Las pruebas en su contra son más que elocuentes, porque el ataque a Quiñonez quedó registrado en las cámaras de seguridad de la cuadra de la calle Santa Rosa al 2.400, donde ocurrió todo.
En esas imágenes se puede ver cómo frena la moto con dos motochorros a bordo y cómo uno de ellos encara al joven que iba con su pareja. La secuencia dura apenas siete segundos en los que se ve el forcejeo entre ambos y el momento en que el delincuente le dispara cuatro veces.
Dos de los disparos impactaron en la zona del tórax y otro en una pierna. En el hospital, a donde fue trasladado de urgencia en un auto particular, debió ser operado por una perforación en el pulmón derecho y otra herida en el hígado.
“El colectivo nos bajó en la puerta de la casa de su hermana. Estábamos esperando a que nos abrieran y el chico apareció de la nada. Le dijo ‘Dame el teléfono’. Yo pensé que era un amigo de él que lo estaba jodiendo, no sé”, había contado Vanesa, en declaraciones a Canal 13. “Ahí Cristian se quedó shockeado. Me soltó la mano y lo empezó a correr. Este delincuente se cayó al piso y ahí empezaron los tiros. Vi que tenía algo en la mano. No sé si ya tenía el arma. Y le tiró a matar, como si nada”.
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