Sergio Lobos, un carpintero de 63 años que era buscado desde el 21 de diciembre en San Martín, provincia de Mendoza, fue hallado muerto. El cadáver fue encontrado en la zona limítrofe de los distritos de Barrancas y Fray Luis Beltrán, a ocho kilómetros del lugar donde se había concentrado originalmente la búsqueda policial.
Si bien la fuerza provincial aún no confirmó la identidad, fueron los propios hijos de Lobos quienes encontraron e identificaron el cuerpo, previo a la llegada de las autoridades policiales y judiciales.
El martes de la semana pasada, la última vez que Lobos fue visto con vida, el hombre salió de su domicilio en el distrito de Palmira, a unos 50 kilómetros de la capital mendocina, con el objetivo de comprar una barra antivuelco para su camioneta Ford Ranger.
El carpintero había acordado encontrarse con un conocido, Víctor Zalazar, un albañil de 37 años que presuntamente lo iba a contactar con el vendedor. Son los últimos datos que conocía su familia, que al no lograr contactarse con él telefónicamente, decidió denunciar la desaparición en la comisaría de la zona.
Los investigadores comenzaron la búsqueda, que incluyó averiguaciones sobre los últimos movimientos de Lobos y un operativo en la casa del albañil. En ese procedimiento, los efectivos se entrevistaron con la pareja de Zalazar, quien contó que la noche del martes su novio llegó a bordo de una camioneta Ford Ranger y que a ella le habían llamado la atención algunas de sus actitudes.
Con este dato los investigadores buscaron por los alrededores de la ciudad y, algunas horas después, dieron a 500 metros de la casa del albañil con la camioneta de Lobos, que en su interior tenía manchas de sangre. También tenía algunas modificaciones: “Le habían pintado las llantas, quitado los estribos y había un papel de compraventa en su interior”, según contó a la prensa local Damián, uno de los hijos de la víctima.
A partir del hallazgo, el fiscal de Homicidios, Gustavo Pirrello -a cargo del caso- solicitó la captura de Zalazar como principal sospechoso y ordenó una serie de diligencias y rastrillajes en estos últimos días, de los que participaron personal policial de la División Homicidios, Policía Montada, División de Canes, un helicóptero y drones.
Durante los procedimientos realizados por la Policía, los efectivos encontraron el cadáver de Zalazar colgado de un olivo en una finca deshabitada detrás del cementerio de Santa Blanca, en la localidad de San Roque, con un alambre al cuello. De acuerdo a las sospechas de los investigadores, el albañil habría asesinado a Lobos y luego se suicidó al saber que lo buscaban.
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