Hace aproximadamente seis meses, el Ministerio Público Fiscal de la provincia de Córdoba comenzó a investigar el ingreso de sustancias ilegales en la cárcel de la ciudad de Cruz del Eje. Tras varias semanas de investigación, la Fuerza Policial Antinarcotráfico (FPA) de la provincia logró detener a dos hombres que desarrollaron un sistema para enviar droga a los presos a través de un drone.
La investigación comenzó a partir de frecuentes llamadas al Centro de Denuncias Anónimas del MPF (0800-888-8080) y, a partir de varias tareas de campo, esta semana la FPA allanó cuatro domicilios y dos celdas del penal.
Cuando los grupos operativos ingresaron en uno de los puntos de venta de estupefacientes apuntados en la causa -ubicado en la calle Tucumán dentro del barrio San Antonio, en la ciudad de Cruz del Eje- uno de los hombres investigados, de 36 años, intentó huir a través de terrenos baldíos colindantes con la casa, pero fue capturado.
Luego, los efectivos allanaron el domicilio y encontraron 612 dosis de marihuana, dinero, un drone y elementos utilizados para el fraccionamiento de sustancias ilícitas.
El detenido, según informaron fuentes policiales, dedicado al narcomenudeo, utilizaba el drone que se encontró en su casa para depositar paquetes con estupefacientes en el patio interior de la Unidad Penitenciaria N° 2 “Adjutor Andrés Abregú” de la ciudad de Cruz del Eje.
La FPA allanó luego otras tres viviendas en Cruz del Eje y una en La Cumbre. Ahí fue detenido otro sujeto de 27 años y se incautó dinero en efectivo y una balanza digital. En el operativo dentro de una celda del penal se secuestraron también troqueles de LSD y marihuana.
En el operativo intervino la Fiscalía de Lucha contra el Narcotráfico de Cruz del Eje que dispuso el traslado de los detenidos a sede judicial por infracción a la Ley Nacional de Estupefacientes.
Si bien no es la primera vez que los presos encuentran la forma de recibir sustancias del exterior -es sabido que en las cárceles hay un alto porcentaje de internos con problemas de adicción, preexistentes o desarrollados en la misma prisión- sí se trata de una forma más sofisticada.
Hace ya casi dos años, en enero del 2020, un hombre de 33 años fue detenido en Cruz del Eje por arrojar estupefacientes al interior de la cárcel de la ciudad utilizando una gomera y una ballesta de fabricación casera.
En el domicilio del hombre -ubicado en el barrio Villa Elaine, a metros del establecimiento penitenciario número 10- la FPA con la colaboración de la Policía de Córdoba incautó varias dosis de cocaína, marihuana y dinero en efectivo. Sin embargo, lo que más llamó la atención de los agentes fue el hallazgo de la honda -o gomera- y la ballesta que el hombre utilizaba arrojar la droga por encima del muro de la cárcel.
También existen organizaciones más masivas y perfeccionadas, como una banda que fue desbaratada en noviembre del 2019, cuya especialidad era la introducción de droga en los penales a través de un servicio de lavandería creado con la intención declarada de darle trabajo a los presos.
El emprendimiento, desarrollado en dos unidades del Servicio Penitenciario Bonaerense, en el marco del Programa de Reinserción “Incluirse”, era en realidad una fachada para venderles droga a los internos. Los estupefacientes ingresaban ocultos en la ropa sucia que los presos debían lavar. El sistema fue ideado por ex funcionarios penitenciarios, conocedores del terreno donde iban a operar, y les reportó grandes ganancias hasta que los integrantes de la banda fueron arrestados luego de una investigación de la Justicia Federal de Mar del Plata, liderada por el juez Santiago Inchausti y la fiscal Laura Mazzaferri.
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