La familia de Sebastián Simón, el joven de 20 años que murió tras ser atropellado por el ex funcionario municipal de Tandil Luciano Jaureguiber hace 25 días inició una marcha desde Tandil hasta La Plata, donde se encuentra el juzgado que investiga el caso, para reclamar Justicia y que el conductor sea detenido.
La peregrinación de esta familia para pedir Justicia comenzó el lunes pasado y, estiman, que a La Plata arribarán el 2 de enero. El lunes 3 ya se presentarán en el Juzgado que entiende en la causa. Son más de 316 kilómetros los que recorrerán una semana muy especial y que incluye el Fin de Año.
“Estamos caminando por la Ruta 3 para que lo que le hizo a mi hijo no quede así no más y este sinvergüenza vaya preso”, le dice Marcelino Simón, el padre de Sebastián a Infobae mientras el recorrido los encuentra a la altura de la localidad de Las Flores este jueves donde las altas temperaturas no fueron un impedimento: el grupo de familiares de la víctima llevaba por la autovía una bandera, que reza “Justicia”.
La muerte de Sebastián ocurrió en la madrugada del domingo 5 de diciembre, cuando junto a su amigo, Alexander Velozo, caminaban cerca del cruce de las calles Azucena y Misiones, en el barrio La Movediza de la ciudad de Tandil. Eran cerca de las 4.30 cuando un Volkswagen Gol embistió al joven de 20 años, que en enero próximo hubiera cumplido 21 años. El conductor no se detuvo. Todo lo contrario: aceleró y escapó.
Su amigo, que resultó ileso, pidió ayuda y un grupo de vecinos llamó a la ambulancia que lo trasladó de urgencia al hospital municipal Ramón Santamarina, donde quedó internado en terapia intensiva con un grave traumatismo de cráneo y asistencia respiratoria. El lunes a la madrugada, algunas horas después de que se confirmara que había sufrido muerte cerebral, Sebastián falleció.
Casi 12 horas después de haberlo atropellado, cuando Sebastián todavía estaba vivo, Jaureguiber se presentó en la Comisaría 2ª de Tandil, se responsabilizó por haber embestido al joven y, tras ser notificado de la causa penal, quedó en libertad.
En ese momento, de acuerdo a la explicación oficial, el funcionario no fue detenido porque Sebastián no había muerto y la calificación del caso todavía era lesiones graves culposas. Cuando se constató la muerte del joven, un grupo de vecinos arrojó piedras contras las ventanas del edificio municipal y provocó destrozos, incluso en el despacho del intendente Miguel Ángel Lunghi, fue en el marco de una manifestación en reclamo de Justicia. Ante esto, en la casa del sospechoso se dispuso un fuerte dispositivo de seguridad.
Lo cierto es que, como el auto atropelló a Sebastián desde atrás, su amigo no pudo ver la patente del coche, ni cuántas personas viajaban en el auto, tampoco en qué estado estaban. Sin embargo, una alta fuente judicial confirmó a Infobae que una cámara de seguridad privada capturó completa la secuencia del accidente.
El video ya integra el expediente y los investigadores aguardan ahora, además de la resolución de la jueza Aracil, los resultados de las pericias realizadas en el vehículo, en la escena del accidente y de los análisis de las muestras de sangre y orina que tomó la Policía Bonaerense al ex funcionario en la comisaría.
Pero los padres y los siete hermanos de Sebastián -él era el menor-, no encuentran consuelo en las explicaciones y vaivenes del proceso judicial.
“Yo no entiendo nada de esto. Lo único que sé es que mi hijo está muerto, que tenía ocho hijos y ahora tengo siete. Y que este hijo de puta está suelto. Si fuera un hombre vendría a verme, a pedirnos disculpas”, decía por entonces Marcelino y describió a su hijo: “Un chico tan bueno, con tantos amigos, que vivía de sus changuitas”.
Haydée la mamá de Sebastián pidió: “Quiero que esté preso pero me gustaría hablar con él... Quiero preguntarle por qué lo mato, qué se le pasó por la cabeza, porque me lo dejó tirado así”.
“¿A quién le doy el regalo que preparé para su cumpleaños? Su cama está vacía. Lo espero y no llega”, relató la mujer a los pocos días de la muerte de su hijo y mientras aguardan una audiencia con la jueza. “Él está libre porque tiene plata y nosotros acá, porque somos pobres”.
SEGUIR LEYENDO