Dos comisarios de la Policía de la Ciudad fueron detenidos el domingo como acusados del encubrimiento del crimen de Lucas González, asesinado de un balazo por personal de esa fuerza de seguridad, en noviembre pasado en el barrio porteño de Barracas, por lo que ya suman 16 los efectivos detenidos en la causa.
Los últimos detenidos son el comisario inspector Daniel Santana, jefe de la zona correspondiente a dicho barrio del sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA), y del comisario Rodolfo Ozan, cuyas detenciones fueron solicitadas por el fiscal Leonel Gómez Barbella y ordenadas por el juez de la causa Martín del Viso.
En su solicitud de detención, Gómez Barbella sostuvo que se “ha reafirmado la sospecha que han participado en la comisión de los delitos investigados bajo una relevante responsabilidad y jerarquía institucional dentro de las dependencias cuyo personal concretó estos sucesos”.
Santana y Ozan se encuentran alojados en la Alcaldía de General Madariaga de la Policía Federal Argentina y el lunes serán indagados por el delito de encubrimiento.
Para ordenar estas dos nuevas detenciones, la justicia se basó en elementos que surgieron de una serie de escuchas telefónicas en la que uno de los policías reconoció que habían cometido “un mocazo”.
De acuerdo al requerimiento de la fiscalía al que tuvo acceso Télam existieron estas conversaciones: “Fabi: ¿Qué paso, Rodo? ¿se mandaron un moco?; -Rodo: un re mocazo boludo, aparentemente eh... si”, se dijo en la primera parte de la conversación entre el comisario Fabián Alberto Du Santos -también detenido por encubrimiento-, y Ozan. Luego, este le solicitó a su interlocutor: “Que vaya y busquen lo tenga que buscar para justificar esto.”
En la conversación, Ozan le aseguró a Du Santos que “el tiro está de atrás hacia delante” y que “le voló el frasco...” en referencia a que había impactado en la cabeza de uno de los cuatro adolescentes que iban el en el auto perseguido por los efectivos.
“Yo ahora le llamo, lo llamo a Santana ehh...porque no lo llamas al perro y le decís que venga a para emprolijar esta cagada, si quiere...”, pidió Ozan respecto al otro comisario detenido en las últimas horas por el encubrimiento del hecho.
Por su parte, Gregorio Dalbón, abogado de la familia de Lucas y de los otros tres adolescentes, aseguró a la agencia de noticias que “el caso está resuelto”.
“Tenemos a los asesinos y a los encubridores. Nos falta el juez de Menores Alejandro Cilleruelo, que dejó libres a los policías y preso a los chicos. Hasta que no caiga ese Juez no vamos a parar”, aseveró el letrado.
Mientras que por el encubrimiento están también con prisión preventiva los comisarios Juan Romero y Du Santos, el subcomisario Roberto Inca, el inspector Héctor Cuevas y las oficiales Micaela Fariña y Lorena Miño, quienes afrontan otros cargos como “falsedad ideológica, encubrimiento agravado, privación ilegal de la libertad agravada y vejaciones”.
Además, el subcomisario Ramón Jesús Chocobar, y los oficiales Sebastián Baidon, Jonathan Alexis Martínez, Ángel Darío Arévalos y Daniel Rubén Espinosa, todos de la Comisaría Vecinal 4D de la Policía de la Ciudad, fueron apresados el domingo de la semana pasada por “encubrimiento agravado, privación ilegal de la libertad agravada y falsedad ideológica”.
El asesinato de Lucas de 17 años sucedió cerca de las 9.30 del 17 de noviembre, cuando la víctima y tres amigos de su misma edad salieron de entrenar del club Barracas Central a bordo del Volkswagen Suran del padre de uno de ellos y se detuvieron en un kiosco situado en Iriarte y Luna, para comprar un jugo.
Luego fueron interceptados por un auto Nissan Tiida de la Brigada de Investigaciones de la Policía de la Ciudad sin patente ni signos de ser policial, del que bajaron tres efectivos armados y sin identificar.
De acuerdo con las pruebas recabadas, los adolescentes creyeron que eran ladrones que iban a robarles, por lo que huyeron del lugar, momento en que los policías les dispararon desde distintos ángulos.
Al menos cinco tiros dieron en el auto y uno de ellos impactó en la cabeza de Lucas, quien tras ser atendido de urgencia en un hospital porteño fue trasladado y murió horas después en el hospital “El Cruce” de Florencio Varela.
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