Cerca de las 10.30 de este lunes, el comerciante Fabián Silenzi (49) estaba arreglando el auto en la puerta de su casa, en La Plata. El Renault Megane gris permanecía estacionado sobre la vereda, justo en la entrada del garaje, con el capot levantado; mientras que la puerta de la vivienda permanecía abierta debido a que la víctima entraba y salía permanentemente en busca de herramientas.
Justo en ese momento, Fabián fue sorprendido por dos delincuentes que pretendían ingresar a robar a su casa; donde permanecían su mujer y sus tres hijas adolescentes.
Desesperado por proteger la integridad de su familia, lo primero que hizo fue bloquear la entrada para que no pudieran ingresar a la propiedad. Se puso en forma de cruz, con los brazos abiertos y levantados. Fue ahí cuando recibió un culatazo en la cabeza y luego un disparo en el pecho.
Todo sucedió en la calle 529, entre 27 y 28, de la localidad de Tolosa, en momentos en que el barrio estaba muy tranquilo y no había demasiado movimiento de transeúntes ni vehículos. Por eso, el estruendo de la bala alertó inmediatamente a los vecinos que rápidamente llamaron al 911.
Dos patrulleros de la policía local se hicieron presentes en el lugar junto a una ambulancia, que trasladó a Fabián al Hospital de Gonnet, donde permanece en observación pero fuera de peligro.
Mientras, los oficiales marcaron la zona con una cinta de peligro y recabaron datos del hecho para las pericias correspondientes
Los agresores huyeron y aún están siendo buscados por los efectivos policiales. El único dato que pudo aportar la víctima es que se trasladaban en un auto negro, sin poder precisar la marca y el modelo debido a la velocidad en que transcurrieron los hechos.
“El barrio es muy tranquilo. Si bien tenemos alarma vecinal, veníamos bastante bien”, dijo una vecina al diario El Día. “Debemos estar atentos, ojalá Fabián se recupere pronto”, agregó.
La causa quedó a cargo de la UFI de Autores Ignorados N° 9 de La Plata.
Ayer, otro intento de entrada a un matrimonio de jubilados, también en la Plata, desató la furia de los vecinos por la escala de hechos de inseguridad de este tipo en la zona. Se trata del quinto producido en el último mes.
El hecho tuvo lugar cerca de las 23 horas sobre la calle 24 entre 505 y 505 bis cuando las víctimas, que estaban a punto de ingresar a su domicilio, fueron abordados por cuatro sujetos - dos de ellos armados- que circulaban en el Volkswagen Polo.
“Mi señora estaba por bajar del auto para abrirme el portón cuando se nos vinieron encima. Nos apuntaron mientras nos exigían nuestras pertenencias y nos pedían que abriéramos la puerta. A mí me ordenaron que bajara del auto porque se lo iban a llevar. Menos mal que tuve la lucidez de no resistirme”, relató el hombre a El Día.
Mientras, su mujer le suplicaba a los delincuentes que no la lastimara. “No me mates por favor”, repetía una y otra vez. Al escuchar su voz, una vecina activó la alarma y comenzó a pedir auxilio a los gritos. Luego, otros vecinos imitaron la iniciativa para disuadir a los delincuentes.
Por el alboroto que se armó, los malvivientes tuvieron que abortar sus planes y se dieron a la fuga sin robarles nada ni herir a nadie. Sin embargo, cuadras más adelantes, uno de los ladrones se bajó del auto para arrebatarle la cartera a una transeúntes y luego continuaron su marcha.
“La gente se preguntaba porque ninguno de los cuatro patrulleros que llegaron salió a buscar a los ladrones”, contó la víctima. “Fui yo el que tuvo que calmar los ánimos, que era la víctima. No justifico la situación pero esto demuestra el malestar que vivimos por la inseguridad”, concluyó.
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