El pasado sábado 18 de septiembre, cuando todavía los encuentros sociales no estaban permitidos, las mellizas Brisa Ayelén y Priscila Nicole Acebey asistieron a una fiesta clandestina en una casa de Lanús. Del festejo también formó parte Dylan Robledo, de 20 años y padre de dos chicos. Durante la madrugada, en un confuso episodio, el joven papá fue asesinado de un disparo, una de las hermanas Acebey quedó en la mira por el crimen y, entonces, ambas huyeron. La Justicia las busca hace 100 días.
Las mellizas que están prófugas tienen 19 años y son oriundas de Lanús. En las imágenes que circulan en redes sociales, se las puede diferenciar de forma simple: Priscila está teñida de rubio; mientras que Brisa, ex integrante del equipo de fútbol femenino de San Lorenzo las “Santitas de Boedo”, lleva el cabello oscuro. A esta altura, sin embargo, es muy probable que, para despistar a los investigadores, las hermanas hayan cambiado su aspecto y su fisonomía.
Según supo Infobae, durante los últimos tres meses, la División de Homicidios de La Plata realizó más de 40 allanamientos para encontrarlas. Sobre ellas recae una orden de detención y, en los próximos días, el fiscal Martín Rodríguez, de la UFI Nº 6 del Departamento Judicial de Avellaneda, solicitará un pedido de recompensa al Ministerio de Seguridad de la Provincia de Buenos Aires. “Es inminente”, aseguraron a este medio fuentes con acceso al expediente.
La ruta de las mellizas
El despliegue para dar con “las melli”, se expandió por distintas jurisdicciones de la provincia de Buenos Aires, entre ellas, el Partido de La Costa, más precisamente la ciudad de Mar del Plata, donde sospechan que las habrían mandado en remís sus propios familiares. Por lo pronto, registros comerciales hablan de un domicilio en Catamarca.
“Se cree que los primeros movimientos que hicieron fueron en auto porque no hay registros de pasajes en micro. Tampoco se las pudo ubicar a partir de las antenas de sus teléfonos celulares. No son niñas bien que tienen protección. Se criaron en un entorno donde la mayoría de las personas vive en la delincuencia, entonces, saben evadir. Son muy hábiles”, indicaron a Infobae fuentes de la investigación. Las mismas fuentes descartaron un vínculo entre la fuga y la barra brava de San Lorenzo. “No les interesa el fútbol femenino”, aseguraron.
Para los investigadores, lo más probable es que las hermanas Brisa y Priscila Acebey estén recibiendo un envío de dinero de parte de sus familiares que les facilitaría el hecho de moverse y mantenerse escondidas. Por el momento, los operativos de búsqueda continúan, y no solo en la provincia de Buenos Aires sino en el resto del país.
Qué pasó la noche del crimen
Según pudo reconstruir este medio, en la noche del hecho, Dylan salió con las mellizas y su amigo Damián, apodado “El Papu”, que además era primo de Brisa y Priscila. Los cuatro llegaron a un encuentro en un galpón de la zona de Lanús. Pasada la madrugada, se fueron a otra fiesta en una casa de Talcahuano al 3.600. Allí, Dylan fue asesinado.
Durante el festejo, el joven recibió un tiro en la cara cuando, supuestamente, una de las mellizas tomó un arma y comenzó a disparar. Los primeros testimonios en el expediente indicaban que el disparo se habría originado cuando intentaban tomarse una selfie con el arma, pero la investigación a cargo de la UFI N°6 de la jurisdicción determinó lo contrario.
“‘Las melli’ empezaron a tirar gas pimienta mientras bailaban con el arma en la mano. Se armó lío y le dieron un culatazo a Dylan”, relató un testigo directo del hecho a Infobae.
De acuerdo a ese relato, tras el golpe, Dylan perdió el conocimiento. En ese momento, una de las hermanas habría disparado: “El tiro le dio en la cara y lo mató al instante”, detallaron. Esta versión, hasta el momento, es la hipótesis principal del expediente.
De acuerdo con lo revelado por la autopsia, Dylan Robledo murió de un paro cardiorrespiratorio traumático “siendo la causa originaria un traumatismo cráneo encefálico secundario al paso de un proyectil que ingresó por la mejilla derecha”.
Duelo eterno
En diálogo con Infobae, la hermana mayor de la víctima, Gabriela Arrazola, dijo que su familia quedó completamente destruida con el asesinato del joven.
“Mi madre está destrozada. Todos los días sube una foto de Dylan a sus estados de WhatsApp. Lo extraña horrores, igual que mi padre. Él todavía no acepta que su hijo está muerto: no quiere hablar del tema. Mis sobrinos, los hijos de Dylan, preguntan cuándo van a volver a ver a su papá. Siempre están esperando verlo entrar por la puerta de la casa, contando alguna de sus historias”, dice Gabriela y aprovecha para manifestar su descontento con la falta de novedades en la investigación.
“No se puede explicar cómo todavía no encontraron a las asesinas. Le arrebataron la vida a mi hermano sin que les temblara la mano al disparar y hace más de tres meses que están prófugas”, agrega. La sospecha de los Robledo es que a las hermanas Acebey las encubren desde su entorno familiar.
La hermana de Dylan dice que el joven de 20 años conocía a las mellizas. “Más de una vez fue a ver jugar a la pelota a Brisa. Él era un pibe tranquilo y amoroso. Se ganaba la vida haciendo ‘changuitas’. Trabajó de albañil, en un lavadero de coches y también como revendedor de ropa. Nunca le hizo mal a nadie”, lamenta Gabriela.
El 23 de septiembre, cuatro días después del crimen, la familia de la víctima despidió sus restos en el cementerio municipal de Lanús. Horas después, con el apoyo de varios amigos, hicieron una marcha para pedir Justicia en una plaza de Valentín Alsina. Desde entonces su temor sigue siendo el mismo: que el caso quede en la nada.
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