Un comerciante fue apuñalado por un delincuente que ingresó a robar al kiosco que atendía en la localidad bonaerense de San Miguel. El hombre se encuentra fuera de peligro. Por el ataque, el ladrón continúa prófugo.
El hecho se registró esta mañana en un kiosco ubicado en la avenida Balbín y Maestro Ferreyra, cuando la víctima se encontraba trabajando en el comercio propiedad de su hermano. En ese momento, fue sorprendido por un delincuente con fines de robo.
El comerciante intentó defenderse, por lo que inició una pelea con el asaltante. Entonces, el delincuente tomó una cuchilla que se encontraba en el local e hirió de varias puñaladas a la víctima. Luego, escapó sin robar nada.
Testigos llamaron al 911 y rápidamente llegó una ambulancia que lo trasladó al hospital local de San Miguel, donde le saturaron las heridas y se encuentra recuperándose en buen estado general, según aseguraron las fuentes.
El caso quedó en manos de la UFI Nº20 de Malvinas Argentinas, a cargo de la fiscal Roxana Tornett, quien ordenó una serie de medidas para dar con el delincuente, que por estas horas continúa prófugo.
El caso hace recordar al fatal hecho que conmocionó a la sociedad en noviembre pasado, cuando dos delincuentes asesinaron al kiosquero Roberto Sabo en la localidad bonaerense de Ramos Mejía
Los delincuentes entraron al comercio ubicado en la Avenida de Mayo al 800, justo cuando Roberto, padre de dos hijos, lo atendía. Fue asaltado: recibió un tiro en la cabeza y los criminales huyeron. Todo ocurrió a 300 metros de la comisaría de esa localidad. El caso motivó a los vecinos a salir a la calle a pedir justicia.
“Era un buen padre, un buen trabajador. Un buen vecino. Lo quería todo el mundo, era buena persona. No había nadie que no lo quisiera, familia, vecinos, proveedores”, fueron las palabras de Patricia, la viuda.
Sabo atendió el kiosco durante varios años. El local era la empresa familiar que había unido a padres, hijos y abuelos. El comercio se había iniciado hacía 40 años, de la mano de su abuelo y de Pedro Sabo, su padre.
Una vez que Pedro decidió jubilarse, dejó el comercio en manos de Roberto, quien ya conocía el negocio y disfrutaba de la atención al público en un punto de Ramos de mucho movimiento.
Pedro era conocido en el barrio como “El Polaco”. “Nunca pensé que me iba a pasar esto. Me arruinaron la familia. Nunca más puedo vivir tranquilo”, expresó el padre de la víctima, en medio del llanto, ante las cámaras del canal Todo Noticias.
Roberto Sabo había reconstruido su vida también. Con un primer matrimonio tuvo a sus dos hijos. El mayor tiene hoy 25 años y el menor está a punto de cumplir 18. Poco después del nacimiento de su segundo hijo se separó de la madre y entabló una relación amorosa con Patricia, con quien convivió hasta el día de su muerte.
“Él tenía dos hijos a los que les arruinaron la vida. No saben cómo seguir. Y también me ayudó a criar a mi otro hijo, que tuve con una pareja anterior, y que vivía junto a nosotros en nuestra casa. El crió a mi hijo también”, afirmó la viuda, Patricia.
“Acá no es solo lo nuestro. Estos dos delincuentes destrozaron a varias familias. Además, sus padres vivían de lo que él ganaba en el kiosco. ¿Ahora qué van a hacer?”, se preguntó.
En la misma línea se mantuvo la hermana de Patricia, Sandra: “Para mi sobrino, Roberto era su padre. Practicamente se crió con él y armaron esa relación”, afirmó en declaraciones a Radio Rivadavia.
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