El miércoles de diciembre pasado, dos hombres fueron detenidos por la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) acusados de operar un sistema para enviar droga a reclusos en la cárcel de la ciudad de Cruz del Eje, ubicado en el el noreste de la provincia de Córdoba, a través de un drone.
Este domingo, la FPA concretó la detención de la supuesta líder de la banda de narcomenudeo encargada del ingreso de estupefacientes en la Unidad Penitenciaria N° 2 “Adjutor Andrés Abregú”: una mujer oriunda de la ciudad de La Cumbre que también trabajaba como maestra jardinera en la Escuela González Elizalde de esa misma localidad.
En el allanamiento en un domicilio sobre la calle Bartolomé Jaime al 200, a pocos metros de su casa, los efectivos también incautaron entre sus pertenencias un revólver calibre .38, 6 proyectiles, dinero en efectivo y un auto.
Por orden del fiscal Raúl Ramírez, a cargo de la Fiscalía de Instrucción Móvil de Lucha Contra el Narcotráfico de Carlos Paz, que supervisó el operativo, la mujer fue trasladada en las últimas horas a sede judicial imputada por presunta venta de estupefacientes.
La investigación por el ingreso de droga en el penal de Cruz del Eje comenzó hace al menos tres meses a partir de frecuentes llamadas al Centro de Denuncias Anónimas del MPF (0800-888-8080). A partir de varias tareas de campo, en la última semana del año efectivos de la FPA finalmente allanaron cuatro domicilios y dos celdas de la cárcel y detuvieron a Javier Frede, de 36 años y otro hombre de 27.
En esos operativos se incautaron también 612 dosis de marihuana, troqueles de LSD, dinero, el drone que los sujetos utilizaban para arrojar los paquetes en el patio interno del penal y elementos utilizados para el fraccionamiento de sustancias ilícitas.
Sin embargo, el jueves pasado, Frede se fugó.
El hombre -que al momento de su captura había intentado huir sin éxito por terrenos baldíos colindantes con su casa- logró escapar de la seccional local luego de romper un alambrado de un techo apenas 24 horas después de los primeros operativos y detenciones en la causa.
“Aprovechó la hora de esparcimiento, con la celda abierta, el descuido de la vigilancia y se dio a la fuga rompiendo un tejido que oficiaba de techo”, dijo el fiscal Raymundo Barrera, a cargo de la investigación de la causa, quien detalló que la fuga ocurrió cuando aparentemente los dos efectivos de custodias “no se encontraban en el lugar”.
Como consecuencia del escape, el fiscal imputó preventivamente a los dos policías por el delito de “facilitación de fuga culposa”, y adelantó que el ahora prófugo Frede, además de afrontar la acusación por “entrega de estupefacientes” al interior del penal, se le suma el delito de “evasión dolosa”.
La subjefa de la FPA, Clarisa Carrera, explicó que en la investigación se pudo constatar el “ingreso de sustancias por medios tecnológicos, un drone, al servicio penitenciario de Cruz del Eje”, y que para sostener la acusación se cuenta con pruebas testimoniales que se aportaron de manera anónima, las escuchas telefónicas y otros elementos secuestrados en los operativos.
Una fuente vinculada a la investigación manifestó a Télam que el sumario está en etapa preliminar y que próximamente el fiscal Ramírez podría ordenar más imputaciones y detenciones.
Carrera brindó además detalles del modus operandi: el drone, cargado con estupefacientes, sobrevolaba el patio interno del penal y, en lugar previamente acordado por los detenidos y los internos, se tiraba desde el aire los envoltorios con las drogas, que luego retiraban los presos y comercializaban dentro de esa comunidad.
Si bien no es la primera vez que los presos encuentran la forma de recibir sustancias del exterior -es sabido que en las cárceles hay un alto porcentaje de internos con problemas de adicción, preexistentes o desarrollados en la misma prisión- sí es una de las más sofisticadas.
Hace ya casi dos años, en enero del 2020, un hombre de 33 años fue detenido en Cruz del Eje por arrojar estupefacientes al interior de la cárcel de la ciudad utilizando una gomera y una ballesta de fabricación casera.
En el domicilio del hombre -en el barrio Villa Elaine, a metros del establecimiento penitenciario Nº10- la FPA con la colaboración de la Policía de Córdoba incautó varias dosis de cocaína, marihuana y dinero en efectivo. Sin embargo, lo que más llamó la atención de los agentes fue el hallazgo de la honda -o gomera- rudimentaria y la ballesta que el hombre utilizaba para arrojar la droga por encima del muro de la cárcel.
También existen organizaciones más masivas como una banda desbaratada en noviembre del 2019, cuya especialidad era la introducción de droga en los penales a través de un servicio de lavandería creado con la intención declarada de dar trabajo a los presos.
El emprendimiento, desarrollado en dos unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense, en el marco del Programa de Reinserción “Incluirse”, era en realidad una fachada para vender droga a los internos. Los estupefacientes, básicamente, ingresaban ocultos en la ropa sucia. El sistema fue ideado por ex funcionarios penitenciarios, conocedores del terreno donde iban a operar, y les reportó grandes ganancias hasta que los integrantes de la banda fueron arrestados gracias a una investigación de la Justicia Federal de Mar del Plata, liderada por el juez Santiago Inchausti y la fiscal Laura Mazzaferri.
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